Si no hubiera fallecido hace poco, Zygmunt Bauman hubiera podido comentar esto sobre Donald Trump y su rechazo a los acuerdos para controlar la degradación del medio ambiente. Por suerte ya lo comentó en 1993:
Dado que lo que hacemos afecta a otras personas y el mayor poder de la tecnología afecta a muchas más personas que antes, el significado ético de nuestras acciones alcanza una dimensión sin precedentes. No obstante, las herramientas morales con que contamos para absorberla y controlarla siguen siendo las mismas que teníamos en la etapa de la "industria casera". La responsabilidad moral nos insta a procurar comida y vestido a nuestros hijos, mas no nos puede ofrecer muchos consejos prácticos cuando nos enfrentamos con las aterradoras imágenes de un planeta agotado, árido y sobrecalentado que ellos heredarán, y después sus hijos, y que tendrán que habitar como resultado indirecto de nuestra despreocupación colectiva actual. La moralidad que siempre nos ha gustado tiene manos poderosas aunque cortas, y necesitaría manos muy, muy largas. ¿Podremos acaso crecerlas?
Zygmunt Bauman, Ética posmoderna (1993)
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