Nos enteramos, o nos terminamos de enterar, de que el gobierno norteamericano tiene acceso a las bases de datos de correo electrónico, videollamadas, mensajes personales, búsquedas en la red, etc. etc., realizadas a través de los servidores de Google, Microsoft, Apple, Yahoo, Skype, YouTube, AOL, y toda la lista. Y que espía a los usuarios, como Rubalcaba con Sitel, cada vez que le parece oportuno.
Bien, por fin se materializa aquello de Orwell de que el Gran Hermano puede mirar dentro de tu casa cada vez que lo considera oportuno. O aquellos sueños de Hoover de poderle pinchar el teléfono a todo el país sin miramientos a los derechos constitucionales a la privacidad y zarandajas. También pasan a la historia pamemas como los pinchazos telefónicos que hacían dimitir a presidentes, the good old times.
Claro que esto no lo hace Bush, en cuyo caso aún habría escándalo y chillidos de novia pillada en bragas; lo hace Obama, con lo cual hay garantía de que las plataformas de derechos civiles no pondrán el grito en el cielo, o protestarán bajito. Las compañías lo negarán, que para eso es un programa secreto. Y el gobierno lo hará y lo seguirá haciendo. ¿Por qué? Porque puede.
Qué ironía que esto lo haga un gobierno "progresista", después de llenarse la boca la izquierda norteamericana poniendo a Bush a bajar de un burro. Hay que subrayarla, a estas alturas, la ironía.
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