Otra película donde el malo es derrotado gracias al teléfono móvil. Tened siempre uno a mano. Se trata de Twisted / Giro inesperado.
Resumen, según la carátula:
Recién ascendida a inspectora de policía, Jessica Shepard (Ashley Judd) está tras la pista de un asesino en serie. Horrorizada, descubrirá que las víctimas son hombres con los que ella ha mantenido relaciones sexuales en días anteriores. La investigación se hace más y más complicada cuando su compañero (Andy Garcia) empieza a comportarse de un modo extraño y el comisario de policía (Samuel L. Jackson) es requerido por las autoridades para relevarla del caso ya que ella es la principal sospechosa de los crímenes.
Y continuación del resumen, con espoilers añadidos:
Pero no la releva, y la apoya. Es que JessicAshley es la protegida del comisario, algo así como su ahijada desde niña, pues su padre había sido compañero de él de jóvenes. Y necesita padrinos, porque el padre de ella mató a su madre (de ella) cuando era una niña. Al menos eso se nos dice...
... luego descubrimos que en realidad era el propio comisario/padrino el que mató a los dos. Era amante de la madre (promiscua)—aunque, que sepamos, ha sido un policía modelo aparte de esa ocasión, en que actúa por celos patológicos debido al parecido entre Ashley y su madre. Celos que ahora le están llevando otra vez, se supone, a vigilar a JessicaAshley obsesivamente y a matar a todos sus amantes. Hasta que lo pillan, por fumador (no fuméis—fumar te vuelve sospechoso en esta peli) —y porque no está al tanto de lo que le graban con el móvil.
Móviles reales no es que tenga el asesino—salvo los necesarios para despistar al público. Lo esencial (como indica el título español) es que el espectador crea saber quién es el asesino, hasta el giro inesperado. La película nos invita en primer plano a pensar que la propia Jessica es la asesina (tiene desmayos inexplicables durante los cuales suceden los crímenes, parece ella la psicópata). En segundo plano, se nos hace sospechar de Jimmy, otro policía antiguo amante suyo, y por último de su colega Andy Garcia. Y al final nos cuenta la historia, a nosotros y al móvil, el comisario Jackson, mientras prepara la muerte de Andy como siguiente víctima. Pero, arrestado por el anterior compañero de Ashley, se queda sin ligar con ella. Serán Ashley y Garcia quienes se emparejen al final.
Un tema también presentado en primer plano es el machismo que lleva a todo el mundo a criticar a Ahsley por su promiscuidad (cosa que no harían con un hombre). Claro que es una promiscuidad sospechosa, en plan viuda negra, visto que todos sus ligues van muriendo.
Y un tema muy presente pero más extraoficial es la cuestión racial. De psicopatologías, de promiscuidad, de mujeres policías, de todo esto hablan en las entrevistas que van con la película. Pero de blancos y negros, nada: sólo de cine negro, o de que este tipo de película se solía filmar en blanco y negro... Pero ni media de que hay dos negros en la película: uno, Samuel L. Jackson, el comisario, antiguo amante de una blanca, y asesino obseso de los amantes de su hija, a quien sigue como una sombra. Otro es el antiguo compañero de Jessica antes de que la ascendiesen, y que ayuda al final a arrestar al comisario Jackson. Bien, pues Jessica se acuesta con casi todo el mundo en la película, menos con los negros—con quienes tiene excelente trato, pero les aplica la ley de Hollywood de no besarás al negro. De hecho, hay poquísimas películas con escenas eróticas interraciales—y es más, las actrices que han besado a un negro en la gran pantalla no hacen carrera. Ni aunque seas Denzel Washington podrías besar a Julia Roberts. Así que el tránsito que hace la película de la perfecta normalidad interracial al crimen oculto del protagonista negro es como la salida a la luz de un trauma racial mal curado. Tanto más cuanto que no se sabe si la película narra un trauma, o si es el síntoma de un trauma.
Porque es sospechoso que todo el personal, tanto fuera como dentro de la ficción, ignore este tema: que actúen como si fueran todos blancos, o incoloros. Color-blind roles, que los llaman, en los que (se supone) es irrelevante que sea un blanco o un negro quien los interprete. Vamos, que te hacen sentir como un idiota al decir que el negro que ha llegado a comisario es un asesino (—"Oigan, que es negro"—"¿Y qué que sea negro? Aquí no hacemos distingos, esto es América"). Y es muy posible que de hecho (esto no me consta) el guión original fuese color-blind. Pero América, aunque se haga la ciega, trata el tema racial con blindsight. No es inocente elegir a un negro para el papel del asesino, aunque todos actúen como si fuese cosa inocente. Sólo un trauma y una ley de silencio tan fuerte como la aplicada en la película puede dar sentido a las acciones del comisario. Muy improbable que un policía negrazo, por muy compañero que fuese, tuviese un trato tan cercano y personal con la niña de sus ojos de su amigo. En América, casi surreal. Y la prueba de una mala conciencia de la película a este respecto, o de que ha considerado prudente tratar el tema con prudencia, es que el antiguo compañero de AshleyJessica, el que la salva, es otro negro: esta vez uno bueno y sin patologías asesinas, que no se diga que somos racistas: un negro sano que no se acuesta con blancas—al menos no lo hace con Jessica, y así salva el pellejo. Y se vea que distribuimos los papeles sin hacer distingos. La chica, para Garcia, que ya es bastante negro.
Las leyes raciales de Hollywood son severas: hay que matar al negro, aunque sea bueno, o bien no hay que besar al negro, aunque sea bueno. Y, a la manera americana, estas cuestiones se tratan como hechos consumados sobre los que no es oportuno hacer comentarios: con un silencio elocuente, disfrazado de normalidad. Un silencio un tanto retorcido—twisted.
Twisted. Dir. Philip Kaufman. Written by Sarah Thorp. Cast: Ashley Judd, Andy Garcia, Samuel L. Jackson. Davy Strathairn, Russell Wong, Mark Pellegrino. Music by Mark Isham. Ed. Peter Boyle. Prod. des. Dennis Washington. Photog. Peter Deming. Exec. prod. Stephen Brown, Robyn Meisinger, Michael Flynn. Coprod. Peter Kaufman, Sherryl Clark. Prod. Arnold Kopelson, Anne Kopelson. Prod. Barry Baeres, Linne Radmin. USA: Intertainment / Paramount / Kopelson. Spanish DVD: Giro inesperado. Barcelona: Filmax, 2004.
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