jueves, 9 de junio de 2011

Iconos textuales


Stephen Orgel, "Textual Icons: Reading Early Modern Illustrations." Cap. 5 del libro de reflexión retrofuturista The Renaissance Computer, ed. Neil Rhodes y Jonathan Sawday. Traducción del resumen:

"La práctica de la ilustración de libros", escribe Stephen Orgel, "se ha venido tratando de manera muy fructífera en el contexto de la historia de la imrpesión. Pero también es un aspecto de la lectura". Tomando el papel del lector como punto de partida, Orgel procede a interrogar aquellas imágenes e ilustraciones de libros de la primera época moderna que parecen constituir una alocución directa al lector y que, paradójicamente, pueden parecer contestar o incluso contradecir el "mensaje" del texto escrito. Desplazándose por los frontispicios e ilustraciones de diversos libros famosos de la época moderna temprana (por ej. las Workes de Ben Jonson, el Cosmological Glasse de Cunningham, la Practical Music de Morley, etc.), el ensayo excplroa el desarrollo de nuevas tecnologías de reproducción, preguntando a la vez cómo "leían" y comprendían esas imágenes los lectores contemporáneos a ellas. La conclusión de Orgel es que, una vez estudiamos la función de estas imágenes, empezamos a comprender que "el libro Renacentista era no tanto un producto como un proceso": el proceso mediante el cual el "libro" en lugar del "texto" se convierte en un objeto de fascinación y consumo en sí mismo. (59)


Es curiosa la manera en que las ilustraciones renacentistas parecen poco funcionales, inapropiadas, o ilógicas. Curiosamente, en lugar de "explicar", requieren bastante conocimiento previo para ser entendidas ellas mismas; por ejemplo en la Biblia pauperum, la comprensión de los grabados "requiere conocimiento detallado no sólo de las Escrituras, sino también de los principios de exégesis bíblica" (60).


Los emblemas de Alciato curiosamente se originaron como descripciones verbales de imágenes alegóricas, no como ilustraciones. Estas se añadieron más adelante.

En sus Workes, Jonson se presenta no mediante su imagen, no aparece, sino con una representación alegórica de su drama, con las figuras que representan su relación a la historia y una serie de posibilidades genéricas. Y su comentario al Folio de Shakespeare desviaba la atención de la ilustración del retrato del autor, hacia las obras.  

 

Es difícil saber hasta qué punto los lectores extraían información de las ilustraciones de obras que parecen plantear dificultades y oscuridades, o se repiten y reciclan, como en obras de Sidney, Boccaccio, Spencer, Biondi... Quizá lo mismo con las ilustraciones de Chaucer en Caxton, son menos características que los personajes de Chaucer. Para Orgel, tienen que ver menos con el texto de Chaucer que con el libro mismo que las presenta, y con la historia de su producción. A Chaucer curiosamente se le siguió dando un aire arcaico en tipo de letra en las sucesivas reediciones. En las ediciones de Shakespeare del XVII también se aprecia un deseo de replicar no sólo los textos sino la presentación impresa del libro original. Volviendo a Jonson, en 1716 Tonson produce una edición en 6 volúmenes, pero el orden de los textos y las ilustraciones se refieren más a la propia producción de Jonson como libros en el siglo anterior, que a las obras de Jonson: "derivan su autoridad, su poder de significar, de la historia de la impresión, de la construcción de los folios del siglo anterior" (69).

 
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