jueves, 9 de marzo de 2017

Cantan ópera en el Palau


El Palau de la Música de Barcelona es una de esas instituciones que se supone representan la civilización catalana seria, sólida, con solera y con alta cultura, frente a la casposa España. Eso es la fachada o imagen proyectada. En realidad, los caballeros que lo gestionaban eran un hatajo de delincuentes, mafiosos, falsarios y corruptos; ladrones de guante blanco, estafadores y parásitos de los fondos públicos y privados. Así lo explican en primera persona ellos mismos, cantando ópera en los juzgados. Lo peorcito, vamos, con chaqué y guantes. Blancos.

El Palau es, en efecto, el símbolo de Cataluña. Como eso, así de falso y podrido todo lo demás.







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