Hoy he cogido una cámara digital que andaba tirada por casa sin que nadie le hiciese caso, y he empezado a hacer pinitos, a ver si pronto hago una exposición de fotos online. Antes me gustaban las fotos descentradas, con un montón de espacio uniforme ocupando la mayoría de la foto, y el motivo principal prensado en una esquina. Ahora me llaman la atención los reflejos y las imágenes superpuestas y difíciles de interpretar (fotos de fotos de dibujos reflejadas en un escaparate, o paisajes vistos a través de la carrocería de un coche). Creo que me aficioné a esto no tanto viendo fotografías (aunque seguramente también) como leyendo a Nabokov, muy aficionado a los efectos luminosos y los reflejos en su prosa. Hasta escribí un poquito intentando explicar por qué tanto reflejo en un artículo del año pasado ("The Poetics of Subliminal Awareness: Re-reading Intention and Narrative Structure in Nabokov’s ’Christmas Story’", European Journal of English Studies 8.1 [2004]: 27-48). Traduzco un trozo de allí:
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La tan apreciada imagen nabokoviana del reflejo, temática y composicionalmente central en este relato, destaca como un caso crucial de apropiación narrativa de procesos cognitivos subliminales. La reflexión es un símbolo natural de la consciencia y del conocimiento; así, hablamos de la cualidad reflexiva de los procesos conscientes en el cerebro, de la ficción reflexiva, etc. La imagen reflejada de un objeto necesita para ser procesada más intensidad que la imagen visual directa de ese objeto. Sugiero que un reflejo, incluso un reflejo representado, nos hace prestar atención (siquiera subliminalmente) al funcionamiento de la mente en tanto que re-proyección interpretativa: para encontrar sentido a la imagen reflejada, necesitamos re-construirla, situándola respecto de un esquema conceptual-perceptivo. La proyección activa de esquemas conceptuales que es característica de la experiencia consciente se vuelve así más evidente en el curso del procesamiento cognoscitivo de imágenes distorsionadas, reflejos, etc.
Otro excurso neurológico. Según Weiskrantz, la generación de "pensamientos sobre pensamientos" puede ser constitutiva de la experiencia consciente, más allá de ser meramente un procedimiento heurístico para la representación de la consciencia. En el caso de la percepción visual, estos pensamientos-comentario pueden, quizá, realizarse neurológicamente como retroproyecciones, emitidas desde subsistemas especializados en modalidades particulares de procesamiento visual, hacia el área cortical principal encargada de la recepción de datos visuales (Lawrence Weiskranz, Consciousness Lost and Found, Oxford: Oxford UP, 1999: 216-17; cf. 75-76). Es decir, el cerebro actúa, ya al nivel de los procesos neurologicos básicos, como un aparato de proyección que se sintoniza activamente a tipos específicos de input —y no meramente como un receptor. Hay mucho trecho desde semejantes exploraciones del funcionamiento de las vías neurales hasta una explicación neurológica del procesamiento retroactivo y proyectivo de la información conceptual. Sin embargo, hay indicaciones prometedoras de que las teorías constructivistas del conocimiento y de la percepción (el análisis de marcos, por ejemplo) puedan en última instancia conectarse con el trabajo de los neurólogos. Mi idea al efecto de que el procesamiento de los reflejos es en sí mismo reflexivo o conducente a la consciencia debe quedarse, entretanto, en lo que se refiere a su base neurológica, un plano meramente especulativo (de speculum, espejo). Al menos, hay en la actualidad neurólogos como Weiskrantz que se plantean el estudio de la consciencia como un problema científico, en lugar de dejarlo de lado como un pseudo-problema metafísico. En cuanto a la relevancia de todo esto para el estudio de la escritura de Nabokov, recordemos el énfasis que él ponía en una entrevista en "la maravilla de la consciencia" (cit. como epígrafe de Boyd, Vladimir Nabokov: The Russian Years, Princeton UP, 1990). La posible existencia de una relación inherente entre la intensificación del teatro de la consciencia y el procesamiento de imágenes distorsionadas y reflejadas ciertamente haría mucho por explicar el papel de éstas en la narrativa de Nabokov.
Ésta podría ser, pues, una razón por la cual Nabokov gusta de usar, en su narrativa tan intensamente visual, imágenes perceptualmente complejas. En "The Christmas Story", una de estas imágenes juega un papel crucial. Un reflejo en un ojo se utiliza para comunicarnos —para hacernos conscientes de— la intensidad de un re-conocimiento que súbitamente nos permite vislumbrar, en un breve destello, el pasado del personaje como una terra incognita....
Sucede esto cuando un árbol de navidad le lleva al protagonista a recordar otro árbol y otro día, tiempo atrás, y
"the
woman he loved in those days, and all of the tree’s lights reflected as
a crystal quiver in her wide-open eyes when she plucked a tangerine
from a high branch. It had been twenty years ago or more—how certain
details stuck in one’s memory...."
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Sucede con los reflejos lo mismo que con los juegos de palabras; son lugares donde la realidad se complica, revela planos ocultos y se concentra en sí misma para crear profundidades mediante un juego de superficies múltiples, como las transparencias y facetas de un cristal tallado. Un diamante es bonito, de hecho hasta su nombre es bonito, pero aún más bonito si vemos al amante que contiene - ya se sabe, "un día amante es para siempre". Y desde luego parte de lo que hace a un diamante bonito son sus reflejos, que no están en él, sino en nuestra retina.
(Algunas fotos con reflejos aquí: )
http://www.unizar.es/departamentos/filologia_inglesa/garciala/fotos.html
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