Unos estudiantes de periodismo me han hecho esta entrevista sobre Dickens:
Entrevista sobre Charles Dickens
Respuestas de José Angel García Landa (17 Nov. 2022)
1. Antes de estudiar a Charles Dickens, ¿conocías al novelista, su vida, sus trabajos, etc.?
A Dickens lo hemos conocido de algún modo siempre ambientalmente, tal es la cantidad de adaptaciones infantiles, dibujos animados, películas y alusiones culturales diversas que ha generado. Nos llega Dickens con los primeros contactos con el ámbito anglosajón, que hoy es una referencia presente en todo el mundo. Se conoce primero lo más simple y tópico: caricaturas, que son muy dickensianas, y un estilo de narrar que nos llega a veces a través de su influencia sobre otros. Pero Dickens no se acaba allí: es inagotable, nunca se acaba de leer su obra, ni de leerla en profundidad, y luego queda entender su obra en relación con su vida y personalidad, con su contexto histórico, y con la huella que dejó. Es labor para toda una vida, labor que empieza, como digo, cuando somos muy pequeños y casi sin enterarnos. Claro está también que pocos lectores van mucho más allá de lo más simple. Pero es lo más simple lo que lo convierte en lo más universal y conocido por todo el mundo.
2. ¿Qué conoces de su labor periodística?
En Dickens se combinan periodismo y literatura de muchas formas. Dickens es un autor marcado por su profesión primera, la de periodista, y por el entorno cultural británico de la primera mitad del XIX, con una gran actividad e influencia de la prensa, el primer medio de comunicación de masas durante ese siglo y buena parte del XX. Dickens cultivó muchísimos géneros como escritor periodístico: la crónica parlamentaria, las noticias y reportajes, las columnas de comentario y costumbristas, el humorismo, el comentario social y político, la denuncia polémica, etc. Y todo ello lo hizo a través del periodismo sobre hechos noticiables y también a través de la ficción, en sus relatos, novelas y crónicas de viajes y costumbres. Además, sus obras literarias también aparecían en periódicos y revistas, por entregas, y ello influye en su estilo y su estructura, sobre todo a través del lector-tipo al que se dirige, el lector de la gran clase media, sin excluir tampoco a las capas superiores y a muchos lectores populares que a veces lo leían en grupo o en familia, para los menos alfabetizados. Hay que colocarse imaginativamente en un mundo sin radio ni televisión ni cine, pero con mucho más teatro y muy ávido de noticias y de folletines. Dickens, además, fue un empresario de la prensa, fundador y editor de revistas y periódicos, lo cual le da una relación peculiarmente intensa con este medio. Y fue además un activista social, un victoriano "progresista" muy atento a las injusticias sociales y a la lucha contra la pobreza y los abusos de los poderosos. Todo ello impregnado, sí, de un sentimentalismo que a veces hoy nos choca o desorienta—pero Dickens era en su tiempo un reformador que empleaba con este fin todas sus armas periodísticas, activistas, literarias, teatrales y humorísticas. Humor, sentimentalismo y conciencia social conviven en Dickens con una viveza irrepetible.
3. Al trabajar sobre el autor, ¿qué cosas te han llamado la atención sobre Dickens?
La atención va cambiando. Primero se queda uno con un estilo tan vital que crea fuertes impresiones de personajes, ambientes y situaciones. También con su humor, que va in crescendo a medida que el autor va volviendo sobre situaciones y personajes para ir añadiendo toques que los hacen cada vez más ellos mismos, a veces en situaciones inesperadas, pero siempre con coherencia y con toques certeros que saben sacar lo pintoresco o absurdo de cada cual. Más adelante se pasan a apreciar otras coas que saltan menos a la vista—como su capacidad de diseñar unos argumentos en los que interactúan personajes de todos los ambientes y capas sociales, y que muestran cómo funciona la sociedad en su conjunto, y cómo unas decisiones y modos de vida influyen sobre otros que aparentemente no tienen ninguna relación. Nos da Dickens, así, un análisis no sólo de los caracteres sino de la realidad en la que se mueven, realidad que ninguno de ellos conoce por completo, pero nosotros sí acabamos conociéndola mejor, gracias a esta máquina de atravesar paredes y de leer mentes que es la novela—la potente novela realista del XIX, un instrumento de conocimiento único, que se nutre de muchos saberes prácticos y teóricos y es capaz de combinarlos en una obra de arte y en una experiencia inmersiva para el lector.
4. ¿Crees que era un “adelantado a su tiempo” por criticar abiertamente en sus escritos temas sociales como la pobreza, la corrupción política, etc.?
La noción de genios adelantados a su tiempo es cuestionable, pues fue su tiempo el que los creó y promovió. Podríamos decir en todo caso "adelantados a la idea que solemos tener de su tiempo", o "adelantados al pensamiento dominante en su tiempo"—pues cada época es compleja, y contiene elementos que perpetúan el pasado, otros dominantes y que le dan carácter y otros que parecen anunciar el futuro. Éstos últimos normalmente sólo son reconocidos a posteriori. En este sentido, Dickens es más bien un hombre muy de su tiempo, e insisto en lo de la complejidad de su tiempo. Conectó con grandes públicos en su época y lugar, como ha conectado con otros desde entonces por todo el mundo. Y sí contribuyó mucho a promover una sensibilidad social ante los abusos de los poderosos y las insuficiencias e injusticias de las leyes y costumbres de la época victoriana. Pero tuvo gran eco, de ahí su influencia, y estuvo implicado además en lo que hoy asociaríamos con ONGs, obras caritativas de justicia social, y en espectáculos benéficos, teatrales en su caso, además de su actividad de concienciación a través del periodismo y de la literatura. También satirizó por otra parte a los activistas sindicales o a las damas de la caridad, pues nada se libraba de su ironía, empezando por sus propios protagonistas. Dickens fue un liberalizador en política y un gran defensor de la gente humilde, si bien en muchos sentidos fue un victoriano clásico, como se ve en su vida afectiva y también en su repugnancia ante los disturbios sociales y revoluciones.
5. ¿Qué obra u obras crees que reflejan su denuncia social?
Prácticamente todas, de una manera u otra, ya sea en primer plano o mediante alguna de las muchas historias y figuras que pueblan cada una de ellas. Recordemos por ejemplo en Pickwick la denuncia de las acusaciones falsas explotadas por leguleyos, o de la ineficacia y desolación de las cárceles. Hay denuncias de los sistemas judiciales, policiales y carcelarios en diversas novelas, como La pequeña Dorrit o Casa Desolada, y en la visión del orden social como pesadilla revolucionaria de Historia de dos ciudades. No hay que olvidar que para Dickens son los hampones, ladrones, estafadores y engañadores los grandes promotores de injusticias y opresiones, en todos los niveles de las sociedad, pues los hay de guante blanco y de guante negro, y hay grandes y pequeños maquinadores en todas sus novelas: en Oliver Twist, en David Copperfield… El dinero, las herencias y la ambición son grandes tentaciones para las motivaciones humanas y distorsionan las motivaciones humanas y los caracteres, por ejemplo en Nuestro común amigo. Lo importante es la manera tan efectiva en que Dickens realiza su denuncia social, imbricándola con el argumento y con los caracteres de tal manera que aparece como parte de la experiencia vivida de los caracteres (y vívida para el lector); si el narrador a veces sermonea o comenta, es en armonía con lo que vemos y vivimos en los sentimientos y experiencias de los personajes; en este sentido Dickens nos hace vivir de primera mano, desde dentro, la injusticia, la frustración, la indignación, la humillación, todas las experiencias que los desaprensivos o indiferentes infligen a sus víctimas, ya sea con toda la mala intención del mundo, o en medio de la indiferencia y sin pensar en ellas siquiera, sólo por la manera en que está organizado el mundo y los sistemas de propiedades e influencias.
6. ¿Consideras a Dickens influyente a día de hoy?
Dickens es un pilar de la literatura inglesa, como puede serlo Shakespeare. Me refiero a que es un autor de talla mundial, pues en todas las literaturas hay grandes clásicos que se quedan limitados a nivel nacional o dentro del ámbito de su lengua (pongamos, entre los que más pudieron influir a Dickens, a Fielding o Goldsmith, en el ámbito de la literatura inglesa). Pero hay otros que son potencias literarias a nivel mundial, que invaden todas las literaturas y ejercen su influencia ya sea de modo explícito y directo, ya sea a través de la manera en que han transformado el panorama literario y cambiado la sensibilidad. Es el caso de Shakespeare, o el de Cervantes en España, y por supuesto el de Dickens también. Nos influye aun sin leerlo, aun sin que lo sepamos. Pero entrar en la lectura de sus obras es un auténtico golpe de experiencia, es transportarse a situaciones en las que vivimos otra vida virtual casi más vívida que la nuestra de cada día, y encontramos personajes que nos dan una experiencia a la vez nueva y profunda de la humanidad. En ese sentido, el de la experiencia directa y la inmersión plena, no se le lee bastante (nunca sería bastante, quizá), pero es algo que se pierde la mayoría de la gente, como tantas cosas se pierden, y nos conformamos con mediocridades teniendo algo mejor al alcance de la mano.
7. Además de las novelas mencionadas, ¿reconoce el estilo periodístico de Dickens en algún artículo o discurso?
Dickens está haciendo periodismo aun cuando haga ficción, pues el periodismo que hace es periodismo enriquecido por una penetración lúcida en el meollo de las situaciones descritas y de los caracteres que en ellas interactúan. En ese sentido se retroalimentan su periodismo y sus ficciones, y tal vez sea en éstas donde más penetra en la realidad de las cosas, pues tiene carta blanca para leer mentes y analizar sentimientos y experiencias de un modo que no entraría en las reglas del género para un periodista. Pero como digo, su periodismo es vívido como su ficción, y hace un llamamiento a la conciencia comparable al que se pueda encontrar en su Cuento de Navidad, por ejemplo. Por destacar un ejemplo, recordemos su libro de viaje American Notes, tras su estancia en Estados Unidos, donde no va como un mero turista sino que visita manicomios y cárceles para conocer la sociedad norteamericana en profundidad. Y denuncia la violencia ambiental, no sólo la ligereza con la que se usan las armas, sino la violencia institucionalizada que era la esclavitud, y llena los oídos de los norteamericanos con cosas que muchos no querían saber o preferían no pensar sobre su sociedad. Es un buen modelo para un periodismo responsable: estar atento a los hechos y a las experiencias concretas, y a la vez no perder de vista las grandes líneas de fuerza que subyacen a ellas, y que hacen que pase lo que pasa—líneas de fuerza que van desde las motivaciones profundas de la naturaleza humana y el carácter de las personas, hasta los intereses creados y las instituciones sesgadas que los protegen y los perpetúan.
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