Como sabrán o no sabrán, la comisión de la CNEAI me ha denegado el cuarto sexenio de investigación, con una colección de argumentos entre falsarios, delictivos y grotescos. Aquí hay uno del género grotesco, a menos que sea delictivo:
Se trata de la valoración negativa del artículo "Múltiples Lectores Implícitos", publicado en Cuadernos de Investigación Filológica de la Universidad de La Rioja. La revista se da por buena, tiene sus indicios de calidad, etc. etc., no es problema. PERO.
El artículo se publicó en el volumen 35-36
(2009-2010)—aceptado para su publicación años antes de salir impreso, como tantas veces sucede en las revistas de Humanidades. Ahora bien, resulta que salió el volumen impreso a principios de 2012.... y la Comisión ha ido diligentemente a mirar el pie de página con la fecha de impresión, para hacer constar que el artículo no ha de tenerse en cuenta, porque ha sido publicado en 2012, y cae fuera del sexenio a considerar.
Perfecto procedimiento administrativo, la poli ha estado eficaz en su investigación, si no fuera porque en las publicaciones académicas se tiene en cuenta, en todos los Citation Index etc. etc., la fecha de edición de la revista, y no la fecha de impresión del volumen en papel. Además yo tengo un montón de separatas del artículo donde no figura esa fecha de impresión, sólo la de edición. Y la misma CNEAI no pide que los autores le fotocopien o escaneen la fecha de impresión de los volúmenes, sino la portada con la fecha de publicación.
Además, Cuadernos de Investigación Filológica tiene edición electrónica, en PDF, en Dialnet, donde este artículo está publicado según consta aquí en el volumen de 2009-2010.
Pero a alguien le gusta más ir a buscar la fecha del impresor, cosa que no me consta que se haga con las demás publicaciones presentadas por todos los solicitantes—buscando argumentos con una intención muy clara, que no es precisamente la de hacer un juicio ecuánime de mis publicaciones. ¿Alguien ha dicho en alguna parte que sólo sean válidas las publicaciones impresas en papel, para la evaluación? ¿Quiere pretenderse que las publicaciones electrónicas en revistas académicas no se les han tenido en cuenta a los demás candidatos?
Por otra parte, como les hice constar en mi recurso al comité evaluador, el artículo estaba disponible en edición electrónica en el SSRN desde 2009, aquí: http://papers.ssrn.com/abstract=1414174
—pero claro, una vez más se aplica la ley del embudo, y sencillamente se ignora esta cuestión, en lugar de ponernos a argumentar por qué no les gusta (tampoco) que esté publicado en el SSRN.
¿No pretenderá el comité evaluador insinuar que me habrían aceptado en algún caso esta publicación como perteneciente al sexenio 2012-17, verdad? Ahí se ve el doble rasero, y la malevolencia en la actuación.
Y esta comisión, ¿saben quién la preside a fecha de hoy—a fecha de la resolución que resuelve estas cosas? El Dr. Francisco Collado. Qué CASUALIDAD. Se recordará que fue uno de los coordinadores del máster de nuestro departamento, objeto de una sonada desautorización judicial, por actuaciones arbitrarias para excluirme a mí y a otra profesora. Una historia larga y accidentada, de muchos años de manipulación continuada y empecinamiento en el error.
Y esto, ¿qué demuestra? ¿Un desconocimiento por parte de la comisión de la diferencia entre imprimir y publicar, y de las convenciones de referenciación bibliográfica aceptadas en la academia internacionalmente? ¿O una voluntad de torcer las normas selectivamente, según cuál sea la persona a juzgar?
Pues según se mire.
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Este es el infausto comité que me evaluó negativamente en origen (CNEAI, comité asesor de Filosofía, Filología y Lingüística):
Presidenta: M.ª del Carmen Barceló Torres, Catedrática de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Valencia
Vocales: Trinidad Barrera López, Catedrática de Literatura Española de la Universidad de Sevilla.
Antoni Domènech Figueras, Catedrático de Filosofía Moral de la Universidad de Barcelona.
Félix Duque Pajuelo, Catedrático de Filosofía de la Universidad Autónoma de Madrid.
Juan Antonio Frago Gracia, Catedrático de Lengua Española de la Universidad de Zaragoza.
Daniel Recasens Vives, Catedrático de Filología Catalana de la Universidad Autónoma de Barcelona
M.ª Isabel Velázquez Soriano, Catedrática de Filología Latina de la Universidad Complutense de Madrid.
Más el Dr. Francisco Collado, de la Universidad de Zaragoza, que se abstuvo en la evaluación original (o no firmó) pero preside el comité responsable, en teoría, de esta última evaluación.
Qué raro: me habían dicho o he leído, quizá imaginado en alguna pesadilla, que ese señor estaba en el Cónclave
ResponderEliminarA mí no me extrañan estas actuaciones. En el departamento en el que estás he llegado a escuchar barbaridades a la hora de juzgar y evaluar determinados trabajos. Las personas que juzgaban desconocían por completo muchos de los aspectos que estaban juzgando. No sé cómo no se inhabilita a alguno de ellos por los "destrozos académicos" que hace. De vergüenza ajena. Y hasta aquí puedo leer, no vaya a ser, que me castigue el profesorado.
ResponderEliminarNo es la primera vez que tratan de instrumentalizar cualquier tipo de detalle para hundir a alguien con un fin planeado y predeterminado desde el principio. Buscan legitimar sus acciones con tanta chorrada... que caen en lo absurdo. Esa fama tienen algunos profesores de ese departamento... Que se huye de ellos como de la peste. El master de estudios textuales y culturales en lengua inglesa está sentenciado en cuanto a futuro alumnado. Conozco a varios alumnos que ni han continuado las asignaturas tras ver el percal... Y referencias negativas a patadas entre alumnado extranjero.
ResponderEliminarLa estirpe baturro-norcoreana de infausta fama... Qué aguante hay que tener.
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