lunes, 27 de febrero de 2017

Retropost #1478 (27 de febrero de 2007): Johnson contra Milton: Machismo y censura


Mucho es, desde luego, llamar a Samuel Johnson "feminista". Y sin embargo, al comentar la obra de Milton, hace observaciones sobre el patriarcado militante de este autor que no son corrientes en un crítico de su época, anticipándose a cosas que diría la crítica feminista siglos después. Cierto es que a Johnson, defensor de la ley y el orden, y de la Iglesia establecida, le horrorizaba la política de Milton, y eso parece que le hacía más sensible a otros aspectos que veía criticables en su carácter e ideas:


Me temo que el republicanismo de Milton estaba fundado sobre un odio envidioso a la grandeza, y un hosco deseo de independencia; sobre una petulancia impaciente con quienes le controlaban, y un orgullo desdeñoso hacia sus superiores. Odiaba a los monarcas en el Estado, y a los prelados en la Iglesia; pues odiaba a todos a quienes se veía obligado a obedecer. Es de sospechar que su deseo predominante era destruir, más bien que establecer, y que no sentía tanto amor por la libertad como repugnancia hacia la autoridad.

    Se ha observado que quienes con más ruido claman por la libertad, no la conceden de buena gana. Lo que sabemos del carácter de Milton en las relaciones domésticas es que era severo y arbitrario. Su familia estaba compuesta de mujeres; y aparece en sus libros una especie de desprecio turco hacia las hembras, como seres subordinados e inferiores. Para que sus propias hijas no se saliesen de las filas, permitió que se viesen deprimidas con una educación mezquina y tacaña. Pensaba que la mujer estaba hecha únicamente para la obediencia, y el hombre únicamente para la rebelión.

Cuando habla del machismo de las obras de Milton piensa sin duda Johnson ante todo en la subordinación de Eva a Adán que tanto se enfatiza en Paradise Lost. El retrato de Adán tiene allí mucho de autobiográfico... sólo que Milton se consideraba, sin duda, un Adán perfeccionado, que ataba más corto a su mujer.

También disiente Johnson de Milton en cuanto a la libertad de prensa que defendía éste. Una libertad de prensa que en lo legal llegó a Inglaterra en cierta medida a finales del siglo XVII (antes la hubiese querido Milton, que publicó su Areopagitica sin licencia previa). Y en la práctica efectiva, quizá sólo haya llegado la libertad de prensa con los blogs, si eso es prensa.... o quizás siempre esté por llegar. En cualquier caso, Milton se oponía a la censura (con importantes excepciones, sin embargo) y Johnson defiende la necesidad política de la censura y no admite la libertad de prensa:

Por entonces publicó su Areopagitica: Discurso del Sr. John Milton en favor de la Libertad de Prensa sin Licencia. El peligro de semejante libertad sin límites, y el peligro de limitarla, han producido un problema en la ciencia del gobierno que el entendimiento humano parece hasta hoy incapaz de resolver. Si no se puede publicar sino lo que la autoridad política haya aprobado antes, el poder habrá de ser la medida de la verdad; si cada soñador de innovaciones puede propagar sus projectos, no puede haber orden seguro; si cada murmurador contra el gobierno puede difundir el descontento, no puede haber paz; y si cada escéptico en cuestiones de teología puede enseñar sus necedades, no puede haber religión. El remedio contra estos males es castigar a los autores; pues todavía se admite que la sociedad puede castigar, aunque no impedir, la publicación  de opiniones que esa sociedad considere perniciosas. Pero este castigo, aunque aplaste al autor, promociona el libro; y no parece más razonable dejar el derecho de publicación sin restricciones por el hecho de que se pueda después reprender a los autores, de lo que parecería el dormir con las puertas sin cerrojo, por el hecho de que después se pueda ahorcar a los ladrones.

Johnson, me parece, llevaría muy mal lo de los blogs, de autores etéreos y difíciles de castigar. Y Milton también lo llevaría mal, por mucho que dijese defender la libertad de prensa. Y la igualdad de derechos de las mujeres (otro desiderátum...) así así la llevarían de mal uno y otro, tan distintos sin embargo. Tales efectos produce la distancia histórica.


—oOo—

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se aceptan opiniones alternativas, e incluso coincidentes: