Una cuestión delicada del protocolo actual es QUIÉN PUEDE QUITARSE LA MASCARILLA PARA HABLAR EN UN ACTO. Según la ley, nadie. Pero nuestros políticos y autoridades lo hacen con frecuencia, y presentadores, e intervinientes, y conferenciantes, y... iba a decir profesores, pero no. El caso es que a unos se les denuncia, y a otros no. Como digo, un problema de protocolo. Si no de cabeza.
Son temas interesantes para debatir. Pero en esto, como en tantas otras cuestiones, nuestra universidad lleva la boquita tapada.
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