martes, 29 de mayo de 2018

Retropost (29 de mayo de 2008): Preguntas capciosas

ibarretxe

Les va a preguntar el presidente de la autonomía vasca a sus administrados un par de cosillas:

- Si están a favor de una "solución negociada" con la Eta.
- Si están a favor de que los partidos vascos elaboren un plan de autodeterminación.

Son preguntas capciosas.

La primera es capciosa porque se aprovecha de la buena fe de la gente y del discurso buenista y de la memez y sumisión ambientales, para dar privilegios especiales a quienes los exijan a tiro limpio—en lugar de ponerlos en su sitio, que es la cárcel. Los gobernantes tienen el deber de saber mejor que sus gobernados cómo se tratan estas situaciones. Pero... el nacionalismo vasco, y los demás, se han aprovechado siempre de la violencia de Eta y de las debilidades de las autoridades, para barrer para casa.

La segunda es capciosa—y aún más que capciosa, traidora—porque utiliza una institución constitucional como es la autonomía vasca para proponer un plan independentista que atenta contra esa constitución en la que se apoya su propio cargo y de la que emana su autoridad. Se hace decidir al parlamento vasco algo que no tiene entidad legal ni atribuciones para decidir. Es lo que hemos llamado la Falacia Democrática de los Órganos. O también—una declaración de independencia.

Pero estos desmantelamientos graduales del estado de derecho se hacen con el visto bueno de las autoridades, del gobierno, parlamento y Tribunal Constitucional. Recordemos que lo primero que hizo Zapatero al llegar al poder fue derogar las leyes que penaban explícitamente este uso fraudulento de las instituciones autonómicas. Y el Estatuto de los privilegios catalanes tiene pronto vía libre.

La segunda pregunta, por otra parte, incluye en el feliz consenso tanto a los que ponen el tiro en la nuca como a los que ponen la nuca, sin distingos—todos vascos al fin y al cabo, oye. Capciosa es también la presuposición (en la primera y en la segunda pregunta) de que la Eta es fiable—gente de palabra que puede dar garantías que la ciudadanía y gobernantes habrían de creer. Sinvergüenzas interesados, y bellacos, son los que a estas alturas pretenden vendernos estas motos.

Son preguntas capciosas, las de Ibarretxe, pero van a ser muy bienvenidas por los vascos, que quieren ser (cómo no) aún más vascos, gustan de este tipo de gobierno y total ya se han acostumbrado a sentir el cuchillo a la espalda. A estas dinámicas perversas les auguro una buena recepción y un gran futuro en la España de la sopa boba.






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PS: Comunicado de prensa del Foro Ermua:



El FORO DE ERMUA se opone frontalmente al contenido de la Ley sobre el


prerreferendum de Ibarretxe, por ser absolutamente inconciliable con nuestro


Orden Constitucional, y por pretender con él que los partidos vascos se


adhieran a sus objetivos secesionistas, llegado el caso bajo la amenaza de


ETA, ignorando a aquella parte de la sociedad vasca, presente o exiliada,


que no comparte la locura sabiniana.


 


Bilbao 30 de mayo de 2008


 


 


Ante la puesta en escena del proyecto de Ley por el que el Gobierno vasco


pretende poner en marcha su prerreferendum y el conocimiento público de las


dos preguntas protagonistas de esa consulta, el FORO ERMUA quiere manifestar


a la opinión pública española su más absoluto y radical rechazo.


 


A nuestro juicio son tres las claves que permiten descifrar el significado


verdadero de esta última actuación nacionalista:


 


Primera: Las trampas del lenguaje. Nada hay más antidemocrático que actuar


al margen de una legalidad constitucional instaurada democráticamente por el


pueblo español: pues ese supuesto acuerdo democrático -- del que previamente


quedan excluidos quienes en el País Vasco no son nacionalistas, o los vascos


que han tenido que abandonar su tierra por la misma causa y, por supuesto,


el resto de los españoles a los que corresponde decidir qué es España --


pretende concluir en algo diametralmente opuesto a la Constitución, que en


ningún caso ampara ese supuesto derecho a la autodeterminación de ninguna


parte de la población española.


 


Segunda: La ambigüedad calculada. Lo que la segunda pregunta de ese


prerreferendum entraña es que pura y simplemente se firme un "acuerdo" que


sólo pueda tener por contenido y fin la afirmación del derecho de


autodeterminación. No se trata de negociar para discutir si procede o no


afirmar y pedir tal derecho. No es por tanto un proceso de negociación, sino


de adhesión a un objetivo ya previamente determinado. Y cuando lo que se


pide es una simple adhesión, automáticamente se está rebajando la posición


de quien se adhiere respecto de la quien establece ese objetivo, se está


definiendo un reparto de poderes no igualitario en el que, en este caso, los


partidos nacionalistas o los que asumen sus planteamientos gozan de una


situación de superioridad.


 


Tercera: La amenaza. ¿Cómo se consigue esa adhesión?. En algunos casos con


la expectativa de golosos beneficios políticos o económicos. En otros, con


las consecuencias funestas que derivan de la primera de las preguntas, y que


nos conduce directamente a la "tercera pregunta" que ayer manifestamos a los


medios: ¿Por qué ETA no ha matado nunca a un político nacionalista? Pregunta


que evidentemente nos lleva inmediatamente a otra: ¿Por qué ETA sólo mata


(cuando mata políticos, dado que la mayoría de sus víctimas no lo eran)


políticos no nacionalistas? Esa primera pregunta del prerreferendum sobre la


negociación con ETA es una funesta herencia de la política del Sr. Zapatero


en la pasada legislatura ahora empleada por Ibarretxe con un grado de


cinismo insuperable. Pero lo que ahora queremos resaltar es que esa pregunta


no está vinculada a la segunda, en el sentido de que no se condiciona la


formación de ese acuerdo para la autodeterminación a la obtención de ese


"final dialogado de la violencia" (donde propiamente estaría la verdadera


negociación cuyo contenido no se quiere hacer público). Pase lo que pase con


esa última versión de la "tregua", el acuerdo para la autodeterminación y la


convocatoria del referendum siguen su calendario. Y en consecuencia, la


amenaza de ETA, cuyos frutos tan bien sabe recoger el PNV, sigue latente y


se convierte en un útil instrumento para la necesaria adhesión.


 


Todo esto no dejaría de ser un lastimoso y pobre ejercicio de maquiavelismo


político de no ser que la letra de ese ensayo está escrita con tanta sangre.


Ni la memoria de las víctimas, ni los ideales y valores de la sociedad


española, perfectamente encarnados por nuestra Constitución, consienten esta


aberración.
 
 



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