(del Diccionario de Filosofía de José
Ferrater Mora:)
CONSTRUCTIVISMO. Este término, así como 'construccionismo' y 'construccionalismo', se emplea para caracterizar tendencias filosóficas en las que la noción de construcción —y la noción correlativa de "constitución"— juega un papel importante.
En su obra Der Konstruktionsbegriff im Umkreis des deutschen Idealismus (1973 [Studien zur Wissenschaftstheorie, 7)] Helga Ende indica que el término constructio aparece en latín en el siglo I antes de J. C. para designar los modos de articular palabras en frases. Antes se había recurrido a la noción de construcción en geometría. Esta noción se extendió en la época moderna para designar modos de construcción de figuras geométricas. La idea de construcción, y hasta el correspondiente vocablo, se usaron en arquitectura.
Hay en Kant una orientación hacia la construcción en tanto que constitución del material de la experiencia mediante formas a priori de la sensibilidad y, sobre todo, mediante conceptos puros del entendimiento. La citada tendencia, que tiene un sentido primariamente epistemológico en Kant, tiene un sentido metafísico y metafísico-moral en Fichte y Schelling. En Fichte especialmente, la realidad es entendida en función del acto de su construcción por un Yo activo. Se trata de un "constructivismo" dinámico y "operativo". La construcción, o constitución, es una "posición" (véase PONER, POSICIÓN).
Un ejemplo, muy distinto, de "constructivismo", se halla en Bertrand Russell, con la máxima: "Dondequiera que sea posible, hay que reemplazar las entidades inferidas por construcciones". La máxima de referencia va aparejada al uso de la "cuchilla de Occam". Inferir entidades es tender a poblar ontológicamente el mundo. En vez de ello se procede a construcciones lógicas, las cuales no tienen ninguna realidad metafísica, y pueden ser consideradas, según indica Russell, como "ficciones simbólicamente construidas". En su trabajo sobre la relación entre los datos de los sentidos y la física (The Relation of Sense-Data to Physics), de 1914, Russell da varios ejemplos del procedimiento constructivo propuesto. Así, en vez de tomar varias colecciones e inferir de ellas un número cardinal que se supone es su propiedad común, se define el número cardinal como clase de todas las colecciones igualmente numerosas. En vez de inferir entidades inobservadas e inobservables a base de observaciones sensibles, se procede a construir nociones como las de "espacio", "tiempo", "cosa" y "materia". En este último caso Russell liga el constructivismo al perspectivismo (VÉASE), según el cual las perspectivas son como "mundos privados" sin sujetos percipientes.
La noción de construcción es central en la "teoría de la constitución" de Carnap, desarrollada en La construcción lógica del mundo (Der logische Aufbau der Welt, 1928), 'Construcción' equivale aquí a 'constitución', que a su vez se entiende como 'reducción'. Carnap habla de teoría de la constitución o teoría constitucional, definición constitucional y sistema constitucional (expresiones que hoy se tiende a transformar en 'construcción' o 'teoría construccional', 'definición construccional' y 'sistema construccional'). Nos hemos referido a la teoría de la constitución (o construcción) de Carnap en los artículos CONSTITUCIÓN Y CONSTITUTIVO y REDUCCIÓN. Se trata, a la postre, de tomar un número de conceptos fundamentales y en derivar de ellos los demás conceptos (o de reducir los conceptos a un número de conceptos fundamentales). Carnap escribe que "construir [constituir] un concepto a base de otros conceptos es indicar su 'definición construccional' ['constitucional'] a base de estos otros conceptos" (Aufbau, § 35). "Por 'definición construccional' [constitucional] de un concepto a, a base de los conceptos b y c —sigue diciendo Carnap— se entiende una regla de traducción que proporciona una indicación general del modo como cualquier función proposicional en la que aparece a puede ser transformada en una función proposicional concomitante en la que ya no aparece a sino sólo b y c." Siguiendo a Carnap, Nelson Goodman habla de "definición construccional" y escribe que "en un sistema construccional... se introuducen la mayor parte de las definiciones para propósitos de explicación. Las definiciones pueden ser arbitrarias en el sentido de que representan una elección entre ciertos definientia alternativos, pero cualquiera que sea la elección, el definiens es un complejo de términos interpretados, y el definiendum es un término significativo familiar; y la exactitud de la definición depende de la relación entre ambos (The Structure of Appearance 1951; 2ª ed., 1966).
Tanto el sistema de Carnap como el de Goodman pertenecen a una serie de posibles "sistemas fenomenistas", expuestos por C. Ulises Moulines (véase MOULINES) en La estructura del mundo sensible (Sistemas fenomenistas), 1973. C. Ulises Moulines presenta también su propio sistema fenomenista, el "sistema T-S" (temporalidad-semejanza) que es un sistema "construccional".
Los sistemas construccionales de los tipos indicados pueden tener supuestos o implicaciones ontológicos, pero no es menester abrazarlos. La elección de los conceptos fundamentales es asunto de convención. Así, en principio, puede tratarse de conceptos mentales o de conceptos físicos. Pero puede tratarse asimismo de conceptos físicos. Pero puede tratarse asimismo de conceptos que no tengan connotación mental ni física.
En un sentido más general, se ha hablado de "constructivismo" para referirse a tipos de análisis en los que desempeñan un papel importante los conceptos lógicos y las operaciones lógicas, a diferencia del análisis del "lenguaje corriente". Desde este punto de vista puede considerarse como "constructivista" a Quine.
Se habla asimismo de constructivismo en la matemática. En un sentido muy amplio, el constructivismo matemático, y metamatemático, es una tendencia que se opone al logicismo. Según el constructivismo, una "entidad" matemática existe—esto es, "es demostrable"— sólo en la medida en que se puede proporcionar una regla o técnica de construcción de la misma. Han defendido el constructivismo Poincaré y los intuicionistas, pero, como indica Javier de Lorenzo (La filosofía de la matemática de Poincaré, 1974, págs. 3, 356-57), "prácticamente casi todas las formulaciones realizadas tras la aparición de las antinomias recurren, de una manera más o menos explícita, al constructivismo; incluso aquellos realistas platónicos que sostenían el logicismo primitivo a ultranza, tras las restricciones a sus excesos platónicos producidas por las limitaciones formalistas... han aceptado métodos que califican de constructivos".
Paul Lorenzen ha llamado "constructivismo material" al tipo de pensamiento que ha desarrollado en sus obras Normative Logic and Ethics (1969) y Konstruktive Logik, Ethik und Wissenschaftstheorie (1973) (esta última en colaboración con Oswald Schwemmer). Consiste en la construcción de un lenguaje que sirva de base común a todos los lenguajes científicos, técnicos y prácticos. Este lenguaje común es un esquema conceptual que va introduciendo sus términos (conceptos) paso a paso, construyendo la sintaxis y la semántica. Puesto que esta última introduce el contenido o "materia" del lenguaje, el constructivismo es llamado "material". La introducción de los términos se hace usando un lenguaje corriente, pero el lenguaje resultante de la construcción, aunque contenga términos (o acaso los mismos términos) del lenguaje corriente, es un lenguaje distinto. Lorenzen usa un método que llama "dialógico", donde queda eliminada toda "subjetividad" (cfr. Metamathematik, 1962). El lenguaje básico "construido materialmente" consiste en un grupo finito de términos "rectos" (que tienen una función normativa). Además de Lorenzen, han defendido el constructivismo varios autores. Según Christian Thiel ("¿Qué significa 'constructivismo'?", Teorema, 7 [1977], 5-19), Matthias Gatzemeier cita como constructivistas a autores como Friedrich Kambartel, Kuno Lorenz, Jürgen Mittelstrass y el propio Thiel (además de Lorenzen). Thiel agrega a Ignacio Angelelli, Peter Janich, Ivan Glaser, Gottfried Gabriel, Hans Julius Schneider, Oswald Schwemmer, Rüdiger Inhetveen, Manuel Medina, Harald Wohlrapp, Gerrit Haas, Klaus Prätor. Algunos de ellos, como Gerrit Haas, se han ocupado especialmente del concepto de construcción (en su tesis doctoral: Zur konstruktiven Begrïundung der Analysis. Ein Beitrag zur Klärung des Konstruktivitätsbegriffs, 1975). Thiel habla de posibles relaciones entre constructivistas y neomarxistas (como Habermas), es decir, entre la Escuela de Erlangen y la Escuela de Frankfurt, aunque, por otro lado, caben dudas sobre estas relaciones si se tienen en cuenta los ataques de los primeros a los segundos (como en Hans Albert, "Konstruktivismus oder Realismus," en H. Albert, Konstruktion und Kritik. Aufsätze zur Philosophie des kritischen Rationalismus, 1972, citado por Thiel, art. supra, pág. 19) y si se mantiene presente la conclusión de Thiel: "Exigir esto [la fundamentación "paso a paso"] no significa otra cosa que operar seriamente con el espíritu crítico que ya inspiró el Círculo de Viena e inclusive antes a la matemática crítica del siglo XIX y a los mismos Descartes y Leibniz, cuando se interrogaban sobre los fundamentos de la seguridad de las ciencias y, en general, de nuestro conocimiento y cosmoorientación. Quien haga suyas radicalmente estas reflexiones que he intentado esbozar, ése es en el sentido moderno un constructivista" (art. cit., pág. 21).
El término 'constructivismo' es preferible a 'construccionismo' y a 'construccionalismo', por derivar naturalmente del adjetivo 'constructivo', correspondiente al nombre 'construcción'. Puede defenderse el uso de 'construccionismo' para evitar el juicio de valor subrepticio que a menudo acompaña a 'constructivismo' (y especialmente a 'constructivo'), pero 'constructivismo' ha sido ya generalmente adoptado para designar las orientaciones reseñadas en el presente artículo. Sin embargo, en la descripción de teorías fenomenistas se usa el adjetivo 'construccional' en vez de 'constructivo' o de 'constructivista'.
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