sábado, 11 de marzo de 2017

Retropost #1499 (11 de marzo de 2007): The Queen



Nos fuimos por la noche al cineclub Cerbuna, donde tantas películas ví en tiempos, a ver The Queen, de Stephen Frears. En versión original, imprescindible en el caso de una película sobre la familia real inglesa, por los acentos. Se han comentado sobre todo las actuaciones; no voy a criticar que le hayan dado el oscar a Mirren, que está bastante real, pero yo se lo habría dado a James Cromwell, que hace de su impresentable marido, el Príncipe Felipe de Edimburgo. Me gustó la mezcla de imágenes de archivo y televisadas con las imágenes de ficción (la supuesta realidad); se aprecia de manera bastante vívida cómo (en palabras del impagable consorte) "la Diana de los medios de comunicación y la nuestra no tienen nada que ver una con otra".

La película va, básicamente, sobre la crisis que supone la muerte de Diana no por la muerte en sí, sino por el daño que sufre la imagen de la corona, y cómo la insensibilidad y las mentes protocolarias de la familia real pierden el contacto con la realidad pública del país, y quedan en triste evidencia. Argumento suplementario: cómo Tony Blair se hace con la situación, y no sólo gana popularidad con su respuesta a la altura de las circunstancias, sino que toma la iniciativa y salva a la familia real de las peores consecuencias que podría haber traído su encastillamiento de haber seguido sin ofrecer o fingir unas mínimas señales de sensibilidad.

La película es un tanto ambigua; supongo que tiene que seguir un sendero un tanto difícil y peligroso para ser creíble, realista, provocativa e inofensiva, todas cosas necesarias. La reacción de la reina a la muerte de Diana es desde luego de una indiferencia casi cruel. Al final derrama unas lágrimas estando sola, pero ni ella ni nosotros sabemos mucho por qué. Hay declaraciones de dolor; y sin duda dolor en los más jóvenes. Cuanto más viejos, menos. La familia no tiene remedio, desde luego: los nietos son víctimas de un mal matrimonio y una mala educación, y de un ambiente estúpido, sometidos a pésimas influencias y a una hipocresía atmosférica. Empezando por su padre el príncipe Carlos—que está aquí más preocupado por su posición inestable y por la manera en que esto vaya a afectar a su futuro como monarca, apocado ante su madre, que lo desprecia, tirando de hilos para hacer intervenir a Blair sin mojarse demasiado... patético. Aunque el peor es el príncipe consorte, llevándose a los nietos de cacería, totalmente indiferente a la muerte de Diana como no sea para seguir maldiciéndola.

Hay un argumento secundario simbólico, la caza del ciervo al que quiere matar Felipe de Edimburgo. El ciervo interrumpe el lagrimeo solitario de la reina, y ésta va a verlo cuando sabe que lo han cazado; aparece colgado de los pies y decapitado.
- "¿Lo hirieron?"
- "Sí señora. Un banquero inversionista de Londres. Nuestros cazadores tuvieron que seguirlo durante millas para rematarlo".
El ciervo es una alegoría de Diana, puesto allí supongo que nadando y guardando la ropa frente a la teoría de la conspiración, según la cual el accidente de Diana fue provocado. A saber lo que dirán de la muerte de Diana en el futuro; hoy por hoy, con la conspiración reducida a rumores tras la investigación oficial, no queda sino tratar el tema de modo puramente simbólico, y que cada cual entienda lo que quiera.

Otra línea argumental, por supuesto, es el pulso entre la reina y Blair, o entre Blair y su antimonárquica esposa. Blair llega como un renovador, pero enseguida encuentra su misión en rescatar a la familia real de sí misma cuando la ve cometer un suicidio político. Claro que así obtiene también una pequeña venganza por haber tenido que hincar la rodilla ante la reina para su nombramiento (la película se abre con la victoria electoral de Blair). Un titular durante la crisis dirá que Blair hace arrodillarse ante él a la familia real. Pero lo que vemos es más bien una entente cordial: los primeros ministros laboristas son seducidos por la reina, y por el sistema, y pronto están más interesados en perpetuarlo que en cambiarlo. Al final de la película se reduce la tensión entre la reina y Blair, y pasean por los jardines de palacio mientras descubren nuevos intereses comunes y la manera de colaborar para mantener la tradición con los cambios que requiera: una solución que la película contempla con ironía y aprobación a la vez.

The Queen. Dir. Stephen Frears. Written by Peter Morgan. Cast: Helen Mirren, Michael Sheen, James Cromwell, Sylvia Syms, Alex Jennings, Helen Mc Crory, Roger Allam, Tim McMullan, Douglas Reith, Robin Soans, Lola Peploe, Joyce Henderson, Pat Laffan, Amanda Hadingue, John McGlynn. Music by Alexandre Desplat. Cinemat. Affonso Beato. Ed. Lucia Zucchetti. Prod. des. Alan MacDonald, Art dir. Matthew Broderick, Franck Schwarz. Exec. prod. François Ivernel, Cameron McC racken, Scott Rudin. Prod. Andy Harries, Christine Langan, Tracey Seaward. BIM /Canal+/Granada/Pathé/Scott Rudin, 2006.



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