sábado, 11 de mayo de 2013

Retroprospección del teatro y de la vida

Un par de párrafos extraídos de J. L. Styan The Elements of Drama (Cambridge UP, 1960), del capítulo "Making Meanings in the Theatre". Versan sobre la ironía dramática y la manera en que el sentido de una escena dramática nunca es literalmente el que aparece, o el que expresan los personajes, sino que depende de la composición total—es lo que con terminología ajena a Styan podríamos llamar el sentido autoral implícito de la escena. 

Para Styan es crucial que debe ser el espectador el que extrae o construye ese sentido. Pero también es de resaltar que si tiene sentido decir que ese sentido pertenece a la obra dramática, y no a una concretización subjetiva de la misma meramente, es un sentido estructural, comunicativo o autorial implícito—"something the author is saying"—o sea, la "voz" del autor dramático hablando indirectamente a través de personajes y situaciones.


Any device to stimulate in the audience the required degree and kind of attention is properly the concern of the playwright.
     To understand how such meaning is made in the theatre we must distinguish what happens on the stage and what happens in the imagination of the spectator. He takes from the detail of the scene impressions that are sown and ripened in the mind. These impressions may be independent of what the character on the stage is doing: the significance of what he is doing is what only the audiencemay know. This is especially true of words spoken. Whan Mephistophilis promises Faustus he will be as great as Lucifer, we are not asked to believe him, but when Faustus does believe him, we with our superior knowledge recognize his folly. Marlowe has calculated that we would: one joy in the play is to see our wisdom confirmed by events. This is the true irony of drama, through which the dramatist does most of his work; it is the steady and insistent communication to the privileged spectator of a meaning hidden from the characters.

In drama is there not a function analogous with that of metaphor in poetry? We listen to character And we listen to character B, but what we assimilate as the effect of the passage between them is a tertium aliquid, something the author is saying that we apprehend only as the result of the fusion of the two character-statement like the notes of a musical harmony. Or we listen to a single character speaking, and we know that what he says will work upon the situation in which he says it in a way more than he knows: what we receive is something beyond the mere representation of the actor. The author speaks obliquely throughout the play, and by forcing upon our attention this or that speech or deed, he is working to guarantee our co-operation in the joint enterprise of communication. The audience follows a play by discovering it; it is constantly interpreting signs, looking beyond the actors, listening between the lines. The play only has meaning through what the audience in this way is allowed to perceive. So in the extracts we have used there is a central ironic moment in each, if we care  to recognize it. (53).


Pero me interesará observar, además, una dimensión adicional de esta no literalidad del sentido dramático. Es una dimensión retrospectiva. El sentido que el autor da a la ironía de la situación, y el que transmite al público, es posible en gran medida porque la obra está escrita retroactivamente, del futuro al pasado. La lógica de su narratividad, en el sentido de Sturgess, se encarga de que cada parlamento y cada acción tenga un sentido retroprospectivo.

Y ese sentido retroprospectivo que hace que el teatro sea teatro, que el cine sea cine, o que la narración sea narración, es también el que apreciamos en nuestras propias vidas cuando las reinterpretamos, cuando disfrutamos de la perspectiva que da el tiempo sobre lo ya sucedido y sobre las consecuencias futuras de las acciones y de las situaciones. Consecuencias que en tiempos, Faustos ingenuos nosotros todos, desconocíamos.  Ahora sabemos algo más, y así es como la vida, retroactivamente, se va convirtiendo en teatro.  Lo que sucedió deja de tener un sentido literal, y pasa a adquirir un sentido teatral.

Lo que sucedió, y (por analogía, por consecuencia) también lo que está sucediendo, pues sabemos que un día será lo que sucedió.  La teatralidad del presente es menos intensa, pero no por ello menos real que la del pasado que un día este presente será.


 
 
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