Por el sendero oscuro de un sueño fui en busca del amor que fue mío en una vida antigua.
La casa estaba en el fondo de una calle desolada.
En el aire de la tarde su pavo real favorito dormitaba en su aro, y las palomas callaban en su rincón.
Ella dejó su lámpara en el portal y se paró ante mí.
Alzó sus grandes ojos a mi cara y sin palabras interrogó: ¿Estás bien, amigo?
Quise responder. Nuestro idioma estaba perdido y olvidado.
Pensé y pensé: nuestros nombres no llegaban a mi recuerdo.
Brillaron lágrimas en sus ojos. Me tendió su mano derecha. Yo la tomé en silencio.
Una lámpara tembló en el aire de la tarde y murió.
RABINDRANATH TAGORE
Lo traduce Borges en El Hogar.
—oOo—
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se aceptan opiniones alternativas, e incluso coincidentes: