jueves, 23 de enero de 2025

Sistemas del deseo

Le oí ayer en una conferencia a Gabriel Albiac una reflexión de Spinoza que me pareció un tanto nieztscheana—aunque ahora habrá que decir, claro, que estas nociones nietzcheanas son spinozistas. Viene a decir la reflexión que creemos lo que queremos, que nuestro pensamiento racional, nuestras creencias y valores, surgen de nuestros deseos no reconocidos (inconscientes, incluso, diríamos con el spinozista Freud), y que los sistemas filosóficos, con su elaborada y aparente racionalidad, son en realidad trabajosas construcciones indirectas fruto del deseo, de la voluntad, de la intransferible experiencia vital, del autoengaño, y de las necesidades personales del pensador. La acción vino primero—de ella surgió el pensamiento.

Un pasaje parecido había leído un día antes en el nietzscheano, freudiano, spinozista, albiaquiano Miguel de Unamuno, en concreto en este pasaje de Del sentimiento trágico de la vida:

Pensamos para vivir, he dicho; pero acaso fuera más acertado decir que pensamos porque vivimos, y que la forma de nuestro pensamiento responde a la de nuestra vida. Una vez más tengo que repetir que nuestras doctrinas éticas y filosóficas en general no suelen ser sino la justificación a posteriori de nuestra conducta, de nuestros actos. Nuestras doctrinas suelen ser el medio que buscamos para explicar y justificar a los demás y a nosotros mismos nuestro propio modo de obrar. Y nótese que no solo a los demás, sino a nosotros mismos. El hombre, que no sabe en rigor por qué hace lo que hace y no otra cosa, siente la necesidad de darse cuenta de su razón de obrar, y la forja. Los que creemos móviles de nuestra conducta no suelen ser sino pretextos. La misma razón que uno cree que le impulsa a cuidarse para prolongar su vida es la que en creencia de otro le lleva a este a pegarse un tiro.

 No puede, sin embargo, negarse que los razonamientos, las ideas, no influyen en los actos humanos [quiere decir que sí influyen], y aun a las veces los determinen por un proceso análogos al de la sugestión en un hipnotizado, y es por la tendencia que toda idea—que no es sino un acto incoado o abortado—tiene a resolverse en acción. Esta noción es la que llevó a Fouillée a lo de las ideas-fuerzas. pero son de ordinario fuerzas que acomodamos a otras más íntimas y mucho menos concientes.

El que basa o cree basar su conducta—interna o externa, de sentimiento o de acción—en dogma o principio teórico que estima incontrovertible, corre riesgo de hacerse un fanático, y, además, el día en que se le quebrante o afloje ese dogma, su moral se relaja. Si la tierra que cree firme vacila, él, ante el terremoto, tiembla, porque no todos somos el estoico ideal a quien le hieren impávido las ruinas del orbe hecho pedazos. Afortunadamente, le salvará lo que hay debajo de sus ideas, Pues al que os diga que si no estafa y poner cuernos a su más íntimo amigo es porque teme al Infierno, podéis asegurar que, si dejase de creer en este, tampoco lo haría, inventando entonces otra explicación cualquiera. Y eso en honra del género humano.

 

—oOo—

 

1 comentario:

  1. Anónimo3:03 a. m.

    Dorothy Milne Murdock, más conocida por sus seudónimos Acharya S y DM Murdock , [ 5 ] [ 6 ] fue una escritora estadounidense que apoya la teoría del mito de Cristo , que afirma que Jesús nunca existió como una persona histórica, sino que fue más bien una mezcla de varios mitos precristianos, deidades solares y deidades moribundas y resucitadas .

    Argumentó que el canon cristiano , así como sus figuras importantes, se basaban en mitos romanos, griegos, egipcios y de otras culturas . [ 8 ] Sus teorías no son aceptadas por los historiadores convencionales, los críticos textuales y los arqueólogos, sin embargo han sido promovidas por académicos como Robert M. Price , miembro del Proyecto Jesús , y aparecen de manera destacada en el documental de 2005 The God Who Wasn't There .

    Brian Flemming, escritor y director de The God Who Wasnt There (El Dios Que Nunca Estuvo), quien remece las bases del cristianismo, al cuestionar la existencia de Jesús y analizar la evidencia que avala la existencia del mito, comparándola con el Jesús más histórico. Flemming examina las similitudes entre el í­dolo cristiano y otros mesí­as y salvadores de aquella época, además de analizar otros hechos que siembran dudas respecto de la divinidad o la misma existencia del Hijo de Dios.

    https://www.documaniatv.com/historia/el-dios-que-nunca-estuvo-video_2ab07161a.html

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