Son escenas sin duda para el recuerdo, en los anales departamentales. Cuando en el consejo de departamento del jueves le grité sinvergüenza al Subdirector del Departamento. O era caradura. El asunto es que este señor, Dr. Jesús Sánchez, junto con otras tres profesoras, dos ausentes allí, las Dras. Castro y Aguado, y la Secretaria del Departamento, flamante Dra. Mónica Calvo, ha hecho una baremación de mi currículum, con membrete oficial y sello y firma de Subdirector y Secretaria, poniéndome un cero en publicaciones académicas de mi especialidad. Un 0,75 para ser más exactos. Eso, con tres sexenios reconocidos de investigación acreditada que tengo dentro de mi área de conocimiento—etc.
Cero setenta y cinco puntos—a un punto el artículo y tres puntos el libro, según establecía el baremo. Sinverguënzas.
Es un curioso procedimiento, éste de decidir la asignación docente por baremo y no por orden de prelación; es la primera vez que se hace en esta Universidad, y me tenía que tocar a mí. Se supone que no puntuaban en bloque, así mecánicamente, sino usando criterio, o mejor dicho buscando el perfil que deseaban hallar, .... un perfil que tiene los rasgos de unos colegas concretos del departamento de siluetas fácilmente reconocibles, puestos de perfil... así que la Comisión empezó estableciendo que iban a valorar sólo las publicaciones afines o estrictamente relacionadas con la asignatura "La Representación: Formas, métodos y problemas"—materia del Máster de Estudios Ingleses cuya asignación estaba en conflicto (antecedentes largos aquí). Y perfilando más aún, decidieron valorar sólo lo perfectamente coincidente con el programa, programa que (siguiendo un procedimiento contrario a derecho) habían diseñado previamente esos profesores a quienes se deseaba asignar la docencia; profesores más recientes y con menos méritos que yo. Porque por supuesto tengo publicaciones, y muchas muchísimas, directamente relacionadas con "la representación, sus formas, métodos y problemas". Pero así estrechando estrechando el perfil cada vez se parece más.... y haciendo un último esfuerzo desaparece la noción de "afinidad" y resulta que no hay nada afín a esta materia que están valorando, y que (oh milagro) sólo hay unas personas que han trabajado en esa materia exactamente, y son idóneas para enseñarla, adivinen quién.... vaya, pues sí, quod erat demonstrandum: los que habían sido puestos a dedo allí por la coordinadora del máster y habían hecho el programa previamente, con procedimiento contrario a derecho. Procedimiento que fue anulado por los tribunales, que hasta allí ha habido que llegar... pero en este departamento se la trae al fresco eso, creen que son un reductillo de impunidad en el último rincón de la Administración, donde no llegará nunca la ley, y que las sentencias están para torearlas.
En experiencia docente en la Universidad también me han puesto cero puntos. Y eso que llevo aquí más de veinte años y con todo evaluaciones positivas. Falsificando los datos, sin más.
Todo esto, y tiene chiste, resulta de un procedimiento, ideado por la Dra. Onega, para garantizar la Calidad del máster y del doctorado favoreciendo a los grupos de investigación (por ejemplo al suyo). Como estreno del control de calidad, es desde luego para lucirse... y para cerrarles el chiringuito.
Bien. Que haya feudos y conjurados y grupos de apoyo y vivales que se hagan el juego entre sí, es normal. En todas partes los hay. Pero debería haber procedimientos para evitar que la cosa llegue a mayores: un control, unos criterios objetivos, etc. Para que donde hay muñidores de calidad, haya al menos legalidad en las actuaciones. Y de hecho la actuación de esta comisión ésta FANTOCHE que me valora en CERO las publicaciones que tengo, —publicaciones en la Universidad de Salamanca, en Routledge, en Longman, en Peter Lang, en Walter de Gruyter, en Rodopi, en Oxford, etc etc. todas cero puntos,—la comisión de comisarios, digo, sólo presenta una "propuesta" al Consejo de Departamento. Le presenta sus esfuerzos, y es el Consejo quien tiene que decidir si los da por buenos o no.
Y en una escena de éstas que no se olvidan, tras denunciar yo esta valoración inaudita, y la corrupción de criterio en que se basa, haciéndoles notar que jamás se ha aplicado un baremo de modo semejante...
...En una escena de esas que marcan un antes y un después—tras rogar yo al Consejo que considere muy seriamente lo que está votando, antes de dar semejante paso, tras recordarles que la idea que subyace a la aplicación de un baremo es hacer un recuento objetivo y numérico de los méritos de los candidatos, que toda actuación administrativa impugnada ha de someterse a revisión...
...el Consejo de Departamento en pleno ratifica por inmensa mayoría la valoración de la Comisión, y valora mi currículum investigador (sin mirárselo) en cero puntos. Con setenta y cinco centésimas. A punto por artículo, y tres puntos por libro. Aquí hay algunos artículos y libros míos—sobre la Representación ésa.
Para representación, la que tenemos en este consejo. O farsa, o pantomima. Lo de SINVERGÜENZAS lo hago por tanto extensivo a todos mis colegas del Departamento de Filología Inglesa y Alemana presentes en esta votación, excepto los cinco o seis que votaron en contra de semejante despropósito.* Nadie nos apoyó en público a mí y a la Dra. Penas (también castigada por votación), nadie sugirió que podía ser oportuno revisar la puntuación dada por la comisión. Sobre estos fenómenos de masas ya escribió de modo elocuente Victor Klemperer. Cuando se pervierte la cosa, se pervierte pero bien.
¿Qué sentido puede tener para estas personas su trabajo, o el ajeno, en qué lo valorarán, si creen que se puede actuar de esta manera, tan a la ligera —por apoyar a un grupillo, por seguir instrucciones, por cobardía (hay aquí muchos casos, aun con voto secreto, de pánico interiorizado) —o simplemente por pasar rápidamente a otro punto del Orden del día de la reunión?
¿Qué les parecería a ellos, uno por uno, si en cualquier proceso selectivo de su área se les diese una puntuación de CERO en su investigación? Siendo para más inri que así, hablando pronto y mal, yo tengo más publicaciones que la mayoría de ellos cogidos de cinco en cinco—y esto hay que decirlo para que se entienda mejor la situación.
¿Qué hace gente como ésta en la función pública? ¿Cómo evalúan a sus alumnos? ¿Y cómo los educan?
SINVERGÜENZAS— Y no sé qué es peor... si los casos en los que la corrupción es sólo moral—los que han votado esto a sabiendas de que es injusto— o aquéllos en los que la corrupción moral ya ha dado un paso más, y se ha convertido en sincera corrupción intelectual.
Aunque también es cierto que en este departamento hay muchas cabecicas que no dan para mucho, sin más. Ni para avergonzados ni para sinvergüenzas.
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PS: Un mensaje enviado a la lista de distribución de la Asociación Española de Estudios Norteamericanos, denunciando este hecho y remitiendo a este artículo ha dado lugar a la introducción de la censura en una lista que quería pasar por libre de ella. Los académicos necesitamos, a juicio de la presidencia de AEDEAN, que se nos vigile y se nos sujete la lengua, por si acaso decimos cosas que no son de su gusto.
Una versión "moderada" del texto que precede (atenuada a instancias del administrador) apareció en Fírgoa: Universidade Pública. Y otra ha aparecido en el Rincón de Opinión de la Universidad de Zaragoza, que es un foro con censura previa.
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* Aquí va la lista aproximada, según el acta de la sesión, de los allí presentes que no votaron contra esta valoración, o que la apoyaron con sus votos o con sus palabras. 29 votos a favor, cinco en contra, y cuatro votos en blanco. En sustancia, los votantes a favor fueron los miembros del Departamento de Filología Inglesa y Alemana allí asistentes que siempre han apoyado nuestra exclusión del Máster, por palabra, obra u omisión. Han venido siendo, en los últimos años y concretamente en el Consejo que nos ocupa, las siguientes personas: Ignacio Guillén (director y responsable de la legalidad del procedimiento), Jesús Sánchez (Subdirector y "baremador"), Mónica Calvo (Secretaria y "baremadora"), Elisenda Castro y Rocío Aguado ("baremadoras" in absentia), Carmen Pérez-Llantada (Subdirectora), Begoña Poveda (Jefa de negociado), Francisco Collado (supervisor del máster), Celestino Deleyto (supervisor del máster), Ignacio Vázquez, (supervisor del máster), Mª Dolores Herrero, Luis Miguel García Mainar y Marita Nadal (profesores del máster y "candidatos" favorecidos en esta baremación), Mercedes Jaime y Carmen Foz (profesoras que protestan cuando se tratan estos temas en el Consejo, alegando que no les importan ni les competen) —así como otros profesores y miembros de los grupos de investigación allí presentes. De éstos, asistieron a la reunión, además de los ya citados, los siguientes partidarios habituales de nuestra exclusión: Bárbara Arizti, Mª Mar Azcona, Sonia Baelo, Chantal Cornut-Gentille, Isabel Corona, Maite Escudero, Hilaria Loyo, Mª Jesús Martínez, Mª Pilar Mur, Silvia Murillo, Peter Neumann, Elena Oliete, Ramón Plo y Constanza del Río. Entre todos no salen 29 votos. Así que alguno más, becarios y adláteres, supongo que también votaría por certificar que el currículum docente e investigador de un profesor titular con tres sexenios vale un cero.
Los miembros de los grupos de investigación se apoyan unos a otros para ocupar puestos, sin echarse atrás a la hora de hacer normativas ilegales, o falsear datos en los baremos por lo visto. Ahora han certificado oficialmente que mis publicaciones, una vez baremadas, suman cero puntos, y también mi experiencia docente. Cuesta creer hasta dónde llega la gente cuando se embarca en huídas hacia adelante y vigilancias mutuas.
La catedrática Dra. Onega, coordinadora del máster, artífice de sus normativas y políticas, y máxima partidaria de nuestra exclusión, estaba ausente, así que no se puede decir cuál hubiera sido el sentido de su voto. Que cada cual se lo imagine. Si he cometido algún error, y alguna de estas personas que cito, y que siempre han apoyado nuestra exclusión del postgrado, votó en contra de este despropósito, le sugiero que en lugar de enfadarse conmigo lo haga saber públicamente. O privadamente. A los demás, es justo que sus acciones los retraten. Por otra parte, están muy orgullosos de su criterio, así que es de suponer que no tendrán empacho en seguir sosteniéndolo públicamente, como siempre han hecho.
Hola, he leído tu post con interés, y la verdad es que no dejo de sentir indignación y más indignación. Soy profesora en la Universidad también, en el sur, y la verdad es que he visto casos de estos, por supuesto. Es más, tengo que decirte que en mi personalidad va que me cueste la salud las injusticias a mi alrededor, es algo superior a mis fuerzas. Hay días, el curso pasado a punto de depositar mi tesis, en los que me cuestionaba si yo sirvo para estas luchas de poder absurdas y taaaanta injusticia donde no se valora el trabajo que se hace sino quien eres, si es que eres. Por desgracia no sé si sirve de algo denunciar publicamente esto o no, y valoro tu valentía. ¿Lo has comentado con los sindicatos?
ResponderEliminarLo cierto es que, con el tiempo, me he dado cuenta de que hay que aprender a que no cueste la salud.
Un beso y suerte
Gracias por los ánimos, Mary. Y seguramente es buena idea lo que dices de los sindicatos, aunque hasta ahora en esta universidad no tengo noticia de que se hayan metido en procedimientos de ordenación docente. Pero todo es empezar. Y bueno, lo de la salud... también se pone uno enfermo de tragar demasiado, así que ante la duda, mejor ponerse malo en la dirección correcta. Y mejor aún no ponerse, claro, como bien dices.
ResponderEliminar¡Muchismas gracias por el apoyo, Farala! Oye, igual no es prudente que firmes con tu nombre, si quieres borro el comentario. Te lo digo porque se está organizando un mobbing con toma de posturas a escala monumental, los telefonazos van que vuelan. Ya han convencido a AEDEAN para que censure mis mensajes, por ejemplo, cosas inauditas que pasan en cuanto sacares los pies del tiesto... Un abrazazo.
ResponderEliminarHaces muy bien en no dejar que te silencien. Si fuera un problema que tuviera que ver con el trato injusto a profesores universitarios en el que tuvieran que actuar los sindicatos, seguro que a todo el mundo le parecería bien la libertad de expresión a través de una lista de profesores que seguramente se hermanarían como seudorevolucionarios ante una misma causa.
ResponderEliminarAhora, cuando se trata de una injusticia de carácter individual, que no lo es pero que seguro que así lo interpretan ellos, se ignora que precisamente son estos casos los que le enseñan a uno en la vida a no cometer el mismo error.
Creo que has hecho muy bien en denunciar las irregularidades que hacen que a una persona con una brillante trayectoria como la tuya no le reconozcan los méritos que están sobre el papel.
Quizás no sería mala idea que en el blog publicaras tu propio baremo para mostrar la nota que te deberían haber ortorgado. Estás en tu pleno derecho de expresarte libremente. Como dice la canción: “a por ellos que son pocos y cobardes”
Un abrazo desde la lluviosa Inglaterra.
Gracias por el apoyo y los ánimos - que no te creas que me están lloviendo encima apoyos, precisamente... Pues sí que tendría que autobaremarme, e igual lo tengo que hacer para el tema judicial, aunque puede ser la experiencia demasiado egocentrada... hasta para un aficionado al tema. Jj, casi me está dando la risa de verme en un cuartico sumándome yo los puntos, entre la tentación de puntuarme al alza o no.
ResponderEliminarPS, 2019. Es de justicia hacer constar que Peter Neumann se disculpó un tiempo después por su actuación seguidista en este consejo de departamento y reconoció el error, cosa que se agradece. Los demás se vieron obligados a apearse de su postura por orden judicial, pero nunca se han disculpado aunque en general, pasados los años, han adoptado un tono de pelillos a la mar. Mejor es eso que nada.
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