Un grotesco absurdo legal que le debemos agradecer a nuestros jueces y políticos, a los que la cisterna del báter se lleve en torbellino, vórtice y desagüe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se aceptan opiniones alternativas, e incluso coincidentes:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se aceptan opiniones alternativas, e incluso coincidentes: