lunes, 16 de octubre de 2017

Retropost #1826 (16 de octubre de 2007): Que vienen los fachas

En San Sebastián, este pasado fin de semana, autorizaban los tribunales (vascos) una manifestación de la Falange para celebrar la fiesta nacional, y pasear sus banderas. Después de que el gobierno vasco la hubiese prohibido, y hubiesen recurrido los falangistas.  Un pequeño triunfo para la libertad de expresión, y para la justicia, en el País Vasco—que no es poco allí. Aunque personalmente me parezca excesivo darles una avenida a la Falange para que se manifiesten, dado su tirón popular.maulet

Pero luego, ¿qué pasa? Que se cumplen las previsiones del gobierno vasco y hay una tarde de disturbios. No provocados por los falangistas (partido legal), válgame Dios, sino por partidarios de los batasunos (partido ilegal) y Aeneuvistas y Comunistas de las Tierras Vascas (partidos legales), y espontáneos aktivistas okupas, y otra basca "antifascista", que forman clásicos comandos de amedrentamiento, queman mobiliario urbano, se hacen con las calles para ellos como Fraga, y se enfrentan a la policía vasca. Que por su parte impide que se celebre la manifestación en la avenida céntrica donde estaba autorizada, y se lleva a los falangistas a las afueras a que se manifiesten en la explanada de un centro comercial.

De los disturbios culpa el gobierno vasco a los jueces que autorizaron la manifestación. Les falta decir que a los falangistas por existir. Lo más obvio sería culpar a los causantes de los disturbios, ¿no? Pero el gobierno vasco participa del mismo antiespañolismo que los matones callejeros, y se apunta a su lógica por lo bajini. ¡Que vienen los fachas! —pero fachas son para ellos los falangistas, y todos los que andan detrás de una bandera española, no los que amedrentan o destrozan o imponen su ley de matonismo por la fuerza.

Al grito de ¡que vienen los fachas!, los nuevos camisas pardas nacional-socialistas se apoderan de las calles mientras el gobierno de turno les deja hacer, o les afea su conducta con la boca pequeña. Así una mano agita el árbol, y otra recoge las nueces, sin que la izquierda sepa lo que hace la derecha. Para hacer patria—de la misma manera el gobierno italiano dejaba hacer a los de Mussolini, una estrategia de terrorismo de Estado que permite actuar y conseguir el efecto deseado sin mancharse las manos. Así la ley y los derechos se van convirtiendo en una entelequia, a aplicar según convenga, y nunca en ningún caso en favor de los fachas que sean de otra cuerda. Noches de cristales rotos, en el País Vasco, todas las noches. Pero el vecindario prefiere refugiarse en casa en silencio, esperando que al menos por hoy no sea el turno de su escaparate.

PS: hoy en Ibercampus: "La violencia política sacude a la Universidad vasca".


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