He soñado, o soñé, que mi padre era el director
y el cámara, y productor (no el guionista,
pues no había guión preescrito) de una película,
que muchos años después veía la gente, y preguntaban,
quiénes eran esos que salían en la película y actuaban,
Si vivir puede llamarse actuar. Era en Atlantic City.
Tan poco control hay sobre lo que son nuestras vidas
y sus públicos futuros (nosotros entre ese público futuro).
Y los sitios donde estamos en los sueños.
Desde luego no parecían conscientes los actores
de nosotros y de en qué rollo estaban, ellos en su película.
Ni el director lo tenía eso pensado.
Y les explicaba yo a mis niños quiénes eran,
esas personas apenas reconocibles del vídeo casero,
y las irreconocibles, quienes éramos. —Ah. Vale.
Y preguntaban, en el sueño, —¿y siempre estábais en Atlantic City?
Ahí decía yo, contra toda evidencia, que no,
Que yo nunca había estado en Atlantic City—Ah.
Y era cierto también, en cierto modo sólo,
Porque nunca he estado en Atlantic City.
Son sueños sin embargo que pueden soñarse.
Deberías escribir un libro de cuentos, o de posts, y crear así un nuevo formato.
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