jueves, 23 de mayo de 2019

La imagen misma de la traición

La imagen misma de la traición, retratada en un apretón de manos. El golpista Romeva jura su cargo en el Senado "por la República catalana", y el presidente del Senado, el traidor Manuel Cruz, ignora la advertencia del que llama la lista de senadores, da por bueno el juramento de Romeva, y le estrecha la mano, nombrando senador a un golpista reincidente, y consumando la segunda traición en diez segundos.  Cada vez que pasa una cosa así (y pasan continuamente) se da una puñalada más a España, a la ley, y al Estado de Derecho.






Contra toda esta gentuza de la Antiespaña (ERC y Partido Socialista, por ejemplo—y por supuesto sus socios podemitas y podemoides) es contra la que hay que votar este domingo— en las municipales, en las regionales y en las europeas. 






Al día siguiente se explica Manuel Cruz para El País. ¿Sus razones para permitir semejante burla a la nación, a la ley, al Senado, a la Constitución? ¿Para dar por bueno el juramento o perjurio de Romeva?

"Es que no se me ocurre otro planteamiento, claro que tenía que terminar lo que estaba diciendo, no concibo otra posibilidad. Conozco a Romeva, hemos tenido una relación cordial y amable de cuando coincidíamos en una tertulia en Catalunya Ràdio."

Nada, que eran colegas de tertulia, que se llevan bien, que cómo le va a parar él los pies.

Y éste es el planteamiento, y éste es el nivel, y éste es el plan, y éstos son nuestros prohombres, y éstos son nuestros filósofos.






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