martes, 30 de noviembre de 2010

Que España no puede

 

Y yo tampoco—llego a fin de mes con la cuenta pelada, a base de samantas palos que le han dado las derramas. Y encima me toca pasar a los números rojos y encargarme un paquete libros para preparar las asignaturas—porque la Universidad tampoco puede, ni tiene bastantes libros en la biblioteca, y la exigua asignación para gastos docentes ya se ha evaporado. Así que a tirar de tarjeta de crédito, como la Nación, mientras el cuerpo aguante. En fin, no sé si prefiero que reviente antes mi crédito o el del país, está la elección difícil. Por cierto, en una universidad mejor organizada tampoco me pasarían estas cosas, porque sabría yo con un año de antelación lo que iba a dar al año siguiente, y además no me tendría que meter a estudiar cine indio y australiano a estas alturas de la vida, que maldita la falta que me hace, ni a mí ni a los estudiantes.

Y para colmo, otra derrama: se me sale la lavadora, y le hace una filtración al vecino de abajo, que ni Wikileaks. Para estar con el agua al cuello, ya sólo me falta que le pase lo mismo al vecino de arriba.



 
                                              —oOo—



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se aceptan opiniones alternativas, e incluso coincidentes: