Hoy hace un día helador en Zaragoza, con una niebla siniestra, acogedora y fotogénica; me he dedicado a escribir crismas y a recorrer esas calles tan llenas de gente, tantas caras que no se vuelven a ver cada día en la ciudad, y los crismas, siempre los mismos, también de gente que normalmente no vuelves a ver, año tras año. Llevo una temporada leyendo bastante a Thomas Browne, un caballero much possessed by death... y estamos si no possessed al menos haunted by Death. Aquí va parte de la filosofía de Browne al respecto, en su obra póstuma A Letter to a Friend. Es el final:
Por
último, si largos días son tu destino, que no
sean tu
expectativa; no hagas cálculos de una vida larga, sino vive
más bien siempre fuera de cuenta. Quien tan a menudo
sobrevive a
sus expectativas vive muchas vidas, y a duras penas ha de quejarse de
lo breve de sus días. El tiempo pasado se ha ido como una
sombra; ten presentes los tiempos futuros; imagina que
está cerca el que podría hallarse lejos;
aproxímate a tus últimos tiempos
concibiéndolos
como ya presentes: Vive como un vecino de la Muerte, y piensa que hay
poco por venir. Y ya que algo de nosotros ha de sobrevivir, une juntas
ambas vidas; unifícalas en tus pensamientos y acciones, y no
vivas en una sino para la otra. Quien de este modo ordena el
propósito de esta vida, nunca se hallará lejos de
la que
está más allá, y en cierto modo ya
está en
ella, por una feliz similitud, y comprendiéndola de cerca.
—oOo—
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