(Artículo que envío hoy al Rincón de Opinión de la Universidad de Zaragoza):
La
Universidad de Zaragoza continúa ejerciendo la censura en el
lugar donde se supone se expresan libremente las opiniones de su
comunidad, el Rincón de Opinión, dando
así un
pésimo ejemplo de hipocresía en la
comunicación
social.
Una vez más se ha censurado un artículo de opinión mío enviado al Rincón de Opinión de la Universidad de Zaragoza. Como siempre, sin explicaciones ni comentarios ni respuesta por parte de los misteriosos administradores de este foro: misteriosos bajo Pétriz y misteriosos bajo López.
En ocasiones anteriores he protestado no sólo por la falta de claridad de las normas que rigen su uso, sino por que esas mismas normas, aprobadas en Consejo de Gobierno, vienen siendo vulneradas sistemáticamente desde que se creó este lugar de opinión: ni está libremente accesible por Internet (siendo sólo visible en la intranet de la Universidad), ni se da razón de lo que se acepta o se rechaza para su publicación.
En esta ocasión, mi artículo ("Impunidad los Expertos") opinaba sobre los abusos que se cometen en las oposiciones, con mucha frecuencia, y en concreto en una oposición a la que yo me presenté, cuando las comisiones utilizan la "discrecionalidad técnica" como excusa para cometer las mayores arbitrariedades, actuando no como expertos que sigan criterios objetivables, sino como reyezuelos arbitrarios que pueden hacer y deshacer a su gusto, y contar publicaciones o no según les venga en gana, sin atender a normas generalmente compartidas. Creo que es una experiencia bien conocida, y sobre la que existe un derecho a opinar—un derecho constitucional, por cierto. Y una cuestión que debería preocupar a esta universidad, en lugar de apresurarse a callar las voces que denuncian estas actuaciones manipuladoras y vergonzosas.
Yo por supuesto he hecho algo más que opinar sobre esto, y he planteado un contencioso administrativo contra la actuación concreta a la que me refiero: supongo que la Universidad tiene derecho a saber sobre esto, o yo al menos a darlo a conocer en un foro de opinión se supone que es libre.
Ahora bien, alguien (ni se sabe quién, pues este foro no confiesa quién lo administra, vulnerando su normativa una vez más), alguien, digo, al parecer opina, y decide, que yo no puedo opinar sobre esta cuestión en el espacio público que para la expresión de las opiniones ha creado la Universidad a la que pertenezco tanto como él, supongo. Y se siente además autorizado a suprimir tal opinión sin dar razón de sus razones, sin publicar sus criterios, y sin encomendarse ni a Dios ni al diablo. Esto se llama, ahora y en tiempos de Franco, censura. Ahora con más vergüenza, porque Franco al menos sentaba su santo derecho a ejercerla de modo bien explícito. Aquí no: aquí hay mucha palabrería de respeto a los derechos humanos, mucho congreso sobre la opresión en el franquismo, y mucho cuento y mucha hipocresía. Y sin que a nadie parezca importarle, además.
¿Se publicará esta opinión, la de hoy, digo, en el Rincón? ¿O será censurada una vez más? ¿Tendremos el privilegio de recibir una respuesta, o una explicación de por qué se ejerce descaradamente la censura en esta Universidad? ¿De por qué las opiniones de sus profesores o estudiantes son tan sospechosas de entrada que tienen que pasar por un filtro encapuchado? ¿O tampoco se aceptan en el Rincón de Opinión las críticas al Rincón de Opinión? Mal vamos, entonces.
¿Cambiará la Universidad sus normas pacatas y frailunas sobre la libertad de expresión en este foro público?
O, cuando menos, ¿seguirá al menos fielmente de una puñetera vez esas normas pacatas y frailunas? Porque eso ya sería un avance: que se reconozca que el administrador está allí para seguir las normas y las leyes, y no para hacer lo que le pase por las narices con un servicio público.
José Angel García Landa
Facultad de Filosofía y Letras
http://garciala.blogia.com/temas/universidad.php
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Diez años más tarde....
Bueno, diez años más tarde, todo ha cambiado, y nada ha cambiado. Puedes opinar sobre la Universidad en tu blog particular, como hago aquí, o en Facebook—incluso en un grupo de Facebook sobre la Universidad que nadie utiliza. Pero no en el recinto de la web de la Universidad, recinto vedado a la libre opinión y a la crítica. El Rincón de Opinión ha sido eliminado (la opinión siempre se ha considerado problemática en esta universidad, tan pacata que no se da cuenta de que evitando la polémica por sistema sólo se cae en la irrelevancia). La Universidad articuló sus propios boletines electrónicos de noticias pero sólo bajo el control de directores y decanos, y nunca para albergar opiniones ni noticias no filtradas. Y esta misma semana, sin ir más lejos, se me certifica que mi web, que había sido bloqueada a finales de diciembre por diversos problemas no especificados, sólo sería desbloqueada tras la supresión de mi blog personal en mi espacio.
Vamos progresando gloriosamente en el respeto a la libre opinión, la libertad de cátedra, y el libre uso sin censura de los medios que consagra el artículo 20 de la Constitución. Aquí sólo se opina y se publica lo que decida el Rector, que se ha tomado su título y denominación con un literalismo lamentable.
Un faro para la libertad de pensamiento, vamos.
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