Sobre la percepción antrópica

En el caso del ser humano, por supuesto el hecho de tallar la piedra, cosa que no hacen los primates, la convierte ya en una representación en sí misma de modo más intenso que una simple piedra hallada al azar, o incluso seleccionada por su conveniencia. Tanto más queda simbolizada o institucionalizada la piedra si es una herramienta conservada, guardada, e identificada a su poseedor. Queda humanizada por así decirlo, y adquiere un valor operativo para la percepción antrópica que no tienen las piedras usadas por el chimpancé o el alimoche.

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