La noción de narración autoengendrada (self-begotten narrative) surge en relación a la novela o a las ficciones en estos trabajos de Steven Kellman:
Kellman, Steven G. "The Fiction of Self-Begetting." Modern Language Notes 91 (1976).*
_____. The Self-Begetting Novel. London: Macmillan, 1980.*
Evidentemente también sería en principio aplicable a géneros no ficticios y no novelísticos—la autobiografía, por ejemplo, muy especialmente.
Aquí señalo algunos elementos de autoengendramienento en una épica antigua, Beowulf. No se presenta la obra a sí misma como autoengendrada de manera un tanto paradójica o narcisista o sorpresiva, como sucede en las narraciones literarias artísticas, decimonónicas o modernistas, que son el principal objeto de estudio de Kellman. Más bien encontramos aquí (era de esperar quizá) la emergencia natural del tema a partir de la naturaleza misma de la narración, o quizá al revés y a la vez—la emergencia natural de la narración a partir de las prácticas sociales que dieron lugar a ella.
La narración retrata una sociedad heroica, y las prácticas sociales y discursivas asociadas a ella —el homenaje al héroe y al guerrero, la jactancia pública (y el compromiso de acción que conlleva). Entre estas prácticas está el canto heroico memorando las hazañas, y de ese canto surge Beowulf, y de ese canto también canta.
Sigo la traducción de Burton Raffel. He aquí un pasaje donde los compañeros de Beowulf celebran su heroismo tras la derrota de Grendel: han seguido la pista del monstruo hasta la laguna donde se pierde, tras su derrota a manos de Beowulf:
Where he'd dragged his corpselike way, doomed,
And already weary of his vanishing life,
The water was bloody, steaming and boiling
In horrible pounding waves, heat
Sucked from his magic veins; but the swirling
Surf had covered his death, hidden
Deep in murky darkness his miserable
End, as hell opened to receive him.
(Versos 845-852)
Y aquí vemos cómo el poeta épico habla de sus predecesores, los guerreros que cantan espontáneamente al héroe, cantos que son, podríamos decir, un primer esbozo de lo que la tradición oral convertirá en Beowulf:
Then old and young rejoiced, turned back,
From that happy pilgrimage, mounted their hard-hooved
Horses, high-spirited stallions, and rode them
Slowly toward Herot again, retelling
Beowulf's bravery as they jogged along.
And over and over they swore that nowhere
On earth or under the spreading sky
Or between the seas, neither south nor north,
Was there a warrior worthier to rule over men,
(But no one meant Beowulf's praise to belittle
Hrothgar, their kind and gracious king!)
And sometimes, when the path ran straight and clear,
They would let their horses race, red
And brown and pale yellow backs streaming
Down the road. And sometimes a proud old soldier
Who had heard songs of the ancient heroes
And could sing them all through, story after story,
Would weave a net of words for Beowulf's victory,
Tying the knot of his verses
Smoothly, swiftly, into place with a poet's
Quick skill, singing his new song aloud
While he shaped it, and the old songs as well—
Siegmund's
Adventures, familiar battles fought
By that glorious son of Vels. And struggles,
Too, against evil and treachery that no one
Had ever heard of, that no one knew (...)
(versos 853-878)
Y así se ve cómo a partir de la experiencia, interpretada a la luz de las viejas historias, que cantan hechos comparables, va surgiendo el canto que hará inmortal a Beowulf. Es especialmente memorable la expresión "Net of Words", red de palabras, como algo que se teje gradualmente, un texto, y a la vez algo que adquiere forma y estructura, y atrapa. Y algo que debe repararse o remendarse o rehacerse continuamente...
No olvidemos que empieza el poema con la celebración de las hazañas de los grandes reyes y llamando la atención sobre el recuerdo de las mismas—y más en concreto el gran reinado de Scyld, que viene a ser una analogía y predecesor de Beowulf, una vida heroica bien vivida y un memorable funeral que la imprime en la memoria. En ese sentido la autogeneración de Beowulf empieza con sus primeras líneas, y termina asimismo con el fin del poema, con el memorable funeral de Beowulf, la erección del monumento que (a modo del poema) perdurará y lo recordará a generaciones futuras. Alabanza, praise, es la última palabra del poema en la traducción de Burton Raffel.
Y es un final adecuado: Pues Beowulf el poema celebra la grandeza de los héroes, pero también celebra la celebración de la misma por los poetas, y en ese sentido es metaliteratura, self-begetting narrative—una justificación del papel de la poesía y la literatura en la perduración de la memoria, en la conservación de los valores que sustentan a la sociedad y la hacen posible.
También da el poema al héroe la inmortalidad que es posible "en esta tierra media." En el ejercicio y el análisis de su autogeneración, Beowulf el poema reclama la continuidad y retroalimentación entre los valores heroicos y la poesía que los sustenta y hace perdurar.
And then twelve of the bravest Geats
Rode their horses around the tower,
Telling their sorrow, telling stories
Of their dead king and his greatness, his glory,
Praising him for heroic deeds, for a life
As noble as his name. So should all men
Raise up words for their lords, warm
With love, when their shield and protector leaves
His body behind, sends his soul
On high. And so Beowulf's followers
Rode, mourning their belovèd leader,
Crying that no better king had ever
Lived, no prince so mild, no man
So open to his people, so deserving of praise.
(Versos 3169-3182)
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