Publicado en Terrorismo. com. José Ángel García Landa
(2-10-2006)
Bonito análisis hace Javier Marías de la falacia retrospectiva o hindsight bias aplicada al 11-M ("Decidir volverse loco", en El País Semanal del 1 de octubre y en su blog). Lástima que dé a entender con eso que la tesis de la "conspiración" sea totalmente deleznable, es decir, (por exclusión more hispano) que la tesis oficial explica plenamente el 11-M. Como si no hubiese tantas y tantas cosas que no sabemos sobre el asunto. Como datos que presupone el propio artículo de Marías: casi nadie consideraba previsible una victoria del PSOE antes del atentado. Porque sí hubo un atentado (y desde luego alguien conspiró para que lo hubiera). Posiblemente con previsiones electorales en mente, dada la fecha. Y, en efecto, se produjo un vuelco electoral que a muchos sorprendió. Ergo: hasta los planes descabellados e implausibles, trazados por imbéciles y criminales delirantes pueden tener éxito a veces, de un modo que a posteriori crea la impresión de inteligencia superior y vista certera. Y ese éxito crea terreno abonado, por supuesto, para teorías de la conspiración a veces tan delirantes como los planes de los auténticos perpetradores.
No sólo hay conspiraciones que se imaginan retroactivamente; también las hay que salen a la luz. Y también hay misterios que no lo eran en su momento, y lo son ahora. Y eso sí que es seguro que no lo tenía previsto nadie. Por utilizar el ejemplo de Marías: Don Quijote podía estar loco, o incluso querer estar loco, pero eso no le impedía descubrir auténticos rudos malsines, y auténticos falsos paladines. Y puede que el PP sea paranoico—seguramente lo es. Pero desde luego es un paranoico con muchos enemigos.
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