jueves, 5 de noviembre de 2009
Acomodarse
Hoy estábamos entregando el material para nuestras "oposiciones" en el Registro—y ha habido que ir a otro registro, en la Facultad, porque en el de la Universidad les parecía una cosa rara y sin precedentes, preferían que se hiciese cargo la Facultad, que es un registro auxiliar igualmente válido.
Y de camino, llevando nuestros materiales, nos encontramos con el Subdirector del departamento, y hemos cambiado impresiones. Nos ha venido a decir que no entiende nuestra actitud de confrontación con el Departamento, no aceptando sus criterios y planteando recursos y pleitos—Que aunque somos muy libres de hacerlo, por supuesto, no es bueno para nadie; y pedir que intervenga la Justicia es una actitud de confrontación. Que lo mejor es acomodarse y llegar a un entendimiento con lo que quiere la mayoría: no entrar como un toro en una cacharrería exigiendo los derechos de uno, y que se cumpla la ley, sino ver cómo se hacen las cosas en ese sitio en concreto, y buscar un acomodo. Y que si quieren privarnos de algún derecho quienes allí mandan... pues que lo mejor es ceder, y pedir permiso, no insistir en que "tenemos derecho a tal cosa."
(Por ejemplo a pedir docencia en el máster, que es de lo que va el conflicto presente. El subdirector partía de la base de que el conflicto lo creamos quienes protestamos y defendemos nuestros derechos, no quienes se saltan las normas para excluirnos).
Yo sostenía que como mínimo, ante la disparidad de criterios, habría que atenerse a la legalidad y a las normas—que uno era muy libre de renunciar a derechos si lo estimaba oportuno, pero que había que respetarlos en cuanto alguien exigía que se respetasen. Sobre la base del marco legal. Pero no me concedía el subdirector la mayor—lo de que tiene uno derecho a que se le aplique la ley. Que eso es ir de maximalista, me decía; la ley no es algo objetivo—hay que interpretarla con flexibilidad, y si el grupo quiere aplicará otro tipo de normativa que vote "democráticamente". Que lo primero ha de ser acomodarse al grupo dominante, evitando enfrentamientos, y si no te quieren en un sitio, una opción personal posible es marcharse—aunque tengas derecho a estar allí.
Ojo, que hablamos de la función pública y de una institución oficial, no de un club de amigos...
Así que sobre esa base concluyo que es imposible que nos entendamos. Hablamos idiomas muy diferentes. Mi tesis es que si en un rincón de la Administracion un grupo está acomodado a hacer las cosas a su aire, y llega alguien exigiendo que se hagan según la ley, es el grupo quien tiene que acomodarse. No a ese alguien, sino a la ley—que no es un gusto personal.
Retropost, 2019: Sic transit tempus. De estas batallitas hace 10 años. Los tribunales de justicia nos dieron la razón en nuestras demandas contra el departamento, y desmontaron el chiringuito feudal que tenían montado nuestros catedráticos para repartir la docencia con normas ilegales. Y las "oposiciones" para pedir asignatura, y otras chorradas de este estilo. Otras cosas han pasado. Nuestro edificio ha sido demolido, y estamos para muchos años en un edificio provisional. Nuestros másteres fueron suprimidos por falta de alumnado.
En cuanto al subdirector con quien mantenía el debate citado supra, lleva años desaparecido, suspendido de empleo y sueldo por el Rectorado (al parecer) por incumplimiento grave y reiterado de sus obligaciones docentes, como ir a dar clase, por ejemplo.
Oigan, y dando consejos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se aceptan opiniones alternativas, e incluso coincidentes: