Sería muy bonito no tener razones poner en duda la imparcialidad de los tribunales. Pero ¿puede hacerlo alguien tras conocer el EXPEDIENTE ROYUELA? Lo que no se puede hacer es ignorar esta cuestión, como hacen todos los medios de referencia, y los críticos también. Y por supuesto también Pablo Iglesias y los podemitas.
¿Cuándo llegará el día en que el Consejo General del Poder Judicial se preocupe de investigar esta corrupción, en lugar de hacerse el digno airado y el ciego, sordo y mudo?
—oOo—
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se aceptan opiniones alternativas, e incluso coincidentes: