A la atención de la Comisión de Evaluación y Control de la
docencia, y en respuesta al escrito de referencia, me cumple emitir el presente
auto-informe de evaluación de la docencia del curso 2013-14 relativo a la
asignatura "Literatura Inglesa II", cuyas encuestas han dado lugar al
comunicado de la Comisión.
En primer lugar, me
satisface informar de que la actividad docente y las actividades de aprendizaje
del curso 2013-14 en dicha asignatura se dieron con toda normalidad, sin que
haya que reseñar tasas anómalas de éxito o de fracaso, ni situaciones de
conflicto o diferencias de ningún tipo. Ni los estudiantes ni la delegada me
hicieron partícipe de que hubiera descontento con la impartición de la
asignatura, como de hecho creo que no lo hubo. Sin embargo, tras consultar las
encuestas realizadas, se comprueba que hay tres personas únicamente que han
realizado la encuesta, y que esas tres personas han expresado su insatisfacción
con algunos aspectos. Quizá no sea casual que sólo los tres descontentos hayan realizado
la encuesta cuando los demás estudiantes, más de 30, no han hecho comentario
alguno.
No considero procedente
entrar a especular sobre qué inconvenientes (no especificados) puedan haber
encontrado tres personas (anónimas) en apartados como "la información
facilitada al comienzo del curso" (información que por otra parte consta
en la guía docente y en la web de la asignatura, http://bit.ly/jaglit),
o en "la relación con los estudiantes" o en "el desarrollo de la
actividad docente". Son aspectos en los que no he detectado nada fuera de
lo corriente en lo que se me alcanza, ni tampoco lo han manifestado así el
resto del grupo, más del 90% de los estudiantes. Convengo con la propia
normativa de evaluación, que indica que es una encuesta no representativa ni utilizable por su bajo índice de
participación. E insisto en que la poca claridad del impreso de evaluación crea
confusión.
Con respecto a las
encuestas de evaluación, procedí a dejarlas abiertas y en libre acceso durante todo
el período de evaluación, avisando a los alumnos de que estaba abierta la
aplicación, y pidiéndoles que las cumplimentasen cuando más les conviniese, sin
fijar yo un día determinado para realizarlas en clase. Avisé reiteradamente a
los estudiantes de la conveniencia de hacerlas, tanto en clase como
telemáticamente, pero al parecer sin éxito, pues en un grupo de 37 estudiantes
sólo 3 estudiantes procedieron a realizarla, asignándome puntuaciones
anómalamente bajas. La Comisión puede consultar mi historial de evaluaciones
docentes, con constantes y repetidas evaluaciones positivas destacadas, también
en la materia que aquí se trata. Que estas tres respuestas en la encuesta de
referencia son anómalamente bajas se echa de ver también si se compara la media
de esta encuesta no representativa (1.84)
con la cifra de "media del profesor" (3.26) en la misma
encuesta—cifra que resulta de mediar con otra encuesta mejor puntuada que sí
respondieron más estudiantes, realizada ese mismo semestre en otras
asignaturas.
A la vista de los datos,
parece evidente que el conjunto de los estudiantes del grupo no tuvieron
interés especial ni móvil particular para realizar estas encuestas. Exceptuando
a tres de los treinta y siete, que al parecer quisieron hacer constar una valoración
"1" (resultado negativo) cuando no es de descartar que interpretasen
"1" como valoración positiva y "5" como negativa, en orden
del 1 al 5. De los 37 (36 según
las actas) fueron evaluados en la primera convocatoria 31 estudiantes, de los
cuales aprobaron 25 y suspendieron 6. No se presentaron, 5. En septiembre se
presentaron 6, de los cuales aprobaron 5. No se presentaron, 7. Se verá que son
cifras enteramente habituales. A título indicativo, en la otra asignatura del
mismo grado y semestre, "Géneros Literarios 1", optativa con 25
alumnos en lista, se presentaron en febrero 22 (con 3 NP); aprobaron 21; en
septiembre se presentaron 2 de una lista de 5, con dos suspensos. La asistencia
fue asimismo normal.
Por ello puedo decir que
ha sido totalmente normal todo el desarrollo de la docencia y del aprendizaje
de los alumnos. De ahí mi sorpresa ante los resultados de las encuestas, con
una participación tan baja y sesgada que falsea el estado de cosas, dando un
resultado que no informa verazmente y que permite la manipulación. Con el fin
de evitar esta circunstancia pongo a la Comisión en antecedentes de los hechos.
Será aconsejable por otra parte, y así lo tendré en cuenta, que en años
siguientes, yo mismo me cuide de asegurar la mayor participación de los
estudiantes en las encuestas, dedicando un día de clase a la realización de la
encuesta, y asegurando así una opinión equilibrada. No lo hice así en este caso
porque el nuevo sistema telemático de encuestas permite el acceso directo, y
por no dedicar un tiempo necesario para la docencia a una tarea que los
estudiantes podían realizar perfectamente en cualquier momento fuera de clase.
Aun así, y dados estos hechos, y viendo que los protocolos de la administración
lo aconsejan, así lo haré.
El último párrafo del
escrito de la Comisión aclara que "no podrán considerarse los
cuestionarios que no hayan sido cumplimentados por al menos un tercio de los
alumnos asistentes habitualmente a las clases de la asignatura
correspondiente." Permítaseme decir que con una tasa tan baja de
participación, considero ocioso el tener que justificar los resultados de esa
evaluación, o que pudieran ser tenidos en cuenta en modo alguno resultados tan poco
indicativos, siendo que no hay tasas anómalas de éxito o de fracaso ni otros
indicadores adicionales de que esas tres encuestas pudieran tener un punto de
razón más allá de las inevitables diferencias de opinión que hay en todo grupo
humano. El escrito de la Comisión aclara
que en este caso el profesor "deberá aportar información constrastable
sobre el número de asistentes." Considero redundante el tener que justificar
que tres estudiantes sean menos de un tercio de la asistencia habitual en un
grupo de casi cuarenta estudiantes, y por ello me remitiré a los datos de
evaluación. Pero aparte de manifestar que la asistencia ha sido la habitual a
lo largo de los años de impartición de la asignatura, me cumple aclarar lo
siguiente:
- No llevo un registro
diario de asistencias o inasistencias, y creo que no es un procedimiento
habitual, ni lo ha sido en la historia reciente de esta Facultad, el pasar
lista a diario ni pasar hojas de firmas que dejen constancia de la presencia de
cada estudiante en cada clase. Este procedimiento, por lo inhabitual y por no venir explicitado ni requerido
en la normativa del centro, no habrá de entenderse como única "información
contrastable" sobre la asistencia de los estudiantes—por mucho que alguien
pudiera entenderlo en ese sentido si no se atiende al contexto habitual de
aplicación. Desde luego, en treinta años de docencia nunca se me ha sugerido
que dedique un tiempo significativo de cada clase a pasar un listado de
estudiantes, ni creo que haya profesores que lo hagan.
- Téngase en cuenta que
la normativa habla de un mínimo de un tercio (33%) de respuestas a la encuesta
para considerarla válida. Aquí estamos hablando de menos de un 10% de
respuestas, con lo cual su valor indicativo es tanto más insignificante.
- Por tanto, es preciso que
acuda a datos indirectos, como la ausencia de incidentes o ausencia de escritos
relativos a una inasistencia excepcional de los estudiantes, ausencia de quejas
al respecto al Coordinador del Grado, etc. Reitero que en este sentido el
desarrollo y la impartición de la docencia en la asignatura han sido, como lo
ha sido la asistencia, totalmente normales.
- Puede acudirse también,
como índice contrastable para establecer una asistencia media, a las
estadísticas de que disponga esta Comisión sobre asistencia media para el
Centro, o para el Grado. Son estadísticas que yo desconozco, pero que en todo
caso sin duda indicarán una asistencia media a las clases superior a un 30% del
alumnado matriculado.
- Y por último, el dato
más directo y contrastable, en la ausencia de listados diarios de asistencia,
son los datos de éxito y fracaso de la asignatura, que, como ahora reitero,
entran en parámetros de perfecta normalidad. Son normales los índices de
estudiantes presentados a los exámenes, los de aprobados, y el número de
trabajos (opcionales) entregados a lo largo del curso (56 trabajos, 2 por
estudiante). Queda registro de estos trabajos en las fichas de los estudiantes,
y puedo facilitarlas a la Comisión si se estima conveniente, aunque el carácter
opcional de los trabajos no hace fácil valorarlos como índice de participación
activa global.
A la vista de los datos,
sugiero a la Comisíon que (ateniéndose a la normativa) considere inválidos
"a efecto de una posible evaluación negativa", por su falta de
representatividad, los resultados de esta encuesta. Por otra parte, hay que
notar que mis datos globales en el conjunto de encuestas de esta convocatoria no
se salen de los parámetros normales, y pueden servir como indicación indirecta
adicional de la insignificancia del valor de esas tres encuestas.
Aprovecho para hacer
notar a la Comisión la insuficiente claridad del formulario de las encuestas,
pues algunos estudiantes pueden
confundir las notas "1" con notas positivas y "5" con
negativas, lo que contribuye a confundir los resultados. Este aspecto de
las encuestas debe mejorarse urgentemente.
Quizá a la vista de este
conjunto de datos la Comisión pueda replantear, también, el modo más seguro de
obtener resultados fiables y porcentajes representativos en las encuestas de
docencia. Quedo a su disposición para las sugerencias que estimen oportunas a
tal efecto, y ante las presentes circunstancia ciertamente dedicaré una sesión
presencial a la realización de encuestas por parte de los estudiantes en el
futuro.
Atentamente, etc.
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