El ministro de Justicia ("Bermejo viene, ca era almorzado") nos acaba de revelar que el Proceso de Paz de Zapatero ( Das Prozeß) no sólo pretende ofender a la justicia y a la ley, sino además ahora a la lógica aristotélica y a los principios elementales de la física. Le oigo declarar por la radio que "es evidente que tenemos un proceso de paz que sigue adelante" que "tenemos un proceso de paz que no para, pero que en estos momentos está suspendido". Vaya, qué maravilla de la vida; igual quiere decir que está suspendido de boquilla pero que sigue por lo bajini, con consignas secretas y mensajes enviados con ligeros movimientos de cejas del presidente. Claro que nada nuevo. ¿Suspenderlo? Hay algunos suspensos con enchufe que no hay quien los pare, van directos a la colocación.
Y protestando contra el proceso, "el franquismo puro y duro" que dice Polanco—porque cualquiera que señale a una bandera de España es un franquista, claro. Ahora agrediendo y todo: hay un facha de estos, uno del Foro Ermua, que con sus genitales le ha pegado un golpe en el pie a un pobre manifestante del PNV. Y encima aún tienen la cara de denunciarlo.
Es que apelar a la justicia en este país se está convirtiendo en instrumentalizar a la justicia. Si le preguntan al ministro, seguro que se siente instrumentalizado cada vez que se denuncia a un camisa parda de estos que hacen avanzar el proceso de paz. Porque a patadas seguro que avanza más.
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