Tras veinte años de espera, consigo ver The Quatermass Xperiment, uno de los clásicos del cine de ciencia ficción, por gentileza de MFA. Británica, mediados de los cincuenta; resulta ser un cruce entre Vampyr, The Thing from Outer Space y The Blob. Y Frankenstein, claro, con el Dr. Quatermass como el científico, ambivalentemente presentado, que no duda en arriesgar a otros y la humanidad entera por amor a la pura investigación. Hasta huye el infortunado astronauta muy a lo monstruo, campo a través, y hay una escena de homenaje con niña y todo. La evolución del humano a pulpo espacial me recuerda una especulación recogida en Velocidad de Escape, de Mark Dery, donde nos decían que a pesar de sus limitaciones estéticas, ese cuerpo sería el que mejor daría de sí en la ingravidez. Algunos se apuntarían ya... Por cierto, que luego me ha hecho soñar con un pulpo humano, como uno que se ve en Chimaera, que lo compraba vivo en el mercado y luego no me apetecía comérmelo. Viva la ciencia ficción pasada de moda, la de The Twilight Zone etc etc.; proporciona placeres propios y muy suyos que no puede dar la que es contemporánea nuestra. Da una sensación especial el ver los futuros pasados. Aunque, ay, esta ya casi es contemporánea nuestra, según cómo contemos; cómo se queman etapas, y cómo vamos de cabeza al pasado... El estudio de radio nada más, o los bomberos, merecen un capítulo aparte en Quatermass. Pronto veremos la segunda parte. También veo Piratas del Caribe, pero esa carece de aura para mí; la tendrá para los niños que la ven ahora
—oOo—
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se aceptan opiniones alternativas, e incluso coincidentes: