jueves, 26 de mayo de 2016

Retropost #950: Artefactos autodesconstruidos

La libertad de expresión no está garantizada en las Universidades. Esta vez en la Universidad Autónoma de Barcelona, grupos nacional-fascistas tratan de reventar una charla organizada por grupos anti-independentistas. "Boicotean", dice la noticia de La Razón. Pero boicotear es "no colaborar con algo, hacerle el vacío como manera de presión" - y qué más quisieran los de Ciutadans de Catalunya o de Socialistas en Positivo, que los esquerros y los boixos nois estos les hicieran el vacío. Pero no, lo que hacen es llenar la facultad de carteles y pintadas, e intentar impedir que se celebre la conferencia con gritos, insultos y apoderándose del espacio público por la fuerza, cuando no tirando ladrillos y dando garrotazos, como en la mejor tradición de los guerrilleros de Cristo Rey. Claro que en esta ocasión, la cosa tiene su dosis de justicia poética: "Al inicio de la conferencia, los radicales irrumpieron en la sala disfrazados con banderas españolas y fascistas con gritos e insultos". Intentando parodiar al adversario, se retratan a sí mismos: el negativo de un negativo, retrato clavado. Esto sí que es the return of the repressed, o encontrar al Otro dentro de uno mismo... una autorrepresentación por abyección incorporada.
 
mauletEs un caso bastante frecuente entre grupúsculos radical-fascistoides, este uso expresivo de sus propias imágenes abyectas para caracterizar al supuesto enemigo. Por la Universidad se suelen ver carteles de este pelaje:
- "Skins contra el fascismo": y sale un rapado vociferante, que no se sabe si representa lo deseable o lo indeseable, al skin contra el fascismo o al fascismo.

- "Fuera el PP, fuera el fascismo de la Universidad, Okupación" – sale un personaje armado para la lucha callejera, con bate de béisbol y casco, no se sabe si es el fascista al que hay que echar o el que va a okupar su puesto cuando lo eche.

- "Acción Direkta, contra las fuerzas represivas"  – estética anarcoestalinista, en rojo y negro, movimientos confusos de masas con porras, que no está claro si representan la deseable rebelión o la indeseable represión... que le pregunten al kartelero, pero seguro que ni él lo sabe, tanto da.


Estas autodesconstrucciones tienen su gracejo intelectual, pero por muy chistosas que sean hay que tener en cuenta que lo que se autodesconstruye sobre el papel puede producir efectos indeseables en la realidad. Cuidado que estos "(anti-)fascistas" no se nos apoderen del orden público, como sucede, con demasiada frecuencia, demasiado cerca.






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