jueves, 25 de febrero de 2010
La pregunta ff, y la gg
—de un cuestionario sobre la actividad docente que me pasan. Para alguna tesis de pedagogía será. Las respuestas son confidenciales: quien no quiera que no las lea.
ff. Si usted tuviera o pudiera comenzar otra vez ¿se dedicaría, nuevamente, a la enseñanza universitaria?
Respuesta: Creo que sí.
Mencione las razones:
Es un puesto cómodo, con sueldo fijo, buenos horarios, y con una actividad interesante y creativa, ligada al conocimiento y a la formación. Ello a pesar de algunos inconvenientes derivados de las tradiciones feudales de la Universidad.
gg. ¿Considera que la función docente que realiza el profesorado de su facultad y/o departamento, habitualmente, consigue buenos resultados académicos en los alumnos?
Respuesta: Creo que no.
Mencione las razones:
No hay criterio ni norma. No existe un criterio a nivel de centro o departamento sobre qué debería exigirse a los estudiantes: cada profesor va un poco a su aire, de modo caótico, y las actuaciones de los departamentos, cuando las hay, son erráticas y arbitrarias, sin normas básicas a las que atenerse. Por otra parte, al no estar demandada la titulación laboralmente hablando, decae el esfuerzo y el nivel del alumnado.
Son males que quizá se pudieran remediar con la nueva estructura de los Grados. Pero tendrían que cambiar las maneras no escritas, además de las normas oficiales. Y eso ya es más difícil.
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