lunes, 31 de agosto de 2009

La caverna del cerebro: El lenguaje como realidad virtual


Thou dost not see where thou hast lived so long,—
The place is called the skull where thou dost tread.
(Jones Very, "The Prison")

La vida es todo fantasía
(Miguel Bosé, "Los del 56")

Me gustó The First Word de Christine Kenneally, aunque no contiene una teoría sobre el origen del lenguaje, sino una visión de conjunto de las teorías de diversos investigadores (Chomsky, Lieberman, Arbib, Deacon y otros), de la que emerge un panorama de conjunto, con no pocas convergencias y también contradicciones. Hay una traducción española por cierto, de Enrique Bernárdez.

Sobre las teorías del origen del lenguaje de Chomsky y de Arbib ya he escrito aquí alguna cosa—y sobre las de Darwin. También sobre Bickerton, cuyas últimas teorías no llega a cubrir este libro de Kenneally. Sí comenta una de las teorías más interesantes e influyentes en los últimos años, la de Terrence Deacon en The Symbolic Species: The Co-evolution of Language and the Brain (Nueva York: Norton, 1997).

En sustancia, lo que propone Deacon es que el desarrollo cerebral de la especie humana va ligado al desarrollo del lenguaje. Así a grandes términos esto podría parecer innegable y poco problemático, pero claro, hay muchas cuestiones de timing de difícil comprobación. ¿Precedió la encefalización al desarrollo de un lenguaje elaborado, o incluso de un protolenguaje más complejo que la comunicación animal? ¿O por el contrario hay que entender que fue precisamente el desarrollo del lenguaje, en la medida de lo posible y con los medios limitados de a bordo, lo que actuó como un motor y un estímulo para el desarrollo cerebral? ¿Y cómo sucede eso?


Esta última postura es sostenida sin ambages por Bickerton, quien sostiene que el lenguaje hizo el cerebro humano, y no vice-versa. Una postura quizá más moderada sugiere el libro de Deacon, pero desde luego concediendo al lenguaje un papel muy activo en la construcción del cerebro—no va simplemente "a remolque" del desarrollo cerebral. Kenneally habla de coevolución en un sentido más amplio, entre el genoma humano y el lenguaje—la coevolución, poco estudiada aún, es "la manera en que el lenguaje y el genoma humano se han dado forma mutuamente" (250). Si consideramos la teoría de Bickerton sobre el lenguaje como la construcción de un nicho ecológico humano, la cuestión de la coevolución se vuelve primordial. Los humanos, como otros animales, construimos activamente el entorno ecológico en el que habitaremos. Con el caso particular, en el caso del cerebro, de que la coevolución supone aquí una intervención consciente sobre ese entorno, y a veces sobre el propio desarrollo del lenguaje y del cerebro. No hay que olvidar que gran parte de la construcción de lenguaje es producto consciente de las acciones de los hablantes, interviniendo de modo activo sobre cómo se habla y cómo se debe hablar.

Para Deacon, uno de los elementos de la coevolución es el uso de herramientas—que ya desde los australopitecos impulsó el desarrollo de un procesamiento simbólico, y la predisposición a usar símbolos en otros ámbitos. (Ver también "Language, Toolmaking, Reflexivity"). Aunque esto deja pendiente el problema de por qué no aparece un simbolismo complejo, mimético, etc., durante millones de años—y plantea la cuestión de qué es lo que sucedió exactamente en el lenguaje allá por los tiempos en que aparecen las primeras representaciones a través de imagenes, cosa mucho más reciente.

La coevolución propuesta por Deacon hace intervenir en la evolución el principio de la "evolución baldwiniana", que según la describe Kenneally "se da cuando el comportamiento de un animal contribuye efectivamente al entorno en el que toma forma la evolución genética" (250). Un ejemplo no cerebral es la tolerancia a la lactosa en adultos—producto de un gen que se ha difundido mucho entre las poblaciones con larga tradición de pastoreo (europeos por ejemplo) y nada en las poblaciones sin esa tradición (chinos, indios americanos). Aquí fue un comportamiento social, el pastoreo, el que contribuyó a la selección gradual de este gen. Para Deacon, de modo similar, el uso de herramientas en los humanoides primigenios seleccionó los genes que podían contribuir a ese comportamiento o hacerlo más eficaz—según lo pone Kenneally,

"No fue que nuestros cerebros se hicieran mayores debido al bipedismo o a cambios hereditarios o a otras razones, haciéndonos con ello más inteligentes y capaces de usar herramientas de piedra; más bien, empezamos a usar herramientas de piedra que son ligeramente más complicadas que las herramientas que usan los chimpancés incluso hoy en día, y como resultado nuestros cerebros se hicieron mayores" (Kenneally 251)

—teoría que en sustancia casa bien con la propuesta de Bickerton, a saber, cambios en el comportamiento que preceden al cambio genético, y lo impulsan. Con el desarrollo de una cultura compleja, la evolución baldwiniana adquiere cada vez más importancia frente a la simple selección natural. Cada vez más, "la interacción baldwiniana entre cultura y biología jugó un papel particularmente significativo" (Kenneally 251).

Pero hay una cuestión biológica especialmente llamativa en esta cuestión del desarrollo cerebral, sobre la cual llama la atención Deacon. Al crecer el cerebro, no creció de modo "equilibrado"—no se hizo un cerebro igual al que había, sólo que mayor—sino que, por el contrario, cambiaron sus proporciones estructurales. Fueron las partes exteriores del cerebro, y el cerebelo, lo que crecieron—con un enorme desarollo comparativo de la corteza cerebral, mientras que el resto del cerebro crecía siguiendo las proporciones esperables en otros cerebros de primates.

Aquí hay que señalar que si el hombre es excepcional entre los primates por su enorme encefalización, los primates son ya el grupo de animales más encefalizados comparativamente. Por lo cual somos un extremo de un extremo, o una excepción dentro de una excepción. (Para una exposición gráfica de estas proporciones, pueden verse los artículos al respecto de Stephen Jay Gould).

En el desarrollo embrionario puede verse el cambio de proporciones en el desarrollo del cerebro. La parte que habrá de convertirse en el exterior del cerebro abandona el ritmo de creciminento del resto, dejándolo atrás, cuando el cerebro aún no es sino un tubo neural. El crecimiento de esta parte está regulado al parecer por los genes Otx y Emx. Hay un "reloj del desarrollo" en los genes que con su activación y desactivación regula el crecimiento de los órganos—pues bien, en esta región se ha extendido comparativamente su actividad. (Lo cual puede hacer pensar en que los procesos de encefalización podrían haberse originado en parte por alteraciones genéticas—es decir, mutaciones).

Según Deacon, esta diferencia de desarrollo de unas y otras partes del cerebro significa que nuestra actividad cerebral está más orientada hacia algunos tipos particulares de procesamiento cerebral. El manejo y aprendizaje del lenguaje está distribuido por diferentes áreas del cerebro (no se limita a las conocidas áreas de Broca y Wernicke). Deacon sugiere que este problema de tipo nuevo para un animal requería un tipo de procesamiento que no puede ser realizado por los cerebros de mamíferos con su habitual estructura. El tipo de desarrollo cerebral con una gran corteza permitió que se desarrollasen estos tipos de procesamiento inhabituales. Son procesamientos que por otra parte activan tanto áreas primitivas del cerebro como otras de reciente formación:

"El hecho de que el lenguaje surja de regiones cerebrales en interacción dinámica, con sus enormemente diferentes historias evolucionarias (las más primitivas e inalteradas junto con las partes que se han modificado más recientemente) es otra razón por la cual no deberíamos conceptualizar el cerebro, o incluso otras capacidades mentales, como las matemáticas, como cosas monolíticas. En lugar de eso, arguye Deacon, surgen de un 'equilibro delicado de muchos sesgos de comportamiento, de aprendizaje y de percepción, complementarios y en competencia mutua'." (Kenneally 251)

También habrá que tener en cuenta que aunque las mutaciones que den lugar a encefalización puedan facilitar el surgimientos de estos procesos, también los cambios en el comportamiento a que den lugar estos procesos pueden favorecer la selección natural, y la selección baldwiniana, de estas mutaciones. De allí que tenga sentido hablar de coevolución o de influencia recíproca entre la encefalización y el desarrollo del lenguaje.

De hecho, según Deacon, no hemos podido entender hasta ahora cómo coevolucionaron el lenguaje y el cerebro porque la perspectiva era errónea:

"Desde el principio, los investigadores que estudiaban el lenguaje y el cerebro han supuesto que el cerebro vino primero. La línea de razonamiento habitual sostiene que el cerebro fue seleccionado para un aumento de la inteligencia general y que entonces desarrolló el lenguaje, que se basa en esa inteligencia optimizada. De hecho, dice Deacon, deberíamos contemplar el efecto del lenguaje en el cerebro, además del efecto del cerebro en el lenguaje" (Kenneally 252)

De hecho, a pesar de los argumentos de Bickerton y de Deacon, creo que la línea de razonamiento habitual no está tan equivocada. Sin detraer de esta importante intuición de Deacon, creo que el desarrollo del lenguaje viene de un desarrollo cognitivo previo—aunque a su vez el lenguaje diese lugar a un importantísmo desarrollo cognitivo ulterior.

Aquí es importante tener en cuenta la arquitectura básica del cerebro, su plan de base. Consta de dos hemisferios "mal comunicados" entre sí, pues sus conexiones se dan a través del tallo cerebral y del cuerpo calloso central que los une en su base y su parte central. (Ver "Dos medios cerebros"). Las partes desarrolladas más recientemente no tienen conexiones directas entre sí. Las dos medias cortezas están, podríamos decir, "desconectadas" una de otra en lo que se refiere a circuitos directos. El cerebro está más "integrado" por tanto en lo que se refiere a su base animal—el cerebro reptiliano, podríamos decir; las conexiones entre los hemisferios, con el resto del sistema nervioso, y con los órganos de los sentidos son allí mucho más directas y poderosas. Por el contrario, en la corteza, en todo el desarrollo "reciente" del cerebro, las conexiones con el otro hemisferio, con el resto del sistema neural y con los órganos de los sentidos son más indirectas. Donde sí son más directas es con las áreas inmediatamente vecinas. Esto tiene una importante consecuencia, que puede extraerse en líneas generales de la simple contemplación de la estructura de un cerebro, encerrado en su cráneo, en el último recoveco—en su caverna— sólo conectado con el mundo exterior a través de las partes más "animales", sensoriales y primitivas de su estructura. Gran parte de la actividad cerebral consistirá en autoproyecciones, reelaboraciones mentales, procesamiento indirecto de información, autocomunicación, análisis y transformación de información ya codificada, para retransmitirla a otra sección cerebral.

A mi entender, para el desarrollo del lenguaje es necesario el desarrollo (primero desarrollo previo, y luego desarrollo en interacción dinámica con él) de la conceptualización, de la "clasificación" de las cosas en una estructura ordenada y delimitada. Tendemos una vez y otra a dar por supuesto que, al igual que las cosas existen antes que sus nombres, el mundo existe previamente a nuestra percepción. Y en cierto sentido sí, pero no es el mundo que percibimos y entendemos. Ese requiere una elaboración mental—y ésa es la labor del cerebro, crear un mundo virtual que represente el mundo real de un modo acorde a las necesidades diferentes de cada animal. Las necesidades humanas resultan ser muchas y muy variadas. Tanto más si surgen distintos lenguajes y culturas que reorganizan el mundo a su manera.

Es familiar, de entre estas ideas sobre la ordenación mental del mundo, la imagen del Curso de Lingüística General de Saussure en la que el pensamiento aparece como un todo fluido antes de que los conceptos le den forma. Entendido en sentido estricto, sería "una palabra, un concepto", y nuestro mundo estaría estructurado lingüísticamente. Es el exceso de la hipótesis de Sapir-Whorf que ya ha sido ampliamente refutada en unos sentidos, y confirmada en otros. Está claro que el lenguaje ayuda a la conceptualización, pero hay que distinguir la capacidad de conceptualizar de la capacidad de nombrar. Los conceptos (en sentido amplio, no el "significado" lingüístico) están hechos de una sustancia más compleja, pueden ir asociados a procesos de manipulación, por ejemplo, o de orientación, cuando no van asociados a una señal lingüística.

En algunos artículos, como éste sobre "Interacción internalizada: El desarrollo especular del lenguaje y del orden simbólico" exponía yo la noción de que existe un elemento reflexivo en la percepción, incipiente quizá en toda percepción, pero enormemente desarrollado en la percepción humana. Conocemos a base de ideas, reconociendo en el mundo lo que ya sabemos que está ahí—en un complejo proceso de ajuste y reinterpretación, naturalmente, modificando nuestras ideas previas sobre la marcha.... pero, y esto es lo esencial, proyectando al mundo nuestras ideas, es decir, iluminando el mundo real con el que interactuamos, con el mundo virtual que le superponemos gracias a nuestra compleja actividad cerebral. Como los prisioneros de la caverna de Platón, creemos que las sombras que vemos son las cosas en sí... o quizá se entienda mejor exactamente al revés: creemos que las cosas existen al margen de las ideas, y en realidad no podemos ver sino las ideas que proyectamos sobre ellas. Las sombras, lo Real que diría el otro (Lacan), nos es accesible indirectamente, y sólo gracias a sus representaciones en nuestro sistema cognitivo. También tenemos ideas de sombras, y de caos informes.

Con nuestro teatro mental recreamos el mundo, le damos forma— habitamos este mundo de la cabeza, y también interactuamos con otros cerebros en otras cavernas, también... pero somos de hecho muy intuitivamente conscientes de dos cosas: de que cada cual habita en su mundo, y de que todos han de encontrar un punto común de entendimiento en la realidad física que nos rodea, y en las necesidades más imperiosas que organizan la vida social.

Cosas inmediatas, que son la base del mundo. Las metafísicas ya son para gustos especializados, o las físicas cuánticas, que cambian de una edición a otra sin que se altere fundamentalmente el mundo interactivo humano sobre el que se construyen.

Deacon observa que el tamaño de tejido cerebral dedicado a cada tipo de procesamiento guarda proporción, en términos generales, con la cantidad de información procesada. Saquemos una conclusión sencilla:

"Una de las diferencias cruciales entre el cerebro humano y otros cerebros de mamíferos es que el nuestro es más grande en relación al cuerpo. Esto deja una proporción considerable del cerebro humano, dice Deacon, que no está procesando información proviniente del exterior de la manera en que lo están haciendo las cortezas visual y auditiva" (Kenneally 252)

—porque puede darse por sentado que, en términos generales, no es una mayor agudeza de nuestros sentidos lo que requiere un mayor volumen cerebral para su procesamiento. Es la mayor complejidad de nuestro mundo social y de nuestras ideas lo que nos ocupa la cabeza. Y la del lenguaje, arguye Deacon—para él, la mayor parte de la información que requiere un procesamiento interno, de una a otra región cerebral, es información ligada a la actividad lingüística. El lenguaje sigue unas modalidades de organización y desarrollo propios—aquí vemos un punto de contacto entre las teorías de Chomsky, y las de Deacon—el lenguaje se desarrolla como un "virus" con estructuras y patrones propios—y arrastra en ese desarrollo, según Deacon, al desarrollo cerebral: "El lenguaje es autor de sí mismo, dice Deacon, y el cerebro es la 'prueba del delito' que deja el lenguaje" (Kenneally 252). En cierto sentido, si bien Deacon no propone un tipo especial de "órgano lingüístico" como hacía Chomsky, podríamos decir que el cerebro en su conjunto, tal como se ha desarrollado, es el órgano lingüístico. El tipo particular de procesamiento cerebral que favorece esta estructura cerebral, según Deacon, es el que ya he apuntado antes: el simbolismo, la organización cognitiva del mundo según patrones (dixit Deacon) mayormente lingüísticos:

"El resultado de esta coevolución del cerebro humano y del lenguaje es que ahora tenemos un sesgo cognitivo global hacia las 'extrañas relaciones asociativas del lenguaje'. En este sentido, a todo nuestro cerebro le ha dado forma el lenguaje, y muchos de nuestros procesos cognitivos son lingüísticos. Lo que esto significa, según Deacon, es que una vez nos hemos adaptado al lenguaje, no podemos sino ser criaturas lingüísticas. Para nosotros, todo es simbólico.
De hecho, explica Deacon, el mundo virtual en el que habitamos es tan real, a veces más real, que el mundo físico. Incluso la tendencia a inferir la mano de un diseñador cuando nos encontramos con un diseño complejo (ya sea una deidad que ha diseñado toda la creación, o un órgano del lenguaje que genera los lenguajes humanos) surge del hecho de que somos una especie simbólica. Irónicamente, lo que hace difícil discernir cómo se desarrolló el lenguaje es resultado del hecho mismo del desarrollo del lenguaje. La red mundial de palabras y reglas en la que habitamos es tan extensa, contraída en sí, y espesa, que es difícil mirar adentro de ella desde fuera." (Kenneally 252-53)

Los cambios a que se refiere Deacon tuvieron lugar a lo largo de millones de años de evolución. Los cambios lingüíisticos de los últimos milenos, dice, están asociados más bien a desarrollos culturales, y a movimientos de población, que a modificaciones genéticas o biológicas. Si bien hay una indicación de que el tamaño del cerebro humano ha disminuido en los últimos diez mil años. (Y piénsese en el volumen cerebral de los neandertales, mayor que el del Homo sapiens).


Ahora bien, algunos autores hablan de transformaciones cerebrales importantes en los últimos miles de años. Pienso en la teoría de Julian Jaynes en The Origin of Consciousness in the Breakdown of the Bicameral Mind. Es una teoría muy discutida, casi mejor muy discutible, pero que puede contener un importante elemento de verdad. Según Jaynes, el origen de la consciencia moderna va unido a la desaparición de las "voces" que oían nuestros ancestros en su cabeza—las voces de los dioses, tal como las llamaban ellos, pero en realidad efecto cognitivo del desarrollo cerebral en dos hemisferios imperfectamente conectados. El desarrollo cognitivo iría unido a esta transformación de una mente dividida en dos, en la dirección de una mayor integración cognitiva. Y con ello también se han acallado los dioses y espíritus que rodeaban a nuestros ancestros por todos partes. Queda su recuerdo, en los testimonios de la literatura de los antiguos, y en las tradiciones religiosas; es posible que todavía este coro de voces interiores esté en parte activo.

Quién puede decir cuál es el efecto de fenómenos como la escritura y la alfabetización, y de otros fenómenos culturales, sobre las conexiones del cerebro. Y quién puede decir aún cuáles han sido los avatares del desarrollo de conexiones neuronales entre uno y otro hemisferio, y cuál ha sido el efecto de estas transformaciones en nuestra percepción de la realidad, o del mundo virtual que a veces confundimos con la realidad. Walter Ong, en Orality and literacy, también encuentra diferencias cognitivas importantes entre las comunidades alfabetizadas y las analfabetas.

Señala también Kenneally una posible conexión entre formas lingüísticas desarrolladas y formas sociales avanzadas, según las teorías de Jared Diamond y Peter Bellwood ("Farmers and Their Languages: The First Expansions" en Science 300, 2003). La agricultura y cría de ganado se desarrolló de manera independiente en al menos nueve focos distintos de comunidades humanas, entre el 8.500 y el 2.500 a.C.

"Los investigadores demuestran que las ventajas de la agricultura sobre el estilo de vida cazador-recolector, incluyendo mejor alimentación, poblaciones más densas y mayor resistencia a la enfermedad, estimuló la extensión de las comunidades agrícolas, y de su cultura y lenguaje con ellos. Proponen en sustancia que el lenguaje prehistórico y los genes se extendieron con la agricultura prehistórica, y que seguir la pista a unos iluminará los antiguos caminos tomados por los otros." (253)

Como se ve, hay muchos factores entrecruzados en la evolución del lenguaje y en su interacción actual con la mente y la cultura. Observa Kenneally, al cerrar su libro, que el lenguaje conforma nuestra identidad y nuestra cognición de modos irreversibles; nos hace ser quienes somos. Y sin embargo no lo aprenderíamos si no nos lo enseñasen. Es ilustrativo su experimento mental de "los bebés de las Galápagos", al final del libro. Les pregunta a una serie de expertos si una sociedad de bebés que no hubiesen oído hablar a nadie serían capaces de desarrollar el lenguaje por sí solos, y cómo. Lo curioso es la falta total de acuerdo entre los expertos, prueba de lo poco que se sabe al respecto aún. (Chomsky, por cierto, n/s, n/c). En realidad el experimento no puede tener lugar, claro, y es puramente mental. El desarrollo y adquisición del lenguaje va necesariamente unido a la interacción entre individuos y entre generaciones, tanto que es impensable una solución a esta pregunta.

El lenguaje procede de una multiplicidad infinita de factores, no de uno solo—su historia y evolución van unidos a la historia y evolución de los humanos, de nuestro cerebro y de nuestras culturas. No se puede separar de la realidad en la que vivimos como si fuese un sobreañadido o componente aislable. Por lo mismo, preguntar por su origen y evolución es preguntarse por el origen y evolución de la humanidad, y del mundo que ha construido para habitar en él.

"Remóntate ahora, en pensamiento, al entramado de lenguaje que cubre el mundo. Imagina todas las redes lingüísticas, de padre a hijo, que se extienden desde el presente, remontando el tiempo. No es de extrañar que los humanos sueñen en los mitos y en el arte con otros mundos, porque todos tenemos la experiencia de habitar un mundo y, al enseñársenos el lenguaje, cruzar una puerta y entrar en otro distinto. Hasta los físicos están obsesionados con la idea de un multiverso. Pero ya vivimos en uno." (Kenneally 290)

Con lo cual también está asegurado que nadie dirá la última palabra sobre la relación entre lenguaje, cerebro, evolución y cultura humana.

domingo, 30 de agosto de 2009

Microblog de agosto 2009




Ya no da más este mes de sí. Esperemos que no haya noticias el último día; demasiado movimiento ha habido ya estos últimos días. Ya nunca volveremos a Viveiro—Ivo lloraba porque ya no verá más a su amigo Jairo. Aunque nunca digas en esta agua no me bañaré.

31 ago 09, 16:34
JoseAngel: La mort de l'auteur: http://militeraturas.ning.com/profiles/blogs/la-mort-de-lauteur
31 ago 09, 00:57
JoseAngel: Vaya, no arranca la moto. Le he dado demasiadas vacaciones.
30 ago 09, 09:15
JoseAngel: Salimos esta mañana de Marín, y llegaremos a Zaragoza por la noche si todo va bien.
30 ago 09, 09:15
JoseAngel: Gracias, hoy lo tenemos de viaje.
30 ago 09, 08:49
Gonzalo: Saludos y buen domingo
30 ago 09, 08:49
Gonzalo: "Os vamos a poner los impuestos que nos dé la gana que para algo nos habéis votado y no os quejéis que fijáos qué buenos somos que quizá paremos algún día."
30 ago 09, 08:48
Gonzalo: Lo de "en algunos casos temporal" traducido del politiqués es polisémico, efectivamente, significa (2):
30 ago 09, 07:19
JoseAngel: Pues anda, que lo de "en algunos casos, temporal", significa "En la mayoría de los casos, permanente". Eso sí que es cuidar el lenguaje. Pero las intenciones están claras.
30 ago 09, 00:35
Gonzalo: A mí lo que me hizo gracia fue lo de la tal Pajín diciendo que es sobre las rentas más altas. O sea, sobre las de los mismos políticos??? Qué morro.
29 ago 09, 08:12
JoseAngel: Zapatero anuncia una subida de impuestos "limitada" y, "en algunos casos, temporal". Qué cara más DURA, por favor que me da un mal.
28 ago 09, 08:36
JoseAngel: http://militeraturas.ning.com/profiles/blogs/autores-espectaculares
28 ago 09, 00:36
JoseAngel: Recuerdos a quienes se molestan en volver por aquí. Sepan que seguimos bien—poco mejorables, de hecho.
27 ago 09, 11:35
JoseAngel: Bernanke otra vez a la Reserva Federal. Con la misma justicia podría ir a la cárcel—él y Greenspan. Grandes hombres.
27 ago 09, 01:16
JoseAngel: Si soy todo voluntad de estilo, yo... Otra cosa es que llegue a algo la cosa.
26 ago 09, 19:55
yo: aleluya! por fin un poco de "estilo" en alguna página xDD
26 ago 09, 19:28
JoseAngel: Thanks. Sí, es que a veces me repito, y si no, me tripito.
25 ago 09, 23:00
yomismo: interesante de lo que me he enterado, claro, lo que no he entendido no sé si seŕa interesante o no... xD
25 ago 09, 22:59
yomismo: muy interesante "mañana habrá sido escrito" (aunque ya lo estaba leyendo del anterior aviso xD), hablas de cosas muy interesantes y muy desconocidas (pour moi) (en este y otros mil textos, claro)
25 ago 09, 22:27
JoseAngel: Mañana habrá sido escrito: http://militeraturas.ning.com/profiles/blogs/manana-habra-sido-escrito
25 ago 09, 17:52
JoseAngel: Según Oscar, "Desde esta edad que tenemos y durante el tiempo que vivamos, nos vamos a dedicar todo el tiempo a la informática".
25 ago 09, 12:56
JoseAngel: Apocrypha: "There are more things in your philosophy, Horatio, than Heaven and Earth can hold".
25 ago 09, 12:38
JoseAngel: Hoy cumplo dos mil fotos en Flickr: http://www.flickr.com/photos/garciala/
24 ago 09, 23:23
JoseAngel: Fundiendo pasta en Pontevedra.
21 ago 09, 14:56
JoseAngel: Múltiples lectores implícitos: http://zaguan.unizar.es/record/4093
20 ago 09, 10:20
JoseAngel: Mañana habrá sido escrito: http://zaguan.unizar.es/record/3872
20 ago 09, 00:36
JoseAngel: Belleza, interacción, e ideología: http://militeraturas.ning.com/profiles/blogs/belleza-interaccion-e
19 ago 09, 16:42
michael: ola
JoseAngel: Paso de cien mil visitantes en el blog en el penúltimo contador. Qué relativo es esto.
19 ago 09, 00:15
JoseAngel: Qué playas vemos... Ni en las Seychelles.
18 ago 09, 14:19
JoseAngel: El proceso de las nostalgias: http://militeraturas.ning.com/profiles/blogs/el-proceso-de-las-nostalgias
18 ago 09, 14:10
JoseAngel: Batería descargada... y excursión hasta Cangas para cargarla.
17 ago 09, 18:00
JoseAngel: Sueño de una noche de solsticio: http://militeraturas.ning.com/profiles/blogs/sueno-de-una-noche-de
17 ago 09, 17:08
JoseAngel: En Marín, tierra de gente de orden.
16 ago 09, 23:35
JoseAngel: Ya estamos en las rías bajas.
16 ago 09, 23:25
JoseAngel: "Expendedora automática de cebo vivo". Qué cosas se ven.
15 ago 09, 18:45
JoseAngel: Nos despedimos de la playa del norte del norte... con sol, para variar.
15 ago 09, 11:47
JoseAngel: Pues aparte de eso, la animación es una auténtica obra de arte. De no perdérsela.
15 ago 09, 00:15
yo: vaya con kung-fu panda, no sabía que una peli de dibujos podía ser tan espiritual. Me ha gustado lo del presente.
14 ago 09, 17:16
JoseAngel: El máster de profesor de Secundaria, entre cinco y diez veces más caro que el CAP: http://www.diariodeleon.es/noticias/noticia.asp?pkid=470957
13 ago 09, 13:22
JoseAngel: Entre mis recuerdos: http://vimeo.com/6048993
13 ago 09, 00:48
JoseAngel: Hoy con los primos de Madrid.
11 ago 09, 23:12
JoseAngel: Me voy a ver las Lágrimas de San Lorenzo. Con Oscarelo.
11 ago 09, 13:23
JoseAngel: Viendo "Instinto" de Turteltaub, con Antony Hopkins. Película sobre simios evolucionados.
11 ago 09, 13:16
JoseAngel: Higher Education Bubble: Estados Unidos, siempre por delante. http://firgoa.usc.es/drupal/node/43821
10 ago 09, 16:50
JoseAngel: Les chemins de traverse: http://vimeo.com/6031491
10 ago 09, 13:43
JoseAngel: La sentencia de la cátedra (II): http://firgoa.usc.es/drupal/node/43819
10 ago 09, 13:16
JoseAngel: Pelirrojas doloridas: http://well.blogs.nytimes.com/2009/08/06/the-pain-of-being-a-redhead/?em
10 ago 09, 12:46
JoseAngel: Puzzle Clave Z: http://militeraturas.ning.com/profiles/blogs/puzzle-clave-z
9 ago 09, 11:05
JoseAngel: Hemingway Meets Beckett: http://militeraturas.ning.com/profiles/blogs/hemingway-meets-beckett
9 ago 09, 10:04
JoseAngel: Hoy cumpleaños de Álvaro: hace quince años.
9 ago 09, 00:24
JoseAngel: Vuelve "Vuelve Lamarck": http://cienciaenigmatica.blogspot.com/2009/08/vuelve-lamarck-revisando-la-teoria-de.html
8 ago 09, 11:10
JoseAngel: Il pleut sur Nantes... donne-moi la main.
7 ago 09, 20:55
JoseAngel: Hay días que uno siente que nunca pasa nada.
6 ago 09, 17:38
JoseAngel: Menuda matraca vamos a tener que aguantar de los pescadores de calidad, con estas zanahorias: http://firgoa.usc.es/drupal/node/43604
6 ago 09, 13:49
JoseAngel: Music for a While: http://militeraturas.ning.com/profiles/blogs/music-for-a-while
5 ago 09, 22:35
JoseAngel: Excursión. Bea tobillo torcido. Sin fractura.
5 ago 09, 19:03
JoseAngel: La sentencia de la Cátedra: http://firgoa.usc.es/drupal/node/43715
5 ago 09, 18:18
JoseAngel: Nada de nada: http://vimeo.com/5953402
5 ago 09, 13:49
JoseAngel: A Jaded Lot: http://militeraturas.ning.com/profiles/blogs/a-jaded-lot
4 ago 09, 17:59
JoseAngel: Otas descubre al Corsario de Hierro.
3 ago 09, 22:35
JoseAngel: A Pibo le encantan "Los misterios de Laura". Y "Amar en tiempos revueltos", claro.
3 ago 09, 22:30
JoseAngel: Mañana de biblioteca y tarde de playa.
3 ago 09, 18:46
JoseAngel: Genios, mediocres, y tiranos: http://militeraturas.ning.com/profiles/blogs/genios-mediocres-y-tiranos
2 ago 09, 22:49
JoseAngel: Viendo una de Sandra Bullock

—Más tele de lo habitual hemos visto estas vacaciones. Es lo que tiene combinar cuarto de estar y de trabajo. A Ivo en particular le encantaban "Los misterios de Laura", y sus anuncios previos. "Cuál es la frase de esta semana, Ivo?"- "El loro lo ha visto todo", decía. También "Robinson Crusoe", "Amar en tiempos revueltos", con las aventuras de José María y Clementina, y "El coche fantástico". Yo poco tiempo he sacado para cine. La última película del mes, en la tele, "Without Malice".


Microblog de julio


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Viajes largos




Hoy nos toca hacer setecientos kilómetros de vuelta a casa. Mejor volver allí que ir a muchos otros sitios, por ejemplo a la Costa del Esqueleto, a donde va el capitán Celso. Hemos llegado a un acuerdo con él justo antes de que cada cual emprenda su camino; yo casi prefería no hacerlo, o sin casi. Lo del acantilado me da vértigo, pero ya no hay opción. En fin, siempre estamos en manos del destino, por así decirlo.


Tai-chi acelerado


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sábado, 29 de agosto de 2009

El dilema del prisionero

El dilema del prisionero es un experimento de teoría del juego diseñado para estudiar estrategias de cooperación y sus límites. Como todos los enfoques de teoría de juegos, es un modelo abstracto y descontextualizado del comportamiento humano. Aun así, los resultados que arroja cuando se somete a prueba a los prisioneros son interesantes.



Sigo la exposición de Martin A. Nowak, Robert M. May y Karl Sigmund en "La aritmética de la ayuda mutua" (Scientific American, junio de 1995), que intentan averiguar si puede haber una selección natural de las estrategias cooperativas. Visto que la teoría evolucionaria de Darwin enfatiza la competición entre los individuos, y la de Kropotkin (en Mutual Help,1902), la cooperación.

El dilema del prisionero puede formularse así. Se da a dos prisioneros la oportunidad de cooperar, cubriéndose las espaldas mutuamente, o de denunciarse uno a otro. Si ambos cooperan, salen ganando (tres puntos a cada uno, pongamos). Si uno de los dos es denunciado por el otro, sabe que perderá (cero puntos) mientras que el que lo ha denunciado obtendrá cinco puntos. En cambio, si los dos desertan, y se denuncian mutuamente, obtienen un punto cada uno. ¿Qué estrategia es la favorecida por la selección natural?

Bien, pues el resultado es maquiavélico. Aunque la recompensa por cooperación es objetivamente mayor, la tentación de denunciar al otro resulta ser dominante. De modo que, sea cual sea la opción tomada por el otro jugador, la mejor opción para cada uno es siempre desertar y traicionar. Una lógica que lleva al derrumbamiento de la confianza mutua, en estricto cálculo. (Auque los autores admiten que la gente de hecho normalmente coopera, por razones morales, generosidad, etc. que no son contempladas por el modelo).

Los autores hicieron simulaciones por ordenador de muchas generaciones de jugadores, para ver si se confirmaban las estrategias en múltiples jugadas, teniendo en cuenta el resultado variable de las jugadas anteriores. Los resultados, tal como los comunican, son entre esperanzadores y escalofriantes, por la manera en que sugieren que el orden social (en la versión abstracta que identifica el modelo) es precario e impredecible:

"Seguimos muchas de estas rondas de selección de mutaciones durante millones de generaciones, no porque la emergencia de la cooperación necesitase tantas iteraciones, sino porque esta extensión nos permitía someter a prueba un número muy grande de estrategias posibles. A pesar de la rica diversidad evidenciada en estas crónicas, nos llevaron invariablemente a ciertos resultados simples y claros. El primero es que la ganancia media obtenida por la población puede cambiar de repente. De hecho, el comportamiento que encontramos es un caso ejemplar de equilibrio puntuado en la evolución biológica. La mayor parte del tiempo, o bien casi todos los miembros de la población cooperan, o casi todos desertan. Las transiciones entre estos dos regímenes son normalmente escasas y abruptas, y llevan sólo unas pocas generaciones. Encontramos que en una fase avanzada del desarrollo, los períodos de estabilidad tienden a durar más. Y había una tendencia definida hacia la cooperación. Cuanto más tiempo se permitía evolucionar al sistema, más grande era la probabilidad de que floreciese un régimen cooperativo. Pero siempre persistía la amenaza de un derrumbamiento súbito."

En la sociedad, este derrumbamiento súbito puede llamarse guerra, revolución, caos, histeria colectiva, crisis financiera... Aun teniendo en cuenta lo abstracto del modelo, se reconoce en él un ingrediente sin duda presente en la dinámica individual y colectiva de las decisiones interactivas.

Para los organismos simples, si la vida es breve e impredecible, hay poca presión selectiva para hacer inversiones a largo plazo. En los organismos complejos y sociales, estas estrategias tienden a tener más éxito por una razón que proponen los autores: los organismos tienden a cooperar siempre con un grupo reducido de otros organismos, de modo que la presión del reconocimiento mutuo haga más plausible la cooperación que la deserción. Este resultado también tiene su interés si lo extrapolamos al desarrollo de la civilización—que supone el paso de pequeñas comunidades locales a grandes urbes anónimas, y de una población fija a una población emigrante o móvil según las necesidades del mercado de trabajo. Según Nowak et al.,

"No debería ser sorpresa que la cooperación es más fácil de mantener en una población sedentaria: los desertores pueden florecer en una muchedumbre anónima, pero la ayuda mutua es frecuente entre vecinos. Ese concepto está bastante claro. Pero en muchos casos, las interacciones estructuradas territorialmente promueven la cooperación, aunque no se espere un encuentro subsiguiente para continuar el juego. Este resultado favorece la cooperación incluso en la ronda única, que parecía no tener esperanza posible, del Dilema del Prisionero"

Si la territorialidad da estabilidad, la movilidad territorial favorecerá el cálculo individual y las estrategias no cooperativas en la sociedad. La interacción estructurada territorialmente puede formularse quizá también en otros términos como una fijación estructural de los individuos—sujetos a la estructura social por su identidad. Los ámbitos de identidades móviles, provisionales o flotantes— las identidades características de la postmodernidad—tenderán por tanto a favorecer las estrategias maquiavélicas y de deserción. Estas extrapolaciones sociales no son de los autores, sino mías—y me temo que de cualquier prisionero, que todos lo somos en este modelo.



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viernes, 28 de agosto de 2009

Adam's Tongue 9: El reto de Chomsky

Reseña del libro de Derek Bickerton sobre el origen del lenguaje, Adam's Tongue (2009)


Derek Bickerton admite que ha cambiado de postura sobre muchas cuestiones, aunque siempre intentando explicar por qué. Ha sido, en tiempos, más chomskiano que ahora, pero aun con todo quiere evitar el "antichomskianismo vulgar"—admira la labor de Chomsky en tanto que teorizador de la sintaxis. (Lo malo, diría yo, es que en el paquete de esa teoría sintáctica va toda una teoría del lenguaje que la hace estar un poco peor orientada). Pero en todo caso Bickerton considera que la idea de Chosmky sobre cómo evolucionó el lenguaje está completamente equivocada. Durante años Chomsky no se interesó por la teoría de la evolución ni por el origen del lenguaje, considerándolo más bien un pseudo-problema. No tenía sentido, decía Chomsky, intentar explicar la evolución del lenguaje a partir de sistemas de comunicación más primitivos—tan especial era el lenguaje. Negó repetidamente que la selección natural pudiera tener nada que ver en el desarrollo del lenguaje. Una actitud ésta un tanto sorprendente en alguien supuestamente interesado por el aspecto biológico del lenguaje. Y de repente en 2002 Chomsky publicó un artículo en colaboración con dos autores con los que hasta entonces había mantenido posturas opuestas, Marc Hauser y Tecumseh Fitch, que venían defendiendo todo lo contrario. ¿Cuál era el punto de encuentro? Pues se dividió el territorio del lenguaje, en una facultad del lenguaje en sentido amplio, terreno de interacción con otros sistemas cognitivos, desarrollados por selección natural, exaptados y no originalmente lingüísticos, etc.—y, como núcleo "duro" de ésta, el terreno propiamente chomskiano, la facultad de lenguaje en sentido estricto, lo que Chomsky denomina un "sistema computacional interno", que rige la sintaxis—recordemos que ésta siempre ha sido el sacrosanto núcleo del lenguaje en la teoría de Chomsky. De hecho, incluso el mecanismo de la recursión podría haber sido exaptado, o podría tener raíces cognitivas comunes en otras especies, según la nueva teoría:

"Chomsky dejó de insistir en el carácter único del lenguaje en su conjunto, y en el grado en que es algo aparte de las capacidades de otras especies. A cambio recibió la confirmación del status especial de la recursión en tanto que mecanismo central de la sintaxis, y la sintaxis era, claro, lo que siempre había contemplado él como el componente más esencial del lenguaje" (173-74).

Y aunque Chomsky aceptase que había fenómenos recursivos en otras especies, podía seguir sosteniendo que la selección natural no la había originado como mecanismo lingüistico—evitando así contradecir su postura anterior. (Según esta caracterización de la postura de Chomsky, el origen de muchos "ingredientes" lingüisticos se debería a resultados colaterales de la evolución, o a la exaptación—pero parece difícil evitar dar un papel a la selección natural en el desarrollo del lenguaje una vez empezaron a interactuar estos materiales heterogéneos).
Para Bickerton, este "arreglo" o nueva versión sigue ignorando la evolución humana. La propuesta de Chomsky, Hauser y Fitch es abstracta, no se refiere a ninguna especie humana o protohumana, ni a la evolución, ni a sus modos de vida, ni se propone una antigüedad dada.... (Irónicamente, algunos de estos reproches podrían hacérsele a la propuesta del propio Bickerton en este libro. Nunca sabemos si cuando habla de "Adán" está hablando de australopitecos, de Homo Sapiens, de Homo Ergaster, de neanderthales....). Bickerton lo encuentra extraño dado que Fitch y Hauser son biólogos. La teoría recuerda a la de Charles Hockett, que en 1960 había distinguido 13 propiedades diferentes del lenguaje, de las cuales sólo una o dos eran exclusivas de la especie humana. Son como bloques o piezas de cuya combinación surge el lenguaje—algunos de dudosa relevancia para el lenguaje humano, según Bickerton, como las analogías con las vocalizaciones de pájaros y primates. Pero el mayor error, dice Bickerton, es que de una "lista" así no sale una explicación de cómo evolucionó el lenguaje—de cómo empezaron a interactuar esos mecanismos.

"Lo que propongo aquí es una especie que empezó sólo con algunos de los requisitos previos para el lenguaje, y que desarrolló el resto sobre la marcha, mientras construía el nicho lingüístico" (176)

(Como decía, Bickerton nunca especifica esta especie... Aunque ateniéndonos a su teoría sobre la influencia del lenguaje en el desarrollo mental, podríamos postular, cosa que él no hace, la aparición de un sistema de ACS elaborado en los australopitecos, un protolenguaje simple en las primeras especies de Homo (habilis, ergaster, erectus...), una especie de pidgin primitivo entre Neandertales y primeros Homo sapiens, y un desarrollo súbito de lenguaje complejo y pensamiento, el big bang propiamente dicho, en el Homo sapiens de los últimos 40.000 años).
Lo que impide a la gente aceptar esta evolución gradual de los fenómenos lingüísticos es una noción errónea de cómo funciona el genoma. Se tiende a presuponer que los genes dan instrucciones inmutables, que nos determinan. Pero el comportamiento es mucho más variable de lo que esto permitiría suponer: "La plasticidad del genoma es uno de los hechos más subestimados en la ciencia" (176).


Hauser escribió La Evolución de la Comunicación, que para Bickerton colocaba demasiado énfasis en el lenguaje como la culminación de la evolución, con una tendencia a presuponer que la razón de esta culminación es "el carácter único del ser humano". Ahí está el error según Bickerton, en empezar con lo que los humanos tienen de único o especial—empezamos a utilizar a los humanos como listón para las otras especies. (Ah, pero sí lo tiene.... el centro es el que organiza nuestra perspectiva del paisaje. Y poner a los humanos como listón o término de comparación es algo que en última instancia es inevitable, creo....). El artículo de Chomsky, Hauser y Fitch proponía un programa de investigación con todo tipo de seres para ver cuáles tienen qué capacidades que pudieran contribuir al lenguaje.... una orientación errónea para Bickerton. La idea sugerida por el artículo era que la facultad del lenguaje en sentido estricto resultaría ser sólo la recursión, y que la capacidad de recursión si se encontraba en otra especie tendría una función totalmente distinta. Sería el "sistema modular impenetrable", el órgano del lenguaje que buscaba Chomsky—lo malo sería explicar cómo se hizo penetrable, y ahí no entraban.

Estas objeciones no se plantearon en el debate subsiguiente sobre el artículo en Cognition—sólo sobre si tal o cual cosa debería ser parte del módulo estricto del lenguaje o no—es decir, se aceptaba la perspectiva de la situación propuesta por el artículo de Hauser et al. Tampoco había ningún interés por saber si pasó algo entre el alba del lenguaje y su desarrollo. En suma, se ignoraba la evolución del lenguaje. En una conferencia, Chomsky ofreció su versión de cómo habría surgido el lenguaje. Existiendo ya en los humanos conceptos de un tipo especial—previamente a la aparición del lenguaje, conceptos distintos de los conceptos animales—se dio, de algún modo, en el cerebro humano, una reorganización que permitió la aparición de la fusión sintáctica (merge, el concepto central de la última fase del generativismo chomskiano, traducido normalmente por "ensamble"). Aplicándose esta fusión o ensamble a los conceptos humanos, se desarrolla un pensamiento más complejo... y aparece el lenguaje, "people start talking", según lo pone Bickerton en tono un tanto sarcástico. Pero esto deja sin explicar de dónde surgieron esos conceptos ya humanos que preceden al lenguaje. Parece ignorar Chomsky que la selección natural tiene lugar mediante la interacción con el mundo en acontecimientos externos, y no en procesos internos al organismo—"Pero, para Chomsky, el lenguaje tuvo que evolucionar dentro del organismo antes de poder aparecer fuera del organismo" (183). (En suma, la teoría de Chomsky no relaciona la aparición del lenguaje con la comunicacion, ni con el comportamiento, ni con la interacción social. Es una teoría interesada únicamente en la aparición de la sintaxis, y eso le hace perder la perspectiva de conjunto de modo radical. Para Bickerton, el pensamiento y los conceptos lingüisticos no pueden preceder al lenguaje:"¿Cómo podemos saber lo que pensamos antes de ver lo que decimos?", pregunta. Y aquí su teoría tiene una vez más un interés desde el punto de vista de la hermenéutica de la retrospección. Hay una especie de falacia retrospectiva inherente a la manera en que contemplamos el lenguaje:)

"El hecho de que el lenguaje se ahora el principal motor del pensamiento no tiene ninguna implicación para su status cuando empezó. Esa es la falacia del uso primordial, la idea de que lo que una cosa empezó a hacer será lo que hace mayormente hoy en día—y vice versa, naturalmente. Fue la falacia del primer uso lo que llevó a Robin Dunbar a proponer al cotilleo como el motor de la evolución del lenguaje, sólo porque el cotilleo es la cosa para la que más se utiliza hoy en día el lenguaje (hablado). Si la falacia del uso primordial fuese cierta de los ordenadores, se habrían usado en primer lugar para enviar correo electrónico y para surfear por Internet, y algunos somos bastante viejos como para acordarnos de lo grande que sería esa falacia.
Ciertamente, el lenguaje es ahora el medio que utilizamos para estructurar el mundo del pensamiento, pero nunca habría despegado del suelo, nunca se habría desarrollado para convertirse en lo que es hoy, y ciertamente nunca hubiese potenciado el pensamiento, si no hubiese entrado por primera vez en el mundo real bajo la forma tangible de la comunicación. Como mostré antes, sólo los acontecimientos externos pueden dar forma a los acontecimientos internos, poque sólo los acontecimientos externos son visibles para la selección natural." (185)

Chomsky y sus seguidores, como buenos "estructuralistas", en el sentido de Saussure y en el que usa Gould para hablar de "estructuralistas" en biología, prefieren invocar leyes formales, principios de desarrollo inherente, etc. La teoría de Bickerton, en cambio, subordina el desarrollo del lenguaje a la interacción comunicativa y a la supervivencia en un entorno ecológico que requería la comunicación. Los demás usos del lenguaje siguieron a éste.

La teoría de Chomsky idealiza muchos aspectos del lenguaje (para empezar, diría yo, idealiza el lenguaje en su conjunto, o más bien lo reduce a algunos aspectos ideales ignorando los demás: la evolución, las variedades sociolingüísticas, la adquisición....). Igual que idealiza la adquisición infantil del lenguaje, convirtiéndola en algo instantáneo, idealiza la adquisición del lenguaje por parte de la especie. No entiende de procesos: entiende de estados—(y así lleva a un extremo las idealizaciones saussureanas. Chomsky siempre ha sido un estructuralista elevado al cuadrado). En su teoría no hay lugar para un protolenguaje: el lenguaje aparece de repente con la función de fusión sintáctica—(Lo cual es antievolutivo. Y, encima, en cierto sentido el lenguaje ya estaba allí en esos "conceptos humanos" que le preceden. Lo cual también es antievolutivo).
Bickerton pasa a criticar el concepto de "fusión" o "ensamble" (merge) de Chomsky, o más bien la manera en que lo aplica al lenguaje. Señala que, para Chomsky, este concepto no sería aplicable a un protolenguaje, que por tanto no tendría sintaxis ni relaciones gramaticales. También observa que para Chomsky, la fusión se da sólo en el seno de la frase (su gramática continúa siendo oracional), aunque de hecho hay unidades discursivas que, sin fundirse sintácticamente, simplemente se añaden unas a otras, de modo aditivo—hasta el infinito, algo que Chomsky parece restringir a los procesos recursivos. En suma, que un protolenguaje hecho de unidades superpuestas no tiene por qué ser finito, contra lo que diga Chomsky.

(De hecho, lo que se evidencia es la insuficiencia de un concepto único de "fusión" o "ensamble" para dar cuenta de la creación de formas lingüísticas. Los párrafos, a nivel discursivo, sí están fusionados, pero no en el sentido gramatical del término. Constituyen, sin embargo, formas menores sometidas a una estructura argumentativa superior. La teoría de Chomsky, idealizando las nociones y volviéndolas abstractas hasta que pierden sus sentido, crea así un mundo propio que va a poder contribuir muy poco tanto al análisis global del lenguaje como al de su evolución. Sobre el concepto de "fusión" y de creación de formas, sería mucho mejor emplearlo de un modo flexible—como requeriría una noción tan abstracta y general—a niveles distintos de gramaticalización. Así, un sintagma nominal es una unidad rodeada de un pequeño marco "imaginario" que la hace manejable y combinable con otras piezas; y este proceso tiene una analogía con la formación de unidades mediante enmarcamiento (framing, diría Goffman) en otros aspectos del lenguaje: por ejemplo, una cita en estilo directo también tiene su propio marco. Los dos marcos son de tipos distintos, y sin embargo hay que reconocer su naturaleza común en tanto que marcos. Las formas lingüisticas, y no sólo las sintácticas, son así una gama de marcos de diversos tipos, que forman un continuo con marcos perceptuales o conceptuales no lingüisticos. Es éste el mejor camino para imbricar el lenguaje en la cognición y en la percepción, así como la vía hacia un continuo con el pensamiento animal. Quizá esta consciencia de la estructuración cognitiva del mundo en secuencias, partes, procesos, etc., falta en la teoría de Bickerton, como en las teorías lingüísticas que tienden a reducir el sentido del mundo a sentido lingüistico, y su estructuración a una estructuración lingüística. Goffman, con su noción de que la SITUACIÓN, la ACCION, y la INTERACCIÓN, vinieron antes que la palabra, podría aportar un correctivo saludable).
En suma, Bickerton coloca la interacción comunicativa primero, la formación de conceptos después, la aparición de la fusión sintáctica y la consiguiente remodelación conceptual luego, dando lugar a conceptos humanos, y a capacidades de pensamiento complejo:


"Chomsky cree que el pensamiento humano vino primero, y permitió la aparición del lenguaje.
Yo creo que el lenguaje vino primero, y permitió la aparición del pensamiento humano". (191)

Este modelo explica cómo una fase surge a partir de otra, cosa que no hace el de Chomsky. En cuanto a la fusión sintáctica, "un proceso que no requiere una derivación especial, ya que surge de la manera en que el cerebro maneja cualquier dato, aparece tan pronto como hay unidades semánticamente capaces de fusionarse" (190). (Este planteamiento de Bickerton es de hecho más consistente que el de Chomsky con teorías como la de la coevolución del lenguaje y el cerebro formulada por Terrence Deacon. Para Deacon, no se desarrolló primero el lenguaje y luego el cerebro, sino que el lenguaje impulsó el desarrollo del cerebro). Hay que señalar que Bickerton, cuando da la prioridad al lenguaje como motor del pensamiento, y no viceversa, está hablando de las primeras fases, de la aparición misma de las primeras palabras:

"Y, naturalmente, una vez estuvieron plenamente establecidos los procesos de los que he hablado, el lenguaje y el pensamiento humano con toda certidumbre sí coevolucionaron." (191)

(Coevolución, siempre. Lo que es debatible es qué aspecto puede haber sido más influente en una fase dada).



jueves, 27 de agosto de 2009

Cristóbal Colón, asesinado por los indios


En La Aguada, antiguamente Sotomayor, primer lugar donde desembarcó Colón en Puerto Rico, recuerdan también a otro Cristóbal Colón, al que mataron los indios—Cristóbal Colón de Sotomayor, hijo de Pedro "Madruga" de Sotomayor, conde de Caminha. Un conde que para algunos es uno de los avatares de Cristóbal Colón, o más bien su "vida previa". 

Su hijo, este Cristóbal de Sotomayor, era llamado Cristóbal Colón, al parecer, en una carta que envió Juan Cerón al rey Fernando de Aragón anunciándole su asesinato a manos de los indios. Cerón, administrador colonial, había conocido tanto al primer Cristóbal Colón como a este segundo. Cristóbal "Colón" de Sotomayor fue lugarteniente de Ponce de León, gobernador de Puerto Rico, y llegó a las Indias por recomendación real. Fundó la villa de Távora, en honor a su madre la condesa, y luego Sotomayor, en honor a su familia paterna—era el hijo menor del antiguo conde de Sotomayor. 

¿Y era Colón, Cristóforo Colom, acaso, este mismo Pedro Madruga de Sotomayor, antiguo conde, haciendo borrón y cuenta nueva de su vida pasada—que motivos no le faltaban? En cuanto al segundo Cristóbal Colón, ¿hay un error de los copistas en la transcripción del nombre? ¿O realmente este Cristóbal de Sotomayor, bien atestiguado, se hacía llamar a veces Cristóbal Colón de Sotomayor, cosa menos atestiguada? ¿Del mismo modo que el almirante, al parecer, se hacía llamar a veces Pedro Colón

Al hijo que había tenido el segundo Cristóbal Colón con una india, lo llamó Pedro. Quien los mató, a él y a su amante india y a casi todos los acompañantes, fue un cacique hermano de la india. Del paradero del niño no sabemos, ni de la carta de Cerón. 

Sí parece que Cristóbal "Colón" Sotomayor tenía trato cordial con los hijos del Almirante, Diego y Hernando; que fue protegido desde su infancia por la reina Isabel, y que le dio privilegios poco justificados en América el rey Fernando. A su padre Pedro Madruga lo desposeyeron los reyes, y dieron su título y sus bienes a su primogénito; también desautorizaron un falso testamento que hizo. Lo que no está claro es si le dieron, bajo el nombre de Colón, otros beneficios en compensación. 

Las noticias sobre la muerte de Pedro de Sotomayor son tan confusas como las de los primeros años de Cristóbal Colón. El mismo Sotomayor era de origen problemático, hijo bastardo del conde, quizá con una judía "genovesa"— un conveniente eufemismo, genovesa de Pontevedra, en los tiempos que corrían. Madruga/Sotomayor fue fraile y pirata, bastardo y noble, señor feudal rebelde y navegante, falsario y pendenciero, hombre de aúpa y de armas tomar, siempre con un pie en España y otro en Portugal. La historia de Cristóbal Colón de Sotomayor, y la de su padre, la cuentan Rodrigo Cota González en Colón, Pontevedra, Caminha (2008) y Alfonso Philipott Abeledo en La identidad de Cristóbal Colón (1994). Es otra versión de las muchas que circulan en torno al intrigante almirante.


Colom, rara avis


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Sueños de Poe


'Twere folly still to hope for higher Heaven
("Dreams")






 



A Dream

In visions of the dark night
I have dreamed of joy departed;
But a waking dream of life and light
Hath left me broken-hearted.

Ah! what is not a dream by day
To him whose eyes are cast
On things around him, with a ray
Turned back upon the past?

That holy dream, that holy dream,
While all the world were chiding,
Hath cheered me as a lovely beam
A lonely spirit guiding.

What though that light, thro' storm and night,
So trembled from afar—
What could there be more purely bright
In Truth's day-star?



 












A Dream within a Dream


Take this kiss upon the brow!
And, in parting from you now,
Thus much let me avow—
You are not wrong, who deem
That my days have been a dream;
Yet if hope has flown away
In a night, or in a day,
In a vision, or in none,
It is therefore the less
gone?


All that we see or seem
Is but a dream within a dream.

I stand amid the roar
Of a surf-tormented shore,
And I hold within my hand
Grains of the golden sand—
How few! Yet how they creep
Through my fingers to the deep,
While I weep—while I weep!
O God! Can I not grasp
Them with a tighter clasp?
O God! Can I not save
 

One from the pitiless wave?
Is
all that we see or seem
But a dream within a dream?









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miércoles, 26 de agosto de 2009

Enamorarse o morir


Canción de Aute de hace unos—veinte años, total ná. Y nos parecía la fase tardía de Aute, o la nuestra.





martes, 25 de agosto de 2009

La culpa de todo...

Una duda asalta a Ivo, que no suele ocuparse de política internacional:

(Ivo)—Oye, papá, ¿Bin Laden, sabe alguien dónde está escondido?
(Yo)—Ah, seguro que alguien lo sabe. Hasta los americanos lo deben saber, tienen muchos medios, espías...
(Ivo)—¿Y entonces por qué no lo detienen?
(Yo)—Pues... mira, eso es un misterio. Eso no sé decirte por qué, pero alguna razón habrá, seguramente muy complicada.
(Oscar, sentenciando)— La culpa de todo la tiene el guión.

 
No tan Wanted


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lunes, 24 de agosto de 2009

Prospecciones intertextuales


Le plagiat par anticipation
(París: Editions de Minuit, 2009) es un libro de crítica "paradójica", un tanto humorística, de Pierre Bayard, autor de libros como Cómo mejorar las obras fracasadas o Cómo hablar de los libros que no se han leído. Le presta especial atención Bayard últimamente a las dinámicas retrospectivas y retroactivas en literatura y crítica, al hindsight bias, y me tiene que interesar siendo que viene siendo ésta una de mis principales obsesiones—véase Objects in the Rearview Mirror May Appear More Solid Than They Are: Retrospective / Retroactive Narrative Dynamics in Criticism.

Dinámicas retrospectivas y dinámicas prospectivas van asociadas en la narración, y a veces no sólo en el interés de quien las examina—a veces van imbricadas o mutuamente delimitadas, se necesitan unas a otras. Por ejemplo, una expectativa—fenómeno prospectivo—sólo puede ser adecuadamente entendida cuando vemos si se ha cumplido o no, y la valoramos—fenómeno retrospectivo. Lo mismo un plan, orientado a su futuro prospectivamente, pero evaluado desde él, retrospectivamente (ver "La historia del fracaso del plan"). Las narraciones están, más que plagadas, hechas de este vaivén temporal entre prospección y retrospección. Partiendo ya de la misma noción de narración: un relato es una vuelta al pasado (retrospección) pero su movimiento básico es el avance del argumento, un desarrollo prospectivo. Y que sin embargo está mediado de múltiples maneras por la retrospección, unas más evidentes que otras.

Las obras literarias, sobre todo las narrativas, están hechas por tanto de este juego de prospección y retrospección. Pero, saliendo fuera de la obra, no salimos del juego de prospección y retrospección. También son estas dinámicas prospectivas/retrospectivas las que orientan nuestra percepción de las relaciones entre obras, pues todo en la vida (que es un gran argumento) queda narrativizado. Así, por ejemplo, en la historia literaria, que cuenta la historia de las historias, y de los historiadores. Allí las obras son los episodios de un argumento, construido por el historiador, que las engloba, las secuencia, las explica como episodios comprensibles en su contexto, por lo que las precedió, por las consecuencias que tuvieron.... De hecho, si nos molestamos en estudiar algún autor del pasado, no es por su obra en sí, sino por las consecuencas que tuvo, el torbellino de información que causó y que todavía llega, a veces muy escasamente, a nuestros días. Si una obra tiene algún valor, es un valor relacional, pues somos seres comunicativos. O sea, que las obras siempre nos llegan a través de otras obras y de otras lecturas, en forma de ecos. Engaña a veces un tomo bien encuadernado, parece que realmente lo tengamos ante nosotros por su valor sustancial, intrínseco, sólido... Lo que hay que preguntarse es cómo llegó a imprimirse, y por qué ha llegado hasta nosotros, cuando en tantos recodos podría haber tomado otro camino.

Y es interesante examinar las formas menos obvias, o más paradójicas, de estas relaciones intertextuales. Porque de intertextualidad va, claro, el libro de Bayard sobre el plagio por anticipado. Tiene mucho de chiste el libro, y bien, no comentaré mucho más sobre el aspecto humorístico, eso de plagiar a las obras que todavía no existen, una cuestión que Bayard trata con cara de póker, en pasajes de este estilo:

"La disimulación, como el parecido, es común a los dos tipos de plagio. Pero estos van a diverger inmediatamente con el tercer criterio, que se refiere al orden temporal. Mientras que el plagio clásico conduce al escritor a inspirarse en uno de sus predecesores, el plagio por anticipacion lo conduce a inspirarse de uno de sus sucesores" (37)

Y no se corta Bayard de lamentar el desfalco, y denunciar el descaro con el que los escritores proceden a plagiar desvergonzadamente obras futuras, muchas veces de autores aún no nacidos, que ven así su originalidad mermada por este robo que les precedió sin que puedan siquiera llevar a los tribunales al plagiario. En efecto, existiría el riesgo de que fallasen contra ellos...

Este libro continúa el proyecto de Demain est écrit, de fundar una "crítica de anticipación", que estaría atenta a lo que proviene en los textos, no del pasado, sino del futuro. Allí trataba sobre cómo las obras de algunos autores estaban inspiradas no en acontecimientos biográficos que les habían sucedido, sino en cosas que estaban aún por suceder, y que seguirían a la publicación de la obra—fuese, o no, como consecuencia de la propia obra. Sobre esta teoría de Bayard, tan sugestiva, escribí un comentario en "Mañana habrá sido escrito".

La noción de "plagio por anticipación" fue utilizada por François Le Lionnais para calificar algunos experimentos literarios que precedían a los experimentos del OULIPO, y que lo recordaban sospechosamente (Bayard 25). Así se contraataca, y se acusa de plagiario al predecesor; del desarrollo de esta boutade procede el libro de Bayard—a menos que Le Lionnais le estuviese plagiando por anticipación, como insinúa Bayard.

Parte del trabajo de Bayard consiste en delimitar el campo propio del plagio por anticipación. Por ejemplo, la teoría del OULIPO podría llevar a pensar que toda obra es un plagio por anticipación de obras no escritas todavía—sobre todo en la medida en que contengan principios experimentales ocultos, esas limitaciones formales autoimpuestas que para el OULIPO generan literatura—principios que serán sacados a la luz por un texto posterior... (¡el texto plagiado, se entiende!). Bien, pues Bayard quiere una noción más manejable, pues de lo contrario la idea misma de "plagio por anticipado" se diluye o se ahoga en la paradoja. Por ejemplo, los oulipianos parecen presuponer un plagio involuntario—"siendo constituido el plagio en cierto modo por el surgimiento de un segundo texto próximo al primero, que, revelando éste a sí mismo, y explicitando su autolimitación enmascarada, permite aclarar a toro pasado sus potencialidades" (27). Bayard quiere, sin embargo, que el plagio sea intencionado, pues de lo contrario no es propiamente "plagio".

Claro que algunos de sus ejemplos comprometen seriamente el grado de "intencionalidad"—sobre todo cuando se plagia a la obra de un autor futuro. Así, Voltaire plagia a Conan Doyle en "Zadig", pero no veo cómo podría hacerlo "intencionadamente". Lo hace disimuladamente, nos dice Bayard, y claro, esa es otra característica necesaria para acotar la noción de plagio. Aún más que los plagios clásicos, los plagios por anticipación suelen escapar a la atención de los lectores, y es posible que la mayoría no hayan sido nunca detectados (36). Sí que hay huellas, claro: los pasajes plagiados parecen escapar a la lógica de la obra, o de su tiempo, y es así: pues responden a una lógica que pertenece de pleno derecho a otro autor y a otra época (en el caso de la ficción detectivesca, a Conan Doyle y no a Voltaire).

¿Por qué no "ser lógicos", y no paralógicos, y decir que es el autor posterior el que plagia al anterior? Otro caso es el de Maupassant y Proust. Maupassant es proustiano en su descripción de la memoria por asociación en Fort comme la mort. Pero el texto principal es el de Proust—el menor es el de Maupassant. Y un plagio por anticipación va siempre del mayor al menor, del futuro al pasado. El texto menor "da así la impresión de estar aislado, impresión que, ulteriormente, se transformará en la de estar adelantado a su tiempo" (45)—¡hasta, finalmente, ser desenmascarado como un plagiario! El texto de Maupassant no era proustiano antes de que Proust existiera (podría decirse en cierto modo que es Proust quien lo genera retroactivamente, o le proporciona un asidero). Al leer un pasaje proustiano en Maupassant, leemos simultáneamente a los dos autores:

"Leyendo a Maupassant desde Proust, ya no leeemos realmente a Maupassant, o solamente a Maupassant, sino otro texto que, a la vez que sigue siendo el mismo, se ha vuelto diferente. Lo que percibimos, en efecto, es no tanto un hipotético texto en sí, cuanto un texto que se halla, por el juego de la historia de las ideas, cogido en una serie de resonancias que se asocian irresistiblemente a él por la simple razón de que Proust vino después." (47)

—un tercer texto que surge a posteriori. Otros autores han hablado de esta influencia retroactiva, cómo nuestra lectura transforma lo ya escrito. (Ver mi artículo "Understanding Misreading: Hermenéutica de la relectura retrospectiva"). Hay en cierto modo una "ilusión creadora" producida por un lector que dispone de los dos textos (57). Y es cierto que este fenómeno requiere ser deslindado de la cuestión del plagio por anticipación... aunque de hecho no podrá serlo, pues de estos ingredientes está hecha la sustancia del fenómeno que trata Bayard.


Otro fenómeno emparentado es el del plagio recíproco. Busca Bayard, cómo no, un caso paradójico. Está claro que las historias medievales de Tristán e Isolda plagian a los románticos, pero no está totalmente descartado que los románticos a su vez las hayan plagiado. Signo claro de que hubo plagio en los medievales es

"esa particularidad de los textos plagiarios por anticipación de parecer estar en disonancia con los textos de su época, como si perteneciesen a otro tiempo o se hubiesen equivocado de siglo" (52)

—justo castigo, pues, si los plagiados se vengan de los plagiarios plagiándolos a su vez, esta vez sin problemáticas de temporalidad invertida. Tener en cuenta esta influencia recíproca lleva a Bayard a hablar de "una doble temporalidad en el interior de la cual los autores se influyen unos a otros y los textos se determinan mutuamente" (56). Es cierto que

"el caso en el que un autor efectivamente ha influido a un predecesor no son fáciles de distinguir de los casos en que una autor da la impresión a un lector de haber ejercido esta influencia" (57).

Y es que entre un autor y otro está otra vez la figura del lector como mediador implícito en unos casos, explícito en otros. El lector levanta acta del plagio, lo reconoce, y por tanto su papel tan necesario puede ser más activo de lo debido. Otro caso borroso, pues, o bien otra faceta de esta bolsa de casos curiosos de intertextualidad que es el plagio por anticipación. Está preocupado Bayard, o su máscara paradójica, por la cuestión de distinguir los casos auténticos de plagio por anticipación de los aparentes o imaginarios.

"Si bien es esencial hacer valer esta doble temporalidad—una prospectiva, otra retrospectiva—, no habría por tanto que ignorar los problemas considerables que plantea en cuanto a la identificación de los plagios, y en particular del plagio por anticipación. En efecto, desde el momento en que todo texto ejerce efectos sobre los textos que lo han precedido, es difícil discernir con certidumbre, cuando aprehendemos un texto antiguo, lo que se debe al plagio por anticipación, y por tanto a una forma de malversación, y lo que se debe a nuestra propia mirada, influida sin que lo sepamos por los textos que siguieron a aquél." (57)

Este fenómeno de la influencia retrospectiva, tan próximo al plagio por anticipación, es uno de los que Bayard quiere deslindar de él, en la medida en que sea posible. No sea que lo acusen de plagiar, sin la excusa de la anticipación, a todos los autores que han escrito—que hemos escrito, córcholis—sobre la influencia retrospectiva y el hindsight bias. Sobre algunos de ellos hablaba Marc Escola en su artículo de Fabula.org "Le temps de l'histoire littéraire est-il réversible?". Usa Escola la noción de influencia retrospectiva, uno de los fenómenos paradójicos de retroacción a que nos referíamos—pero menos paradójico que la prospección presente en el plagio por anticipado En todo caso, siendo que une en afinidad obras presentes y futuras, se propone Bayard deslindarlo de su objeto de estudio: no se trataría de un plagio por anticipación, sino de una ilusión de plagio, cuando una similitud entre los dos textos "da la impresión errónea de que el primero se ha inspirado en el segundo, cuando de hecho se limita a mostrar, a los ojos de un lector que conozca los dos, las marcas retroactivas" del segundo.

Por cierto, también se despacha Bayard en un comentario al pasar otro caso similar—que el parecido entre las dos obras "del plagio" se deba a la casualidad. Claro que mirándolas de cerca, las casualidades se convierten en causalidades; hay tantas cosas que caben en el saco de la casualidad, que habría que examinar ese caso más de cerca... este, y sus relaciones con el del tercer texto, la similitud generada por la lectura (si la lectura no es casualidad). Nos dice Bayard a este respecto que "toda lectura produce similitud y se encuentra por tanto como parte constitutiva del plagio por anticipación" (62)—veremos, en efecto, que una vez restados todos los efectos menos paradójicos no queda en Bayard ningún sitio para el mentalismo ni las visiones proféticas; de hecho se disuelve el plagio por anticipación entre el conjunto de sus casos fronterizos, y no tiene núcleo propio más que aparente.

Pero volviendo a la influencia retrospectiva. Es el famoso caso de "la influencia de T. S. Eliot sobre Shakespeare", una tesis que escribe un profesor en ciernes en la novela Small World de David Lodge; y con este epígrafe de Lodge abre Bayard su libro. Sobre este caso escribí en mi artículo de "Understanding Misreading", y sobre su precedente en Borges (y en Eliot). Ahora se ocupa Bayard del caso Borges, que como se sabe es el gran locus classicus de la cuestión, en su ensayo sobre "Kafka y sus precursores" (—en el que dice que los precursores no son tales, sino que son generados retroactivamente por la obra de Kafka):

"La idea de que cada escritor crea a sus precursores—o, si se prefiere, los reescribe o los reinventa—es otra manera de hablar de influencia retrospectiva" (66)

—una perturbación en las líneas de fuerza de la literatura ya escrita, ese "hacerse sitio" los clásicos para acoger a los nuevos clásicos que señalaba Eliot en "Tradition and the Individual Talent". Según Borges, se crea así una traza virtual que da la ilusión (como en tantos casos de causalidad retroactiva) de llevar al fenómeno. Y así las causas, o las atribuciones de causalidad, siguen al efecto, como sostenía Nietzsche.

Bayard observa agudamente que en la identificación de esos "precursores" retroactivos de un escritor, tan significativa es la influencia del escritor como la del observador o analista—la de Kafka, como la de Borges. Borges descontextualiza a los "precursores" y los orienta hacia Kafka; a la vez, somete a éste también a una "lectura orientada"—leyendo en Kafka sólo lo que entendemos por "kafkiano", paradójico o absurdo. Pues hay otras cosas también, en Kafka. Así, la labor del observador es crucial a la hora de aproximar unos textos a otros—vale decir que de no intervenir Borges, Kafka no tendría precursores. No es sólo Kafka quien modifica retroactivamente a Bloy, a Kierkegaard, a Browning—sino Borges quien los modifica retroactivamente a ellos y a Kafka—y si "toda lectura produce perturbsaciones en los textos que toma por objeto, hasta le punto de que a veces, cuando llega a su término, los ha modificado sensiblemente" (68)—entonces hay que suponer que hay que añadir también la influencia retrospectiva de Bayard, y hasta la mía, sobre toda esta serie de autores. El fenómeno es preocupante para Bayard, pues—

"Conceder un lugar excesivo a la influencia retrospectiva conduciría por tanto a relativizar el plagio por anticipación, incluso a exculpar a los que han incurrido en él, quienes, gracias a esta noción [de la influencia retrospectiva] tienen los medios de defenderse, incriminando a la imaginación de los lectores y su capacidad de inventar similitudes" (69).

Así que pasa Bayard a especificar casos de plagio no comprendidos en esta influencia retrospectiva.
El primero de ellos, la infiltración en el pensamiento de otro, se refiere al psiconalista Victor Tausk, discípulo de Freud, y eventual suicida cuando Freud forzó su alejamiento de su círculo. Tausk era uno de los más aventajados discípulos, y su presencia inquietaba a Freud—pues Tausk le plagiaba por anticipación. Freud daba a conocer sus ideas de modo incipiente o preliminar, pues le costaba madurarlas y llevarlas a una forma en que se animaba a publicarlas. Tausk era rápido: conociendo la lógica del pensamiento freudiano, desarrollaba el germen que captaba del maestro, y publicaba antes que él—primera modalidad del plagio por anticipación— volviendo así a Freud en apariencia plagiario de Tausk, o quizá de sí mismo... Freud se resentía de este proceder de Tausk, sentía que su discípulo se entrometía en su psiquismo, y lo enfrenta a los límites de su propio pensamiento aún sin desarrollar. O lo priva de su propio ser con esta intrusión:


"Una confrontación que no deja de sugerir una experiencia del orden de la psicosis. Porque si las ideas que creo mías no lo son, si lo que pienso o creo pensar es pensado a la vez por algún otro, entonces no queda nada en "mí", sólo elementos extraños entre los cuales es difícil abrirme paso para salvaguardar mi identidady la autonomía de mi creación" (75)

Propone Bayard que esta influencia, debida a diferentes velocidades de maduración, también se puede aplicar a plagiarios como Shakespeare, que se anticipa al romanticismo en obras como Romeo y Julieta, antes de que esta sensibilidad exista en forma "compartible". Al versar estos plagios sobre ideas, y no sobre palabras, son más difíciles a la vez de probar y de contener, pues los procesos de circulación de ideas son más impalpables.

La segunda modalidad de plagio por anticipación, el eterno retorno, también tiene que ver con Freud—que esta vez nota que es Nietzsche quien le plagia por anticipación. Se niega a leerlo por temor a que le cause interferencias—en realidad, dice Bayard, intuyendo que Freud ya había hecho freudismo antes que Freud. En efecto, Nietzsche formula una teoría de la creación intelectual regida por las pasiones, pulsiones y prioridades inconscientes—de la razón sometida a la estrategia de los instintos, del pensamiento puro como, en realidad, una autobiografía disfrazada. Y esto, para Bayard, es psicoanálisis avant la lettre:

"Una formulación próxima de las de Freud sobre la actividad filosófica, abocada, según él, no a comprender el mundo, como creen ingenuamente los filósofos y sus admiradores, sino a permitir antes que nada que su autor, mediante la edificación de un sist4ema de defensas personales, resuelva sus síntomas y encuentre, contra la angustia, un equilibrio subjetivo" (81).

La duda sobre la racionalidad que arroja Nietzsche, y su interpretación psicológica de los sistemas de ideas como maniobras de defensa psíquica, son "plagios por anticipado" del psicoanálisis. Porque no podemos decir que Freud plagie a Nietzsche—es Freud quien es autor del texto primordial sobre estas cuestiones, quien lleva el razonamiento a una forma más sistemática en su obra. ¿Y cómo hace Nietzsche para plagiar a Freud? Pues no por prospección, como podríamos pensar por imposible que sea, sino por retrospección—remontándose a fuentes de pensamiento que los inspirarán a los dos, como por ejemplo los presocráticos griegos o Sófocles. La primera modalidad, la de Tausk, se basaba en una dilatación del presente—la génesis incipiente de una idea, su desarrollo, el proceso de publicación... En esta segunda modalidad, es la exploración de posibilidades inexploradas en el pasado la que permite la génesis de un plagio por anticipado—en un tiempo que parece guiado por figuras del retorno y el ciclo:

"Descriptiva y explicativa, la concepción cíclica del tiempo incita también a la creación. Al recordarnos que, como en el curso de la naturaleza, las formas y temas idénticos hacen su reaparición de manera regular en la historia de la literatura y del arte, incita a ir a buscar en el pasado, no para alejarse del día de mañana, sino para llegar a él antes, algunos de los elementos estéticos susceptibles de participar en la invención del futuro" (90)

La tercera modalidad de plagio por anticipación, la creación aleatoria, la expone Bayard a cuenta de la teoría protoestructuralista de Paul Valéry, "cuando explica, recordándonos la importancia del azar, que Victor Hugo habría podido de hecho ser anterior a Racine"—por lo cual, arguye Bayard, "la influencia de Victor Hugo sobre Racine es un tema que merece ser estudiado con cuidado" (91).

Valéry tiene una concepción primordialmente lingüística (y formal) de la literatura, "la literatura es, y no puede ser otra cosa que una especie de extensión y de aplicación de ciertas propiedades del lenguaje" (Valéry, en Bayard 93). Y de hecho es el lenguaje, en su conjunto, la obra literaria más acabada, que contiene en potencia todas las combinaciones posibles de palabras y formas literarias. Los autores eligen algunas, hacen que se manifiesten. A esta teoría de la literatura la llama Valéry "Poética"—y se recordará cómo los estructuralistas como Genette y Todorov siguieron razonamientos parecidos. La Poética según Valéry es indiferente a la vida y nombre de los autores, a la historia; es un juego de formas y combinaciones lingüisticas manifestadas un tanto aleatoriamente en una u otra obra o siglo. De este modo, un autor que innova comienza por oponerse a lo que halla como régimen literario dominante:

"En cierto modo, el gran escritor será el que disponga de un acceso privilegiado a la combinatoria general del lenguaje" (98)

En Baudelaire se prefiguran obras posteriores, las de Verlaine o Mallarmé, pero eso es porque exploró algunas posibilidades del lenguaje que ellos explotarían después. Es una relación compleja, la que nos hace concebir Valéry entre predecesores y autores subsiguientes.

"En uno y otro caso, la relación se establece en los dos sentidos. Para los que vienen antes de nosotros, poedemos decir que hemos sido engendrado por ellos, puesto que les debemos en cierto modo la existencia, pero también que ellos nos deben a la vez estar presentes aún, por el suplemento de vida que les damos. (...) Así se forja, entre los vivos y los seres por venir, que serán de hecho los únicos que comprenderán lo que inventamos, un díálogo incierto que une lo existente y lo increado." (100).

Basándonos en las posibilidades inherentes al lenguaje, podemos por tanto prefigurar, oponiéndonos a lo ya hecho, maneras de hacer que serán las de escritores futuros—y contribuir así a que aparezcan en realidad. Esto sucedió de hecho entre Valéry y los estructuralistas de los años 60 y 70. Valéry es importante por la manera en que señala cómo el proceso creador, a tientas en la oscuridad, abre un diálogo con lo que todavía no existe.

(Una idea parecida, relativa a la literatura de anticipación, puede verse en esta nota sobre Philip K. Dick—"Profecías autocumplidas retroactivamente". Me temo que estaba yo plagiando a Bayard, por anticipado).

En la última sección del libro, aboga Bayard por "una nueva histoira literaria" autónoma con respecto a la historia de los sucesos, una historia que tenga en cuenta estas dinámicas prospectivas, en las que un autor puede verse influido tanto por sus predecesores como por sus sucesores, incluso los remotos. Recuerda un poco la cosa el proyecto de ese personaje de Saramago en El hombre duplicado, un profesor de historia que proponía enseñar la historia retrospectivamente, partiendo de hoy y avanzando hacia atrás. Sófocles, en Edipo Rey, se inspira por una parte en la teoría freudiana del complejo de Edipo; por otra parte, en la novela detectivesca y policial—de hecho en una fase ya avanzada de ella, pues es el propio detective quien resulta ser, para sorpresa propia tanto como ajena, el criminal al que va buscando.

Otra noción que relaciona Bayard con esta nueva concepción de la historia literaria es la del Otro Yo formulada por Proust. Para Proust (como también para Henry James) es diferente el yo escritor del yo social. (Esta noción queda a veces parcialmente expresada por la oposición entre el autor "de carne y hueso" y el "autor implícito", personaje puramente textual). Para Bayard, a estos "otros yo" más que a los autores de carne y hueso debería atender la nueva historia literaria—es una forma de separar la historia "normal" de los acontecimientos de una historia propiamente literaria que tenga en cuenta estas paradojas del tiempo, esta extraña movilidad de sus fenómenos:

"Esta movilidad se refiere en particular al papel de la influencia retrospectiva, que no cesa de modificar las obras y el juego de sus filiaciones. El lugar de cada escritor se revela, cuando se toman las medidas a sus efectos, tanto más difícil de establecer con precisión en la historia literaria cuanto más es leído a través de los textos de los autores que le siguen, en particular de aquéllos en los que él se ha inspirado y que nos conducen a percibir de modo diferente su originalidad" (110)

La nueva historia literaria será, además de autónoma, móvil. El ejemplo de Laurence Sterne, típico novelista experimental del siglo XX, sirve para mostrar cómo un autor puede desplazarse con respecto al lugar donde se le suele ubicar, y cómo eso puede ayudar a comprender de otra manera su papel histórico y la naturaleza de su creación. (Aunque yo propongo por situar a Sterne en el siglo XVIII, sean cuales sean sus conexiones y afinidades con el siglo XX).

Será también una historia literaria más abierta a las artes, pues esta dinámica retro-prospectiva no es exclusivamente literaria, sino que ha sido observada también en las otras artes. Así, Didi-Huberman observa a Fra Angelico pintando como Pollock, aunque se resiste a extraer las consecuencias: Fra Angelico plagia a Pollock, por anticipación; se nos vuelve visible este gesto gracias a Pollock mismo, pero ambos están explorando una fuente común de combinatoria o "poética" pictórica, el dripping como inmersión en el gesto pictórico. Algo apenas intuido en Fra Angélico, pues desde luego tiene su dificultad plagiar a alguien tan distinto y tan posterior; el mérito de la perspectiva que nos abre así compensa la deshonestidad y la desvergüenza del plagio.

Por último, la historia literaria debe tener en cuenta la literatura futura. Se ha limitado en exceso al pasado, y rara vez o nunca alude a las obras todavía sin escribir. Estas son detectables, según Bayard, de la misma manera que eran detectables los precursores de Kafka. Utilizando este mismo ejemplo, pero invirtiéndolo, nos muestra cómo Kafka habría permitido a sus contemporáneos, si hubiesen estado atentos, percibir la literatura futura de Beckett, o la literatura de los campos de concentración tal como la encontramos en Imre Kertesz, o la literatura de la generación marcada por los totalitarismos del siglo XX, como Antoine Volodine. Alude también Bayard a la influencia de la literatura femenina futura sobre Kafka—en concreto, no consigue identificar a una escritora a la que plagió Kafka por anticipado, y que quizá, cree Bayard, esté aún por venir. Yo creo que seguramente podría encontrársela a esta autora en The Handmaid's Tale o Alias Grace u otras obras de Margaret Atwood, o en los cuentos sobre histeria y trauma de Joyce Carol Oates... aunque no quiero descartar, claro, que un examen atento no nos fuera a permitir identificar aún otros elementos de literatura futura en Kafka, o en otros escritores—futuros para él, y futuros para nosotros. De tales especulaciones surge, a veces, la literatura aún no escrita:

"Jugar con los escritores del pasado el papel de superviniente, es por tanto ayudarles a sentirse menos solos, enviándoles, mediante la lectura atencionada de sus obras, un mensaje tan fuerte que atraviesa los años y los siglos y les permite, allí donde habitan, en el aislamiento y en la espera, más allá de las fronteras del tiempo, encontrar la energía para seguir escribiendo" (150)