Aquí hay un bonito estudio sobre cómo llega la gente al matrimonio, o a sus variantes como estar "casados" en el sentido de "casa / dos", vivir juntos:
"The Inertia Hypothesis: Sliding vs. Deciding in the Development of Risk for Couples in Marriage", de Scott M. Stanley, Galena H. Kline y Howard J. Markman. (Llego a ellos vía Wonkapistas, que parte de un artículo de The Economist).
Presentan sus reflexiones en el marco de la teoría del compromiso (commitment): diferentes grados de compromiso por parte de una pareja pueden llevar a soluciones digamos... de compromiso: la cohabitación como una situación ambigua en la que uno de los dos se considera más "casado" que el otro—para un miembro de la pareja (típicamente la mujer) están al menos avanzando hacia un compromiso estable, mientras que para el otro (típicamente el "marido") la situación es sencillamente algo indefinido, un arreglo cómodo pero que no significa haber tomado ninguna decisión trascendente sobre la pareja.
De hecho en las parejas que comienzan conviviendo poco a poco es frecuente que las decisiones trascendentes no se encuentran en el futuro, sino en el pasado: retrospectivamente se da cuenta uno de que llegó a ellas, pero es algo que sucedió sin planificación activa, simplemente por la línea de menor coste o menor resistencia. El tomar la decisión de casarse en serio supone un coste, pero para estas parejas aún es mayor el coste (psicológico, económico...) que supondría una ruptura, y así la situación se mantiene. Es lo que los autores llaman "sliding versus deciding", llegar a una situación difícil de cambiar, sin una decisión previa de llegar a ella.
El resultado, según los autores, es que se encuentran así casadas (a veces en modalidades "light" de matrimonio) muchas personas con otras personas con quienes de otro modo jamás habrían tomado la decisión de casarse—una situación que sin embargo es más fácil de mantener que de romper. No quiere decir que no se rompa: las parejas así formadas tienen más altos índices de inestabilidad, de relaciones alternativas, etc. También es significativo el status económico y social: hay menos matrimonio y más divorcio en las clases de bajos ingresos, y más matrimonio y menos divorcio en las clases más acomodadas. A su vez, como señala el artículo de The Economist, la estabilidad en la pareja es un elemento de éxito social y prosperidad tanto para la misma pareja como para sus hijos. En un proceso de realimentación.
Todo esto tiene una interesante dimensión narratológica que está a medio explorar. Hace poco hablaba de cómo nuestras vidas son estructuras narrativas. Pues bien, la decisión de formar pareja, casarse, tener hijos, etc., es una de las que más estructuración narrativa dan a nuestras vidas. La dialéctica prospección / retrospección tiene muchas posibilidades de aplicarse a una semiótica del matrimonio: ¿vivimos en una pareja prospectiva, o retrospectiva? Parece obvio que las parejas con planes claros de futuro, y una narratividad más prospectiva, tienen en principio más posibilidades de seguir juntas que las que simplemente "llegaron a ser" por circunstancias a, b y c. Lo que no quita para que luego estén las circunstancias sobrevenidas que dan al traste con los planes de mice and men and women. O con su falta de planes—pues la vida en sí es la principal de las circunstancias sobrevenidas.
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