Pero no llegó a los ochenta. Hace diez años recordábamos así su ochenta aniversario, y cómo veía él la cosa en 2010. Comparada con 1931, o con 1961.
Se ahorró ver a sus hijos sesentones, cosa que si por una parte tranquiliza, nunca acaba de gustar del todo. La vida de un hijo debería aparecer no como ya vivida, sino abierta de posibilidades hacia el futuro—y así nos vio él siempre.
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