En la cena hablamos de que Ivo tiene la frente fría, luego de escaladores congelados, y así nos cuenta el abuelo un recuerdo de la guerra.
- Lo que más me impresionó en la guerra, que aún me recuerdo, lo que más me impresionó de todo fueron los Congelados de Teruel. Los vi. No sé si eran nacionales o de los otros. Y ójala que no los hubiera visto.
- ¿Y cómo eran?
- Pues estaban todos consumidos. Y no parecían de carne. Parecían de cera. En un hospital los vi.
- ¿Pero estaban vivos o muertos?
- Pues ni vivos ni muertos. O vivos, pero casi mejor que no estuviesen vivos. Estaban todos sentados en la cama, y no podían moverse, ni hacer nada, fijos, sólo hacían un ruido, ". . . iii . . . ihhiii . . . ñiiii . ... iii " Y pregunté a los de allí, "pero bueno . . . ¿qué es esto, quiénes son?" Y me dijeron, - "Son los Congelados de Teruel". Fue una cosa espantosa aquello. Qué pobres gentes. Iban muy mal equipados, sin abrigo, y . . .
- Yo he oído hablar de ellos. Se lo echaban a suertes, ¿verdad?
- Efectivamente. Por la noche, dormían tres juntos abrazados. Y se echaban a suertes quién sería el de en medio.
- Porque era el que se salvaba.
- Si, era el que iba a vivir . . . Lo que más me impresionó de toda la guerra.
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