sábado, 22 de mayo de 2010
Cara de cemento armado
Oigo a la vicepresidenta Salgado decir, entre risitas temblonas, que el paro no llegará a los cinco millones. Garantía infalible de que sí lo hará.
También nos aclara que (como resumen de la ceremonia de confusiones de que si suben los impuestos o no) quizá suban los impuestos a los multimillonarios... pero que será una contribución solidaria, y por tanto temporal, que luego se quitará.
Oigan, ¿ha dicho lo mismo sobre los recortes a los sueldos de los funcionarios? ¿Ah, no? Qué casualidad. Sin contar con que el recorte a los millonarios sigue siendo palabritas. De momento ya tienen un sistema de impuestos blindado, las SICAV, y múltiples trucos constituyendo sociedades, por los cuales evaden todos los impuestos... los del dinero que no va en negro.
Y escucho también a Gaspar Zarrías decir que los recortes éstos del decretazo gubernamental no son improvisados ni arbitrarios—que no demuestran la ineficacia del gobierno sino, literal, sus reflejos y capacidad de reacción, ante una situación que nunca se había dado y que nadie había previsto. Que nadie había previsto. Que nadie lo había previsto, dice. Cuando ya hace años que se lo avisaban, antes de las elecciones—y negaban la crisis falseando las cifras.
Celestino Corbacho, ministro de Trabajo, por su parte, dice que eso de subirles impuestos a los ricos era sólo pensar en voz alta: que el Gobierno no ha decidido nada, que ni siquiera ha discutido el tema. Tanto él como Salgado aclaran que no hay ningún estudio ni proyecto realizado sobre el tema.
Ningún estudio sobre si hay que subir los impuestos o no—¡Y TIENEN SEISCIENTOS ASESORES EN NÓMINA! ¡A DEDO, Y NI UN ESTUDIO SOBRE EL TEMA!
Por favor, que retiren a esta plaga. Todos estos son del PSOE—recuérdenlo bien a la hora de votar.
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