No puedo creer que la auri sacra fames esté detrás de estas actitudes. Parece más bien una cuestión de imagen. ¿No será todo esto señal de una inseguridad, un temor a la pérdida de la precaria aura académica? Además de evidenciar un conformismo ambiental, con la disciplina de la disciplina me refiero, de un nivel realmente notable, por no decir atroz.
Claro que tampoco sería habitable un mundo en el que todos anunciásemos todo lo que escribimos—igual no es mala solución lo de la regla de oro, que viene a querer decir, por otra parte, "esto que publico y que anuncio le ha gustado o parecido bien a un colega o dos, o por lo menos eso dicen que le han dicho a un tercero (aunque éste se ha comprometido a mantener sus nombres en secreto). Y hasta hay dinero, real o imaginario, de por medio, exigible por leer mis escritos". O, quizá, dicho de otro modo, "Mi modestia me impediría llamarles la atención sobre mis escritos, pero el caso es que hay gente que paga por leerlos, así que me he permitido llamarles la atención al respecto... por si les parece reseñable la cosa. O por si desean Vds. también pagar por leerlos, ya que lo que unos hacen, otros también suelen querer hacerlo, la atención crece como una bola de nieve, vous savez."
Es lo que se entiende por publicación realmente académica. Una gestión mínimamente aceptable de la atención. Hoy por tí, y mañana por mí—nos cubrimos las espaldas, y salvamos además la cara dignidad.
______
La regla de oro de la lista académica —en Ibercampus.
—oOo—
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se aceptan opiniones alternativas, e incluso coincidentes: