viernes, 21 de abril de 2017

Queneau, Queneau


Me compro (además de otra decena de libros) uno que siempre había tenido curiosidad por tener: Cent mille milliards de poèmes, de Raymond Queneau.

Hay quien dice que compro más libros de los que leo. Y es cierto que éste no pienso leérmelo todo, ni mucho menos.

De los otros, ya iré viendo. Son una lista miscelánea pero interesante:

- QWERTYUIOP, cuarto volumen de los ensayos de Sánchez Ferlosio,
- L'Encre de la mélancolie, de Jean Starobinski,
- La luz de los lejanos faros, de Carlos García Gual,
- Mi gran familia europea, de Karin Bojs,
- la Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas, de Hegel,
- el Diccionario de Autores Aragoneses Contemporáneos, de Javier Barreiro (et al., et al.).
El Pobrecito Hablador, de Larra, con un prólogo de Umbral en su umbral,
- Die Untergang des Abendlandes, digo, La Decadencia de Occidente, de Spengler, un título que aún es más contundente en alemán.
- Y Tiempos difíciles, de Dickens, en la edición de Fernando Galván. Sobre este libro hice la tesina en el año 1984, pudiéndola haber hecho sobre Orwell.

Ya dejaría yo de comprar libros, si pudiera. Pero es que el pensamiento no puede tomar asiento, como decía otro auteur. Y los libros en los estantes, tan apenas.

 


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