Vía Digg, llego a este artículo de Katherine Unger, "Have We Met?" sobre la prosopagnosia o incapacidad de procesar las caras de la gente, un síndrome que se consideraba raro . . . hasta
ahora. Dicen los investigadores que lo puede sufrir hasta un 2% de la
población en grado suficiente como para alterarles la vida. Vamos, que
tampoco es cosa de todo o nada; si bien hay quien no reconoce caras en
absoluto, sí hay grados de buen funcionamiento del sistema. De hecho,
se extrañan los investigadores de que las áreas cerebrales
correspondientes a los sistemas de reconocimiento de caras estén
intactas en casi todos estos casos. A mí no me extraña.
Es
curioso cómo hay sistemas neurológicos especializados que dan lugar a
muchas de las funciones cerebrales que consideramos "naturales" o como
un reflejo no problemático de "la realidad". Así, me llamó
especialmente la atención cuando me enteré de la existencia de este
mecanismo especializado de reconocimiento de rostros. O de otro caso
curioso, la "visión ciega", blindsight,
caso de algunos ciegos que sólo pueden procesar indirectamente parte de
la información óptica, pero sin crear una imagen mental. No ven nada, y
sin embargo pueden reaccionar indirectamente a cosas que tienen delante
de los ojos, normalmente atribuyendo sus reacciones a otro tipo de
información, o asociaciones de ideas, o impulsos súbitos, y no a que
hayan visto nada. Supongo que son este tipo de ciegos los que han dado
lugar a esta especie de mitología de segunda vista o vista alternativa
en los ciegos, o a la suposición extendida de que algunos ciegos no lo
están realmente sino que se lo hacen.
Lo
de la prosopagnosia debe ser un caso de esos de sistemas que funcionan
con mayor rendimiento en unas personas que en otras, por cuestiones no
sólo de hardware sino de habilidad en el manejo del sistema,
entrenamiento, etc. Me extraña la cifra del 2% referida a caras reales.
El experimento se hizo al parecer con fotografías, y supongo que sólo
se pueden equiparar hasta cierto punto. Yo, por ejemplo, tengo
bastantes problemas para asociar fotografía y cara (por ejemplo en las
fichas que me dan los alumnos), y menos problemas para reconocer una
misma cara dos veces. A veces se me crean en clase dos alumnos
virtuales, la persona que imagino que me ha dado la ficha, y que
siempre falta a clase, y luego, una persona que asiste a clase pero
nunca me da ficha - - hasta que caigo que son la misma persona, o más
bien que la persona de la foto no existía, a veces me llevo un buen
chasco.
Yo
no sé si el sistema neurológico este lo tengo un poco changao, o mal
entrenado, o las dos cosas. Pero sí creo que me llega a afectar un poco
a la vida social. Por ejemplo, tengo bastante dificultad para reconocer
caras que no espero ver. Encuentros por sorpresa en la calle, etc., --
me cuesta procesar la información, a veces un tiempo suficiente como
para que la otra persona pase de largo, o para quedar mal.
Nunca,
o casi nunca, veo caras conocidas por la calle. Lo venía atribuyendo yo
a que vivo en una gran ciudad, y algo de eso hay, pero . . . puede que la ciudad a unos nos induzca a la prosopagnosia, y a otros a todo lo contrario.
En cuanto a mi propia cara, muchas veces no me reconozco tampoco.
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