Comentario que pongo a este artículo de THE CONVERSATION:
González Cussac, José Luis. (Chair of Penal Law, U de Valencia) ."Cuando secretos de Estado y espionaje chocan contra los derechos fundamentales." The Conversation 29 May 2022.*
2022
En efecto, los supuestos derechos individuales se someten siempre en última instancia a la razón de Estado, cuyo último juez no es ningún juez, sino los gobiernos y los poderes fácticos que los influyen o colocan. La razón de Estado Profundo, habría que llamarla más bien. Cada vez está más claro, para quien no tenga escamas en los ojos, que hay terrenos donde la tutela efectiva de la Justicia no es en absoluto efectiva, sino mero papel mojado o simulación. Nixon espió a la oposición y ha quedado para los anales de la historia el caso Watergate como un simulacro de que hay ley y justicia y derechos, y los criminales tienen su merecido (?). Luego en la era Obama sale a la luz que se espía a todo el mundo a gusto de las Agencias y gobiernos, ¿y qué pasa? Menos que nada. Con la generalización de las comunicaciones electrónicas el correo de todos está siempre abierto, y sólo los ingenuos o los interesados pueden escandalizarse. La situación está tanto más agravada en un país como España, cuya política está vendida a ni se sabe qué intereses imperialistas o globalistas, con lo que pierde sentido incluso la expresión de "interés nacional". Es el interés de los mangoneadores de turno, que emplean el Estado como un recurso a explotar. Eso es lo que tenemos, y descuiden que la cosa no va a ir a menos. El único remedio, parcial, claro, es vivir felices en la mátrix, con propaganda y fútbol que tapen las vergüenzas, y una prensa vendida que cante las loas del gobierno y de la Leal Oposición.
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