El otro día se causó un revuelo cuando protesté por el maltrato administrativo que, muy a conciencia, me viene infligiendo mi departamento (de Filología Inglesa y Alemana, Universidad de Zaragoza). Causó un revuelo la protesta—no el maltrato, eso para nada. Una actitud que es un indicio seguro de fariseísmo.
Maltrato había: se trata de que por oscuros y complejos motivos, en nuestro departamento se han puesto a examinarnos y baremarnos el currículum para ver si podemos aspirar a dar clases en el máster. Esto, aclaro, ya entra dentro del maltrato, pues es algo que (en lo que a mí se me alcanza) no se hace en ningún otro departamento, y menos con profesores titulares y doctores con muchos años y sexenios de antigüedad. De hecho, esta curiosa norma sólo se nos ha aplicado a la Dra. Penas y a mí, en toda la Universidad. Que yo sepa.
Bien, pero mi protesta no iba por eso (que también) sino porque, puestos a baremar, ya liándose la manta a la cabeza y por acabar con el tema in one fell swoop, me pusieron mis colegas los del baremo un CERO PATATERO en publicaciones (0,75 puntos). Diciendo que no tengo ninguna de las que valen para aspirar al máster. Y ojo, que la asignatura a impartir se llama "La representación: formas, métodos y problemas"—más general imposible, y encima la semiótica, la teoría crítica, la representación, la hermenéutica, la narratología, etc. son el meollo mismo de mis publicaciones. Que a mí me suman, aplicando el baremo, más de 400 puntos, y a ellos, dicen, 0,75. Como que hay un pequeño desencuentro matemático. Y que si hablo de sinvergüenzas en este caso, es por algo.
Como las fechorías que hicieron mis compañeros al baremarme son de empezar y no acabar, hoy llamaré la atención sólo sobre una irregularidad más. Igual de gorda que la que supone ponerme un cero en investigación. ¿Igual de gorda? ¿No será imposible? Pues no, no será. Aquí no se cortan un pelo, como van a ver.
Según el baremo, se nos tienen que dar puntos por varios conceptos (aparte de las publicaciones): cuerpo docente, antigüedad, sexenios, etc. Uno de los conceptos es "Antigüedad en la impartición de la asignatura" (o sea, de la asignatura cuya asignación está en disputa). Bien, aquí tengo cero puntos, porque como los catedráticos desde el principio pusieron a dedo (contrariamente a derecho) a gente de sus equipos, eliminándonos de entrada a los que no estábamos en el equipo, pues tienen ellos la antigüedad. Esto lo ordenó deshacer un juez, pero aquí no se han dado por aludidos.
Pero a lo que iba es a otra cosa: otro concepto baremable, diferenciado de ése, es "Adecuación del perfil docente": aquí se dan puntos por experiencia docente universitaria, sin especificar en qué asignaturas. El baremo diferencia simplemente entre "Asignaturas de primer y segundo ciclo", que reciben puntuaciones diferentes, dos puntos por año o un punto, según tengas buena nota o regularcilla en las encuestas de docencia—y "Tercer ciclo" —cursos de doctorado, a tanto el crédito (0,25 puntos en concreto).
Parece claro, ¿no? Tantas asignaturas impartidas con buena puntuación, tantos puntos. Tantas otras con puntuación flojilla, tantos puntos. Y tantos créditos de doctorado, tantos puntos.
Pues, según la Comisión ésta, adivinen cuántos puntos tengo yo—que vengo impartiendo dos o tres o cuatro asignaturas por año en este departamento, desde los años ochenta, y siempre con evaluaciones positivas.
A ver, un intento.... Adivinanza. No es difícil.
¿Sería demasiado tentador... decir que tengo cero puntos, igual que en publicaciones? ¿Serán tan facinerosos?
Pues en efecto. Cero puntos tengo, "según baremo", también en experiencia docente. Más exactamente, 0,2. Porque admiten que una vez di un crédito de doctorado (cuando en realidad he dado bastantes cursos de doctorado, y no de un crédito precisamente).
Esta sarta de falsedades consta en un documento público llamado Acta nº 208 de la Comisión de Ordenación Docente. Aclara la comisión en un preámbulo que no van a contar todas las asignaturas, sino únicamente las que les parezcan más parecidas a la asignatura que se solicita (Vamos, que se inventan otro baremo sobre la marcha, otro que les gusta más, en lugar de utilizar el que deberían aplicar y dicen que van a aplicar). Y así, resulta que los profesores "bendecidos" por los catedráticos sí que han impartido asignaturas por las que les caen puntos, y en cambio la experiencia docente de los demás se evapora. Y con cero puntos de experiencia docente que te quedas.
Bien. Estos colegas es obvio que, o no saben aplicar un baremo, o no quieren saber. Más bien me sospecho lo último, habida cuenta de la trayectoria que llevamos hasta ahora.
Por cierto, los doctores firmantes de estas sumas maravillosas, y responsables directos de esta valoración, se llaman Jesús Sánchez (subdirector del departamento y presidente de esta comisión de ordenación docente) y Mónica Calvo (secretaria del departamento y de la comisión). Hay otras dos profesoras que, para sorpresa mía, también suman así de bien, pero están desaparecidas missing y no han defendido en público esta baremación. Pero allí están sus nombres en el acta: las Dras. Castro y Aguado.
Y aunque esta bazofia fue denunciada ante el Consejo de Departamento, el Director (el Dr. Ignacio Guillén—que todos tienen doctorado, no crean) optó por no aceptar revisiones ni alegaciones, sino que defendió la actuación de la comisión, y sometió en bloque toda la baremación a votación del Consejo de departamento: todo el hediondo paquete, sí, o no (oséase, "los que estén conmigo que se levanten y me sigan").
Y para infamia y vergüenza suya, el departamento en pleno votó por aprobar esta falsedad, por abrumadora mayoría, a pesar de que les insistí que reflexionaran bien antes de actuar, que pensasen si tenía esto pies ni cabeza.
Es decir, que mis colegas, con los que vengo trabajando desde hace muchos años en unos casos, y menos años en otros, y creíamos conocernos, han decidido falsear mi expediente académico, declarando en documento oficial que según les consta tengo CERO puntos tanto en docencia como en investigación, a la hora de baremarme para impartir una asignatura de mi área y especialidad. Una grave falsedad que han vertido sobre mi carrera, en un momento crucial en que se inauguran unos nuevos estudios y hay que ubicarse en ellos. Lo han hecho sabiendo muy bien, me temo, que lo hacen—y cada cual sabrá por qué lo hace, supongo. ¿Tiene esto algún tipo de justificación intelectual o moral? Para mí no la tiene, y aunque el caso sea irrelevante en Europa, para mí y para mi carrera en esta universidad es un asunto muy serio. En el que la gente, por otra parte, demuestra no sólo "con quién está", sino también lo que es.
Así que ruego que si alguien en mi departamento me va a apoyar—si alguien quiere desvincularse de esa infame votación, o cree que hay "algo" irregular en esta baremación—o si alguien ha reflexionado un poco más despacio sobre lo que hizo el otro día... pues que lo diga públicamente—aquí mismo, por qué no, ya que se lleva el estilo Ricardo Tercero. O que me lo haga saber en privado, si nota demasiada presión ambiental.
El asunto, por otra parte, está en los juzgados.
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Otra baremación:La Comisión de Ordenación Docente, y el Consejo de Departamento de Filología Inglesa y Alemana, realizaron una baremación errónea y distorsionada de los méritos de los diversos candidatos que habían solicitado las asignaturas "La representación" y "Alternativas al canon", dando como resultado estas puntuaciones chocantes:
María Benita Nadal Blasco: 82,1 puntos
Luis Miguel García Mainar: 71,6 puntos
María Dolores Herrero Granado: 59,4 puntos
José Angel García Landa: 41,6 puntos
Beatriz Penas Ibáñez: 41,2 puntos
Las que siguen serían unas puntuaciones más ajustadas a nuestro parecer, ateniéndonos a los términos del baremo y no a los criterios subjetivos acordados por la comisión. Sin entrar a cuestionar la puntuación que la comisión da a los demás candidatos, pues la aceptamos igual que ellos para los fines de este procedimiento, ésta desciende en nuestra contabilización al ser prorrateada en diversos apartados frente a puntuaciones superiores que se habían infravalorado.
PUNTO I: PERTENENCIA A CUERPOS DOCENTES:
(Único punto que queda igual en nuestra baremación y la de la Comisión)
B. Penas: 16 puntos
J.A.García Landa: 16 puntos
M. B. Nadal: 16 puntos
M.D. Herrero: 16 puntos
L.M. García Mainar: 16 puntos
PUNTO II: ANTIGÜEDAD EN LOS CUERPOS DOCENTES (HASTA 20 PUNTOS)
(La Comisión sólo cuenta la antigüedad en el último cuerpo docente al que pertenecen los candidatos, excluyendo la antigüedad total en los cuerpos docentes universitarios que es el objeto de este punto)
B. Penas: 73 puntos = 20 puntos
J.A.García Landa: 70,2 puntos = 17,86
M.B. Nadal: 57,4 puntos = 14,73
M.D. Herrero: 43,9 puntos = 12,03
L.M. García Mainar: 32,2 puntos = 8,82
Nota: Deberían revisarse las puntuaciones de los tres últimos candidatos para incluir su pertenencia a todos los cuerpos docentes precedentes que ocuparon. SI LO SOLICITARAN LOS INTERESADOS, pues ellos han dado por buena esta puntuación de la comisión.
PUNTO III: ANTIGÜEDAD EN LA IMPARTICION DE LA ASIGNATURA (HASTA 20 PUNTOS)
Deberían contabilizarse CERO PUNTOS a todos los candidatos, al haberse ordenado en el Juzgado la retrotracción del procedimiento. Las asignaturas impartidas por los candidatos Nadal, García Mainar y Herrero lo fueron contrariamente a derecho, y es especialmente improcedente que se les puntúen frente a los perjudicados por ese procedimiento.
PUNTO IV: ADECUACION DEL PERFIL DOCENTE (HASTA 20 PUNTOS)
L.M. García Mainar: 43,25 puntos = 20 puntos
B. Penas: 41,75 puntos = 19,31
J. A. García Landa: 41 puntos = 18,96
Benita Nadal: 37,5 puntos = 17,34
M.D. Herrero: 27,25 puntos = 12,60
Los prorrateos de la Comisión son erróneos incluso en sus propios términos; los profesores Nadal y Mainar obtienen 20 puntos partiendo de las siguientes puntuaciones diferentes: 43,25 y 37,5
Por otra parte, no se entiende de dónde puede haber sacado la comisión la puntuación de 0,25 puntos para la Dra. Penas Ibáñez y de 0,37 para García Landa, si se aplica este baremo.
PUNTO V: ADECUACION DEL PERFIL INVESTIGADOR (HASTA 15 PUNTOS)
Los criterios totalmente subjetivos e inverificables usados por la Comisión no respetan los términos del baremo. La aplicación del baremo tal como la ha hecho la comisión se ajusta estrictamente a algunos temas de los programas publicados de las asignaturas, sin ajustarse a los términos del baremo que habla de "materias con perfil afín" dando por hecho que puede existir esta afinidad entre materias que no son iguales. Hay que decir que tenemos que dar por buena la valoración del currículum investigador de los otros candidados dado que no conocemos el detalle del currículum presentado en cada caso, y dado que ellos han aceptado esta puntuación. Nótese sin embargo la extraña coincidencia de puntos que da la comisión a los candidatos García Mainar y Nadal, poniendo a cada uno respectivamente en cabeza de una de las dos asignaturas en litigio.
Nuevo prorrateo global:
J. A. García Landa: 434,5 puntos = 15 puntos
B. Penas: 240 puntos = 8,29
L. M. García Mainar: 97,7 puntos = 3,37
M. B. Nadal: 97,7 puntos = 3,37
M. D. Herrero: 37,8 puntos = 1,30
PUNTO VI: FORMACION PARA LA DOCENCIA (HASTA 5 PUNTOS)
La Comisión no contabiliza como proyectos de innovación docente los programas Erasmus, etc. que sí tienen esa consideración oficial en la Universidad de Zaragoza
B. Penas Ibáñez: 24,5 puntos = 5 puntos
M. B. Nadal: 4,5 puntos = 0,92
M. D. Herrero: 2,1 puntos = 0,43
J. A. García Landa: 2 puntos = 0,40
L. M. García Mainar: 1,8 puntos = 0,37
RESULTADOS TOTALES PARA ASIGNACION DE CADA ASIGNATURA:
- LA REPRESENTACION: FORMAS, MÉTODOS Y PROBLEMAS
García Landa: 68,22 puntos
García Mainar: 48,56 puntos
Herrero Granado: 42,36 puntos
- ALTERNATIVAS AL CANON
Penas Ibáñez: 68,60 puntos
Nadal Blasco: 51,36 puntos
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Para obtener resultados muy distintos a éstos, y eliminar a los candidatos que no pertenecen a los grupos de investigación favorecidos, la Comisión tuvo que hacer cosas como darle al Dr. García Mainar, en cuyo tribunal de tesis estuve yo y con mucho gusto, veinte o treinta veces más puntos que a mí, tanto en docencia como en investigación—por el sencillo método de ponerme a mí cero puntos en cada uno de esos apartados, contra toda evidencia. Pero claro, eso es hacer trampa.Existen dudas sobre la adecuación del sistema del prorrateo de puntos que hemos seguido tanto la comisión en su baremación como yo en este nuevo recuento. De no aplicarse esto, varios candidatos obtendrían la puntuación maxima del baremo, con lo cual volverían a introducirse o los prorrateos o la prioridad por jerarquía y antigüedad.
Pero es que, por otra parte, al margen de los méritos que tenga cada cual para baremar, un juzgado ordenó que no se aplicase este baremo para la docencia de postgrado (Juzgado Contencioso Administrativo de Zaragoza nº 2, sentencia 268/09). Es un baremo que (además) no existe sino en este departamento. En los demás departamentos de esta y cualquier universidad, los profesores eligen asignaturas siguiendo el turno de jerarquía y antigüedad. Incluso en este original departamento, nunca se había aplicado este baremo. Es más, el propio departamento lo ha derogado para la docencia de máster, nada más aplicarlo en esta útima ocasión. Nos quedamos como caso insólito y muy ad hoc.
Eligiendo por jerarquía y antigüedad como en todo el mundo mundial—aunque de hecho tengamos además, más méritos, quedaría como sigue:
La Representación: Elige García Landa antes que García Mainar y Herrero Granado.
Alternativas al Canon: Elige Penas Ibáñez antes que Nadal Blasco.
Aquí se ha decidido, muy a conciencia, hacerlo todo al revés. Pero señores, si se creían que íbamos a plegarnos mansamente a la arbitraria voluntad de la coordinadora y sus co-coordinadores (como hace la dirección del Departamento), han pinchado en hueso. Así que en los juzgados nos seguiremos viendo sobre este asunto.
Retorciendo la normativa
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PS, 2019. Los juzgados decidieron, y nos dieron la razón. Se desautorizó la ordenación docente y las baremaciones y todo este montaje de nuestros catedráticos y departamento y colegas, y se nos adjudicó, por orden judicial, no sólo la docencia de este curso sino, por ficción legal, la de los anteriores que se había adjudicado con estas normativas falsarias e ilegales. Un asunto lamentable que dejó huella durante años en las malas prácticas del departamento, y en el ambiente de trabajo. Un legado pernicioso oculto bajo una manipulación del discurso de la "calidad", al servicio del feudalismo más vergonzoso. En fin, atrás quedó, y es de esperar que de algo haya servido la lección aprendida en los tribunales.
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