El cupo vasco se convierte en cuponazo amañado, y a los vascos se les bajan los impuestos por ser vascos. No es de extrañar que quieran ser todavía más vascos, visto que lo que aquí se premia en efectivo es invariablemente la deslealtad y la traición. A esto no hay derecho, a tanta cara dura, tanto ventajismo, y tanto desgobierno y traición desde lo alto. A todos estos hay que barrerlos a escobazos, por un mínimo de higiene y dignidad. Pero este país no tiene ni higiene ni dignidad. Y así están estos individuos organizándolo a su aire.
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