Leíamos con la Dra. Penas un ensayo de José Angel Valente, "Las palabras de la tribu", ahora que han salido sus ensayos completos en un volumen (gordo) de Galaxia Gutenberg. Y de la contraposición que establece Valente entre lo que podríamos llamar literatura de exploración y literatura de tesis, extrae la Dra. Penas una analogía similar aplicable a la investigación, en particular en humanidades. La investigación exploratoria, investigación del conocimiento, frente a la investigación políticamente dirigida, investigación que llega a conclusiones predeterminadas, o investigación de tesis. Primero, sobre la poesía. La noción de poesía de Valente es muy concreta, y no parece en absoluto aplicable al conjunto de lo que entendemos por poesía, que son cosas muy variopintas con funciones muy variopintas. Pero sí es aplicable a una parte muy interesante y central de la escritura creativa—desde luego a la que interesa a Valente, que entiende la poesía, y la creación literaria, como una empresa filosófica en sentido originario: como búsqueda de lo desconocido, como exploración—sí, como investigación. Opone Valente el énfasis que se ha puesto en los aspectos comunicativos de la poesía, o de la literatura en general. La comunicación es importante, pero viene después de aquello que se busca comunicar. Por eso la poesía entendida como búsqueda es más interesante que la poesía entendida como comunicación. Cito largo—insertando "investigación" o "crítica" allá donde Valente dice "poesía" o "literatura":
"El predominio de la comunicación ha desplazado en cierto modo la interpretación de la obra literaria crítica como medio de acceso a la realidad o a lo que de ésta queda oculto o encubierto. Pero sólo entendida como invención o hallazgo de la realidad encubierta cobra la actividad poética investigadora su verdadero sentido e impone la razón profunda de su necesidad.
No pretendo, por supuesto, excluir el elemento comunicación. Se trata sólo de que éste no llegue a invalidar el sentido primario de la palabra poética investigación. La comunicación acompaña como efecto complementario o adicional al proceso creador investigador, pero no lo condiciona en su origen. Para considerar la comunicación como lo primordial o característico del acto creador crítico o investigador sería necesario que el poeta investigador dispusiese al iniciar el poema la investigación de un material previamente conocido que se propusiera comunicar. No es este propósito, a mi entender, el impulso original de la operación poética. Cualquiera que haya experimentado o analizado el proceso de creación investigación crítica sabe que el comienzo de un poema descubrimiento crítico (e insisto en que este término se extiende aquí a toda forma esencial de creación por el lenguaje) es siempre mucho más azaroso e infinitamente más precario. Todo movimiento creador investigador auténtico es en principio un tanteo vacilante en lo oscuro. Porque la poesía investigación crítica opera sobre el inmenso campo de la realidad experimentada, pero no conocida. En términos absolutos, el poeta investigador no dispone de antemano de un contenido de realidad conocida que se proponga transmitir, ya que ese contenido de realidad no es conocido más que en la medida en que llega a existir en el poema el texto crítico. Es este último el que nos permite identificar el material de experiencia sobre el que hemos trabajado.
El sector de realidad encubierta que viene a encontrar manifestación en el poema la investigación constituye lo que en otra ocasión he llamado objeto del poema de la actividad investigadora. El objeto del poema de la actividad investigadora, de la obra de crítica crítica impone a la palabra capaz de alojarlo su condición y su ley. En último término, lo que llamamos 'forma' no es más que el destino que la realidad impone a la palabra, es decir, el condicionamiento de la palabra por la realidad que en ella se manifiesta y, claro está, sólo cuando esa manifestación se produce existe la palabra poética investigación como tal.
Conviene, desde ese punto de vista, distinguir cuidadosamente el objeto del tema. El objeto del poema texto auténticamente crítico es la zona de realidad, poéticamente críticamente conocida, que el poema la investigación crítica revela. El tema es el enunciado genérico de esa realidad, que aun así enunciada puede seguir estando encubierta. El tema no determina la forma; en cambio, entre ésta y el objeto hay un condicionamiento dialéctico. El tema es por sí solo poéticamente inerte para la crítica y la investigación. Puede haber tratamiento literario académico de un tema en ausencia de un verdadero objeto poético crítico o investigador; en tal caso, la obra de arte investigación auténtica no se produce jamás. Se obtiene, en cambio, un subproducto: la literatura investigación de tesis o de tema. (...)
Recordemos ahora el texto de Adorno (...): "Las obras de arte críticas son exclusivamente grandes porque dejan hablar a lo que oculta la ideología". Por eso, toda institucionalización o fijación ideológica tiende a anular el margen creador de la sobreintencionalidad. Es ésta la zona donde el juego del arte el oficio de la investigación ofrece peligro. La ideología brinda entonces al escritor investigador un surtido de temas al que aquél puede, por una u otra razón, acogerse, pero cuanto mayor sea su sumisión a la intencionalidad temática mayor será la distancia que lo separa de la realidad. En tales condiciones, la literatura investigación tiende a tematizarse, es decir, a convertirse en mera comunicación de temas, y el proceso creador crítico/investigador pierde su calidad de conocimiento, lo que lo esteriliza de raíz."
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