Esta noche de Todos los Santos, después de varios años de no verla, me he encontrado con mi ex, por azar, en una calle solitaria, delante de la casa donde vívíamos hace casi 30 años.
Como en una obra de teatro, han salido de escena unos minutos mis hijos, con quienes iba, y nos hemos encontrado en la calle vacía. "Igualica, sólo con un poco de tinte en el pelo"... como en el tango ése que cantaba de las nieves del tiempo.
Ha sido un momento triste, pero también ha sido bonito, y de cierta justicia onírica. Casi como de una dimensión aparte de la realidad. Y sólo ha sido un momento de esos que pasan. Todo pasa (a veces pasa inesperadamente) —y todo queda.
Por un momento he estado a punto de enviarle esta música de Antony and the Johnsons. Pero para qué, si al final de todo es mejor ni ver ni oír ni sentir.
—oOo—
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se aceptan opiniones alternativas, e incluso coincidentes: