lunes, 18 de noviembre de 2013

Sinaptogénesis

Neurología evolutiva y circuitos cerebrales.

Una explicación, en parte, de cómo es que los humanos nos construimos nuestra propia realidad para habitar en ella

 Veo una noticia sobre neurología que no conocía, relativa a un estudio de la sinaptogénesis y sus diferencias entre los humanos y los demás primates, publicada hace un par de años en Genome Research. Copio de mi fuente en Diario Antropológico:

Khaitovich explicó que la sinaptogénesis , la base del aprendizaje y de la memoria en el cerebro en desarrollo, se caracteriza por la formación de sinapsis (forma de trasmitir la información entre neuronas), el fortalecimiento de conexiones útiles , y también la eliminación de las conexiones inútiles.

Neuronas
Los autores encontraron que en los seres humanos, la expresión de los genes sinápticos en la corteza prefrontal se ha retrasado hasta la edad de cinco años, a diferencia de los chimpancés y los macacos, que ha sido en el primer año de vida.
Los autores señalaron que este cambio humano específico sólo se observó en la corteza prefrontal, y no en el cerebelo
“Nuestros hallazgos sugieren que el cerebro humano sigue siendo extremadamente plástico y susceptible a la entrada del medio ambiente durante los primeros cinco años de vida”, dijo Khaitovich .

Son estos años de plasticidad extrema los años en los que se crea esa fusión particular entre la estructura cerebral y el medio social (incluido el lenguaje) que caracteriza a la especie humana, y le hace habitar no tanto un universo sensorial cuanto un universo semiótico, una realidad virtual o caverna platónica generada por el entorno sociocultural y simbólico en el que el cerebro se termina de construir. 

Esto me hace pensar que posiblemente se trata, en el caso de esta peculiar sinaptogénesis, de un aspecto más de la neotenia como motor de la evolución humana. En parte esta investigación que comento responde por anticipado a aquello que nos preguntábamos hace una temporada, sobre cuál era el gen que había que buscar que explicase las capacidades peculiares del pensamiento humano. Ahora bien, este tipo de desarrollo neoténico del cerebro tampoco termina de explicar del todo nuestras capacidades a la hora de elaborar y manejar representaciones complejas del tipo que se describen en este artículo de Mark Turner.

Seguiremos atentos por lo tanto a estas explicaciones neurológicas que ayuden a entender la conectividad particular que caracteriza al pensamiento humano y le permite elaborar y comprender las integraciones y fusiones conceptuales, las metáforas, los símbolos y los signos lingüísticos.


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