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Me parece que hay un grave error de percepción en lo que se llama de manera generalizada “el autoritarismo de S., su afán por la poltrona, su apego al cargo” como si se tratase solamente de simples características psicológicas de este sátrapa.
De ninguna manera creo que eso sea un mérito personal de S.
Si este señor exhibe, hace alarde continuo de una chulería y de una confianza extremas, es debido a dos hechos fundamentales objetivos, ajenos a su persona:
En primer lugar está el apoyo incondicional que le ofrecen millones de borregos ignorantes y abducidos, dispuestos a la destrucción política, social, económica etc. de España; cualquier cosa ANTES DE QUE España caiga en manos de la derechona fascista. Estos millones aceptarán CUALQUIER COSA e incluso creerán que es algo fantástico.
En segundo lugar está el papel de los PODERES SUPRANACIONALES, que han elegido a este señor como lacayo indigno para llevar a cabo el designio maligno de la destrucción de España. Y si este señor se hubiese negado a desempeñar este papel, habrían elegido a otro sin más problema, pues la lista de postulantes debe de ser infinita.
Estos son los dos pilares resistentes, sólidos, que sustentan la obscena y grotesca exhibición de seguridad y valentonada de este déspota.
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