martes, 25 de febrero de 2014

Las ofensas de los secesionistas al Príncipe

Un emisario de los secesionistas catalanes le niega ostentosamente el saludo al Príncipe de Asturias en un acto público en Barcelona, en el congreso de Zuckerberg. Aquí comenta el episodio muy certeramente Federico Jiménez Losantos:




Un príncipe, lo mejor que se puede hacer con él en principio es quitarle las perspectivas de llegar a ser rey, pero por un proceso legal y constitucional. Entretanto, es un representante del Estado—a título extraoficial, por cierto, en España. Pero la intención de los secesionistas está clara: hacerle un feo a España en la persona del Príncipe, ofendiéndole en público. La reacción del Príncipe, de buen trato a nivel personal, está también fuera de lugar en el contexto. Lo propio era ordenar al servicio de seguridad que expulsase al individuo. En lugar de eso, el Príncipe luce un buenismo ineficaz, y se va de cena con quienes lo han puesto allí para ofenderle. Con Más y demás, que han saludado efusivamente después al insultador, con abrazos y todo. Vamos, que le han increpado ellos al Príncipe, por persona interpuesta. Lo propio era darle un bofetón al emisario y decirle, "Tenga, señor Mas". ¿Es que no tienen un sentido del valor de lo simbólico?

Esto le pasa al Príncipe por juntarse con quien no debe. Libre sería de hacerlo si fuese un particular, pero con traidores y sediciosos no debe reunirse el Príncipe, ni el rey, ni ningún político. Sólo la policía y el fiscal. Pero así nos va—ahora hay que preguntarse en qué categoría entra quien se reúne con traidores, y se va de cena con ellos, y encima se deja ofender por ellos en público.

Los servicios de seguridad, a tono con los anfitriones y con el huésped, en perfecta sintonía. En lugar de echar al que viene a reventar la ceremonia, no le dicen nada, pero vienen a parar a una periodista que lo estaba grabando. ¡En un congreso sobre comunicaciones y aplicaciones móviles! A Jiménez Losantos se lo llevan los demonios, y con razón.

Una nube espesa de estupidez ha descendido sobre este país, y no hay esperanzas de que levante.

Ya se espera uno cualquier cosa, como la ideica ésa de que Cataluña se independice bajo el "paraguas" de la Corona. El rey seguro que encantado—al príncipe ya lo van reblandeciendo. Y así tendríamos por fin el mítico Reino de Cataluña (reino borbónico, eso sí), que parece que algunos tienen que quitarse la espinita, por mucho que les tire la República Catalana con sus euros falsos. Para euros falsos, hay donde elegir.

De momento, mi consigna hoy en Twitter es: "Si este año entre todos no haces BOICOT A PRODUCTOS CATALANES, es que nunca harás nada contra el secesionismo".




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